Katiusha es un nombre tradicional ruso, diminutivo cariñoso de Ekaterina (su otro diminutivo es Katia). En los años 30 el nombre se hizo muy popular gracias a una canción compuesta en 1938 que conquistó al pueblo soviético. La obra cuenta la historia de una chica que sale a la orilla del río para cantarle a su novio guardafronteras. Le pide que se acuerde de ella y salve a la patria, mientras tanto Katiusha se compromete a cuidar de su amor.
La canción se cantaba con más ímpetu durante la Segunda Guerra Mundial. Las mujeres rusas se vieron identificadas en la imagen de una humilde joven que no tiene otra forma de comunicarse con su novio que cantándole una canción de amor. Katiusha fue traducida a varios idiomas y en algunos países se hizo famosa gracias al baile Kasachok basado en la melodía de esa canción.
Los soldados españoles de la División Azul compusieron su propia versión de Katiusha, titulada Primavera o Nuevo Cara al Sol, en la que condenaban al enemigo soviético “empapado en vodka” a la derrota.
La canción rusa también dio nombre a los lanzacohetes BM-8, BM-13 y BM-31 que se usaron por el Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial.
¿Por qué las botas de agua se llaman “katiuskas”?
Sin embargo, el nombre “katiuska” llegó a España gracias a otra obra musical. Se trata de la opereta Katiuska, la mujer rusa compuesta por Pablo Sorozábal y estrenada en el Teatro Victoria de Barcelona el 27 de enero de 1931.
La soprano Gloria Alcaraz, que interpretó el papel de la protagonista, una superviviente de la familia imperial rusa, subía al escenario con unas elegantes botas negras inspiradas en las botas de invierno rusas. Este detalle no pudo haber pasado desapercibido por las españolas: las botas enseguida se convirtieron en un calzado de moda. Las mujeres atacaban las zapaterías pidiendo las “botas de Katiuska”. Hasta el día de hoy, se siguen llamando “katiuskas”.
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