Marzo de 2020, durante el confinamiento por la pandemia de coronavirus. Yulia Minina, de 34 años, de Stari Oskol, en la región de Belgorod (a 495 km de Moscú), madre de dos niñas, decidió junto con su marido y sus hijos conseguir un gatito para divertirse más en casa.
“Nunca habíamos tenido un gato. Estábamos hojeando los anuncios de un criadero cercano y vimos por casualidad un pequeño gatito blanco. Todos los demás parecían normales y él era el único de la camada en ese momento. Me enamoré enseguida”, recuerda Yulia.
Cuando fue a recogerlo se sintió decepcionada ya que en la foto era mucho más lindo.
“Nadie pensó que un patito tan feo se convertiría en una montaña blanca de pelo”, razonó Minina.
Los niños eligieron el nombre juguetón del gato, Kefir. Al principio estaba muy delgado, pero a los cuatro o cinco meses ya comía de todo y jugaba constantemente con sus dueños.
A los nueve meses, las borlas de las orejas y la cola habían duplicado su tamaño, y al año Kefir lo había triplicado. Ahora tiene un año y 10 meses y pesa 12,5 kg.
“Tiene el carácter de un humano. Es muy inteligente. Incluso viene a la mesa con nosotros cuando cenamos, tiene su propia silla, así que nos hace compañía”, dice Minina sobre su personaje.
Los Maine Coons rara vez maúllan, por lo que sólo a veces “arrulla tranquilamente”.
“De hábitos también: dormir sobre mi pecho. Cuando era un gatito era normal. Pero ahora, cuando de repente se tumba en mi pecho por la noche... bueno, tengo que ahuyentarlo”, explicó la propietaria.
La propia Yulia no entiende el motivo de la popularidad de su gato: le hizo dos fotos para su perfil de Instagram, y las fotos se hicieron rápidamente virales en medios y foros rusos y extranjeros, incluido Reddit. La foto de Kefir obtuvo 18.000 likes y decenas de comentarios en Reddit. Algunos sugirieron que el dueño del gato intentaba deliberadamente hacerlo parecer más grande con lentes e ilusión óptica, mientras que otros reflexionaron sobre su rostro fruncido.
“No, eso es un lince siberiano. Se alimenta de gente indigna y sólo bebe vodka”, “Y no parece satisfecho”, escribieron en los comentarios.
Según Yulia, la mayoría de los seguidores rusos y extranjeros de Kefir no creen que el gato sea real y preguntan si está retocado por photoshop.
“También mucha gente quiere comprar Kefir, pero eso es horrible. Ya es un miembro de la familia. Nunca lo entregaremos, sólo le haremos más fotos”, dijo Minina.