El cambio climático ya está demostrando ser una realidad de gran impacto para los pueblos del Extremo Norte ruso, que han visto cómo su dieta y su modo de vida han cambiado por completo en pocos años, según la Universidad Estatal de Tomsk (Siberia), que ha participado en un estudio conjunto con otros centros científicos, cuyos resultados se han publicado en la revista internacional Ambio.
Según los investigadores, la dieta de las etnias indígenas estudiadas (nénets, jantis y selkup) solía basarse en la temporada de pesca de las distintas especies, lo que les permitía abastecerse de pescado fresco durante todo el año. También sacrificaban sus renos según las rutas migratorias nómadas, siguiendo así un ciclo regular de abastecimiento de carne de este animal. Estos patrones están ahora muy alterados, sobre todo por los recientes cambios climáticos.
El régimen hidrológico de los ríos se ha modificado, lo que ha provocado importantes cambios en la estacionalidad de ciertos peces, con largos periodos en los que esta actividad es imposible. Además, debido a la glaciación tardía y al deshielo prematuro de los ríos, también se han tenido que revisar las rutas de migración, lo que ha provocado una reducción del suministro de carne de reno a los pueblos. En general, la creciente frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos también está contribuyendo al declive de la base alimentaria tradicional.
“La dieta de las poblaciones indígenas del norte de Siberia Occidental siempre ha incluido una gran proporción de productos tradicionales: carne de reno, hígado de reno, pez blanco muksun, pez blanco nasus y lucio”, explica Olga Chaduiko, especialista en Siberia y el Ártico de la Universidad de Tomsk y coautora del estudio. Esto es extremadamente importante, porque al comer productos locales, una persona recibe un paquete de macro y micronutrientes necesarios para la vida en el duro clima ártico. Actualmente, solo hay una elevada ingesta de alimentos tradicionales durante la temporada de pesca o de sacrificio de renos. Fuera de la temporada, aumenta el consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono de fácil asimilación (pan blanco, azúcar, leche condensada) y aumenta considerablemente el consumo de mantequilla y cereales (mijo, trigo sarraceno, arroz).
Por ejemplo, entre 2012 y 2016, los indígenas del Distrito Autónomo de Yamalo-Nénets vieron caer su consumo de pescado y carne de reno en un 40-70%. Esto tiene repercusiones en su salud.
“La salud de los pueblos indígenas y su capacidad de adaptación a las duras condiciones del Ártico dependen del consumo de productos tradicionales: pescado local, carne de reno, plantas silvestres”, dice la publicación científica. La dieta tradicional es el principal instrumento para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de trastornos metabólicos en las poblaciones indígenas. Cuando se pierden las dietas tradicionales, la prevalencia de la hipertensión, la dislipidemia, la bronquitis crónica y el sobrepeso es aún mayor en la población indígena que en la no indígena.
Según los investigadores, una de las formas de resolver este problema sería organizar la creación de reservas de pescado y carne de reno en asentamientos fijos para que los lugareños puedan disfrutarlos durante todo el año. Sin soluciones sostenibles, la salud y las condiciones de vida en esta parte del mundo, donde la dinámica del aumento de las temperaturas medias anuales es dos veces más rápida que en las zonas templadas, podrían seguir deteriorándose.
LEE MÁS: Aztecas e incas emparentados genéticamente con pueblos de Rusia
La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: