Hay poligamia en Rusia y así es como funciona

Legion Media
“Se busca segunda esposa, mujer eslava de ojos azules de familia numerosa, que quiera dar a luz a tantos hijos como Dios le conceda”, anuncios como este son bastante comunes en la red social rusa VKontakte. Descubre cómo funciona el equivalente ruso de Tinder para las relaciones polígamas, por qué algunos hombres rusos necesitan varias parejas y cómo se llevan todos en una misma familia.

Iván, un hombre de 46 años de la ciudad de Serguéi Posad, a las afueras de Moscú, tiene una cuenta de VKontakte llena de fotos de motos y de su mujer. Lleva seis años casado. Dice que tiene un matrimonio feliz, pero en mayo de 2021 se unió a una pequeña comunidad online llamada “Busco una segunda esposa” y publicó allí un anuncio en busca de una esposa más, a la que está dispuesto a mantener.

“Se le proporcionará alojamiento, comida, ropa, cosméticos y, si lo desea, tratamientos faciales y otros procedimientos. En cuanto a los regalos, todo se hará de forma individual y a voluntad. El alojamiento puede ser en una habitación individual o compartida. Hay una sala de cine y una piscina en la casa”, escribió Iván en respuesta a mi consulta.

Oficialmente, la poligamia está prohibida en Rusia, pero no es punible, explica el abogado y especialista en derecho de familia Yuri Kapshtik.

“En el Código de Familia de 1969, la poligamia era un delito penal castigado con una pena de prisión de hasta dos o tres años, según el número de matrimonios. Posteriormente, esa norma fue abolida. Ahora el Código de Familia no toca este tema en absoluto”, dice Kapshtik.

Al mismo tiempo, hay más de una docena de comunidades de habla rusa en VKontakte e Instagram dedicadas a los matrimonios polígamos. Allí, hombres y mujeres discuten y promueven las ideas de las relaciones en grupo, y buscan segundas y terceras esposas que se unan a sus familias. Curiosamente, los anuncios de búsqueda de esposas adicionales son publicados no sólo por los hombres, sino también por sus “primeras” esposas.

Se podría pensar que la mayoría de los miembros de estas comunidades son musulmanes, ya que el Islam permite a los hombres tener hasta cuatro esposas, sin embargo, el grueso del grupo son rusos ortodoxos. Creen que la poligamia es una antigua costumbre eslava que debe conservarse hasta hoy.

Cada mujer debería tener un marido con una esposa

Una de las comunidades de poligamia más antiguas, llamada “Poligamia tal cual”, fue creada en 2013 por Oleg Pokrovski, un residente de San Petersburgo. Está casado desde 1982 y no busca una segunda esposa. Hizo varios intentos de encontrar una, pero fracasaron por “razones físicas”. Sin embargo, desde la infancia le cautivaron los cuentos de hadas árabes, en los que los hombres tenían varias esposas a la vez, por lo que la idea quedó grabada en su mente desde los 13 años y le acompaña desde entonces.

“En un matrimonio largo, los hombres pasan por diferentes crisis, buscan el cambio. Al mismo tiempo, un hombre puede amar a su mujer y no tener intención de dejarla, por lo que surge la idea de invitar a alguien a la familia. Tengo muchos hombres casados entre mis conocidos, y apreciaban mucho mis conversaciones sobre la poligamia. Para satisfacer esta demanda he creado el grupo”, explica Oleg.

El lema principal de la comunidad es: “Toda mujer debe tener un buen marido, aunque lo comparta con una o dos mujeres más”. La mayoría de los suscriptores de la comunidad son mujeres (55%) de entre 21 y 24 años y de entre 30 y 35 años; el resto son hombres de entre 30 y 45 años o más.

Entre 1990 y 2019, la tasa de natalidad en Rusia descendió un 34,2 por ciento, según la agencia oficial de estadísticas, Rosstat; mientras que la proporción de sexos en Rusia es de 866 hombres por cada 1.000 mujeres. En sus posts, los administradores del grupo afirman que la poligamia ayudará a mejorar la situación demográfica del país, traerá la felicidad a las mujeres solteras que quieran casarse, resolverá el problema del adulterio masculino y combatirá los celos y el egoísmo femeninos. Oleg incluso ha escrito un tratado de 12 páginas en el que explora estos argumentos.

“Las mujeres pueden llevarse bien si se sienten hermanas. Además, la bisexualidad femenina es la respuesta a la pregunta de cómo las mujeres pueden compartir un hombre. No tienen que ser amantes, pero ciertos movimientos, los tocamientos, no deberían ser un problema para ellas. Para todos mis conocidos masculinos, la mejor cura para los celos femeninos es dormir con las dos mujeres bajo una misma manta”, argumenta Pokrovski.

Según la comunidad, la poligamia se practicaba en la antigua Rus hasta el reinado de Pedro el Grande. Según el libro de Natalia Mitsiuk, doctora en Historia, Brushing Taboos Aside: Essays on Russian Sexual Culture of 11th-20th Centuries, las fuentes históricas contienen pruebas de la poligamia, pero son demasiado fragmentarias como para afirmar que la poligamia estuviese muy extendida en Rusia. Además, la bigamia era condenada por la Iglesia.

Pokrovski cree que la ausencia de poligamia en la sociedad moderna es una especie de conspiración global. Las empresas se benefician de los consumidores solteros, de modo que cada uno compra una vivienda independiente, la amuebla y la llena de electrodomésticos, y las corporaciones ganan mucho más dinero con ellos que con las unidades familiares que comparten la vivienda y todo lo que hay en ella.

“Dicho esto, no soy partidario de las relaciones poliamorosas (a diferencia de la poligamia, el poliamor permite las relaciones íntimas con varias parejas sin matrimonio formal ni hijos, lo que significa que las mujeres también pueden tener varios amantes porque complica aún más la vida. Hay que ser bastante aventurero para optar por ella, aunque hay gente que también tiene necesidad de experimentos como estos. Estoy a favor de la poligamia cuando se piensa en los niños, en las nuevas generaciones y en mejorar la situación demográfica del país”, resume Pokrovski.

“Deber al cielo”

En la mayoría de las comunidades de poligamia online, los usuarios, en su mayoría hombres, publican sus perfiles y comparten los requisitos que deberá cumplir su futura segunda o tercera esposa.

Oleg NikoláievichDimkovets, un desmontador de edificios de 42 años de Krasnodar, lleva buscando una tercera esposa para su familia desde enero de 2021. Los requisitos son: “mujer eslava” de familia numerosa, con ojos azules y pelo largo, que sepa cuidar una casa y esté dispuesta a dar a luz a una “descendencia sana”. Otros requisitos son saber cantar y tocar instrumentos musicales.

Según Oleg Nikoláievich, sus dos esposas actuales tuvieron reacciones diferentes a su decisión de tomar una tercera. No explicó cómo las convenció para que entrasen en una relación polígama. Durante su búsqueda de una tercera esposa, Oleg Nikoláievich rechazó a unas 40 candidatas y él mismo fue rechazado por dos.

“Creo que las familias deberían tener muchos hijos, 20 o más. La gente en Rusia aún no está preparada para entender correctamente la poligamia. La mayoría piensa que la poligamia significa simplemente más sexo. Pero en realidad, una unión polígama es un mundo en el que cada uno vive sólo por su propia voluntad, de lo contrario es imposible mantener unida una familia así. Una familia así puede ser fuerte si el concepto se basa en la honestidad, la verdad, el orden, la disciplina, la limpieza, el respeto”, dice Oleg Nikoláievich.

Nikolái Kuznetsov, un agricultor de 37 años de Vítebsk, también busca una segunda esposa, a pesar de tener un matrimonio feliz de 15 años y cuatro hijos: tres hijas y un hijo.

“Quiero tener muchos hijos, 10. Lo siento como un deber al cielo. Y no quiero desperdiciar mi vida y al final decir que me acobardé. A mi mujer, por supuesto, no le gustaba esta idea, pero su reacción está cambiando desde que comprende que ella misma no podrá dar a luz a tantos hijos. Estoy buscando en Internet, pero hasta ahora no he encontrado una mujer que no sea celosa de la primera esposa y que se tome en serio lo de los hijos”, dice Kuznetsov.

Una de las miembros de la comunidad, Irina Ushakova, madre de dos hijos y tercera esposa, conoció a su marido en 2010, cuando tenía 36 años. Ella trabajaba en una cantina (Irina prefiere no especificar la ciudad), y él era uno de los clientes. Se enamoraron a primera vista y, poco después, el futuro marido le dijo que ya tenía dos mujeres viviendo en su familia y la invitó a ser la tercera.

“Mi marido me dio a elegir. El amor y el respeto por su elección pudieron más que los celos y la ira. Yo también tuve que luchar contra mis celos. Al final, llegué a la sabia decisión de no luchar contra ellos y aceptarlos como algo que debía ser normal”, dice Ushákova.

La primera esposa dio a luz a una hija, pero al final no pudo soportar una tercera mujer en la familia y se divorció de su marido, mientras que la segunda esposa murió de un ataque. La propia Irina estuvo buscando nuevas esposas para su marido, pero la búsqueda ha sido hasta ahora infructuosa. Dice que todas las solicitantes han sido mujeres mercenarias o pervertidas.

“Los hombres son muy fuertes e inteligentes, pero se encuentran con mujeres inadecuadas, educadas en el matriarcado. Quieren poseer y mandar completamente a su marido, y no están dispuestas a compartirlo con nadie. Así que los pobres hombres sufren, aunque podrían hacer felices a muchas mujeres”, se queja Irina.

“Con el tiempo te acostumbras a todo”

La poligamia también la practican los musulmanes que viven en Rusia. Las historias de Instagram de Anisa, de 29 años, están llenas de fotos de flores, pañuelos multicolores, de vez en cuando su sonrisa feliz, pero nunca su cara. Anisa se convirtió en una segunda esposa hace cuatro años. Desde entonces, ha dado a luz a tres hijas.

“Trabajaba con una modista en Chechenia. Una vez mi colega y yo salimos de compras y mi futuro marido se fijó en mí entre la multitud. Se acercó a mi colega, averiguó mi dirección por ella y vino varias veces a mi casa con su primo para pedir mi mano. Sólo después de algunos encuentros me dijo que ya tenía mujer e hijos. Me sorprendió y le dije que no quería herir los sentimientos de su primera esposa y le pedí que no me molestara más”, recuerda Anisa.

Sin embargo, él siguió pidiendo su mano y convenció a la familia de ella para que diera su permiso para casarse, contó Anisa. Su primera esposa también dio su consentimiento para la boda.

Anisa y la primera esposa viven en casas diferentes, y el marido las visita cada dos días. Anisa pasa su tiempo con sus hijos, hace ropa por encargo y gana dinero con la publicidad en Instagram.

“Cuando mi marido está con su primera esposa, intento no pensar en ello. Me acuesto temprano para que la mañana llegue más rápido. Con el tiempo te acostumbras a cualquier cosa”, dice Anisa en su blog.

Jadidzha Utkina, que dirige un blog de TikTok sobre el Islam, se hizo musulmana en 2020. Llevaba varios años buscando una religión que le sirviera, empezó a estudiar el Islam, pero pronto enfermó de coronavirus. Durante la grave enfermedad, Jadidzha se convirtió al Islam, y después de eso, según ella, pronto mejoró.

“Entonces decidí casarme y empecé a buscar un marido musulmán. Lo publiqué en TikTok y recicí mensajes de más de 1.000 hombres que querían casarse. Suleimán Polishchuk, mi formador en promoción en Internet, también pidió mi mano. Luego vino una presentación formal con testigos, nos llevó dos reuniones el discutir todos los detalles", dice Jadidzha, explicando cómo se convirtió en una segunda esposa.

Todavía no ha conocido a la primera esposa de su marido, ya que ésta vive temporalmente en otra ciudad con su familia, pero han hablado por teléfono y ya se han repartido las responsabilidades de esposa.

“Me gustaría que viviéramos todos juntos. En primer lugar, tanto mi marido como mi hermana y mi amigo estarían cerca de mí. En segundo lugar, tendría más tiempo para la creatividad y el desarrollo personal. Además, Saida es una persona con mucho talento en varios campos. Por la voluntad del Todopoderoso, en un futuro próximo pondremos en marcha no sólo una familia, sino también una unión creativa, lanzaremos nuevos proyectos conjuntos”, comparte Jadidzha sus planes.

Según Alí Kurbánov, un musulmán practicante de 27 años que también busca una segunda esposa, es difícil que una mujer acepte el segundo matrimonio de su marido, sin embargo, si una mujer consigue superar sus celos, será “recompensada en el cielo” por ello. Si a un hombre se le permite tener una segunda y tercera esposa, será responsable de todas las mujeres con las que tenga relaciones sexuales, además, satisfará su apetito sexual sin hacer trampas.

“Un hombre puede tomar una segunda esposa en dos casos: si la primera esposa tiene problemas de salud femenina que le impiden satisfacer las necesidades de su marido, o si Nuestro Creador ha hecho al marido tan lujurioso que no puede controlar sus impulsos y se ha acostado con una sola mujer toda su vida”, dice Kurbánov.

“¿El tuyo es el primer caso o el segundo?”, pregunto.

“El segundo”, responde.

Liberarse de los tabúes

Las propuestas para introducir la poligamia en Rusia o en sus regiones, como el Cáucaso Norte, han sido expresadas en varias ocasiones: por el líder checheno Ramzan Kadírov en 2015; por el muftí de Moscú, Ildar Aliaútdinov; y el líder del partido LDPR, Vladímir Zhirinovski, en 2019.

Todos los personajes que aparecen en este artículo aceptan que la poligamia sea legal en Rusia, pero no plantean demandas directas en este sentido. Dicen que lo principal es que el Estado no se inmiscuya en sus asuntos familiares.

A falta de una prohibición directa y de responsabilidad penal o administrativa, los hombres pueden vivir y acostarse con varias mujeres a la vez, sin estar oficialmente casados con ellas y sin embargo llamándolas esposas. Esto es lo que busca también Iván, mencionado al principio de este artículo.

“Mis requisitos incluyen mantener las cosas ordenadas y cocinar junto con la primera esposa, y a veces conmigo”, dice enumerando sus requisitos para una segunda esposa.

“¿Y qué hay del sexo?”, pregunto.

“Podemos tenerlo como un trío, o puedo tenerlo con una después de la otra. Nos parece bien cualquiera de las dos opciones, al fin y al cabo somos personas libres”, responde Iván.

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