Así es Kesha, el único gato en un alejado archipiélago del océano Ártico (Fotos)

Estilo de vida
VICTORIA RIÁBIKOVA
En el archipiélago de Spitsbergen, donde hay noruegos y rusos, no se permiten mascotas. Sin embargo, el gato Kesha se las arregló para evitar la prohibición: según sus documentos, es... un zorro polar.

Alrededor de 3.000 personas viven en el archipiélago noruego de Spitsbergen en el océano Ártico. En invierno la temperatura baja hasta -16°C y en verano sube hasta +7°C. La abrumadora mayoría de la población es noruega y los rusos se concentran en un pequeño pueblo llamado Barentsburg, donde pueden llevar a cabo actividades de investigación y comerciales debido al estatus especial del archipiélago. Es aquí, entre las pequeñas casas de paneles, la iglesia de madera y los monumentos a Lenin y al comunismo, donde reside el gato Kesha.

No tendría nada raro si no fuera por el hecho de que no están permitidas las mascotas en el archipiélago, con la excepción de pájaros enjaulados, conejos, pequeños roedores y, con un permiso especial, perros. Se cree que los gatos podrían perturbar el equilibrio ecológico al contraer la rabia u otras infecciones de los zorros y liebres polares. 

No se sabe con certeza quién y cómo trajo a Kesha al archipiélago. El residente local Denís Yurison, en una entrevista con el portal online AltaPress, dijo que el gato fue traído en secreto por los rusos en los años 2000, y que lo registraron como un zorro polar. 

Kesha pasa casi todo su tiempo en la calle, donde se alimenta de lo que le dan lugareños y los turistas. Los visitantes extranjeros del archipiélago lo llaman el Zorro Ártico Jengibre.

Según Olga Kostrova, que organiza visitas al archipiélago, Kesha tiene un propietario. 

“No es un gato abandonado, sino un amante de la libertad. Le encanta salir a pasear, pero vive en una casa con su dueño. Si la gente le da de comer, estará encantado”, dijo Kostrova.

En 2020 Kesha cumplió 12 años, dice Yulia Litvinova, una residente local, pero sigue siendo muy activo.

“Nunca lo han visto luchando con zorros polares. Pero cuando salen a pasear a los perros del centro de huskys, es mejor darle mucho espacio. Se sabe que Kesha ataca a los perros”, dice.

Por otro lado, se rumorea que Kesha ya no es el único gato del archipiélago. En julio de 2020, los turistas fotografiaron un gato muy similar a Kesha, pero con un tono de pelo ligeramente diferente. Yulia dice que ella también ha comenzado a ver otros gatos en la isla, pero Kesha sigue siendo el más popular.

“Kesha me hace feliz [cuando aparece] a la hora del almuerzo. Ahora ha perdido mucho pelo, tiene bolas de pelo y sus ojos se humedecen. Pero sigue siendo una de las principales atracciones de Barentsburg. Según la leyenda, si acaricias a Kesha y pides un deseo, se te hará realidad”, dice Litvinova. 

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