El volcán más alto de Eurasia, el Kliuchevskaia Sopka, se despertó a finales de septiembre. A principios de octubre, comenzó a arrojar lava y ceniza, y su actividad no ha disminuido.
Debido al fuerte aumento de la actividad, a la erupción se le ha asignado un nivel de peligro naranja, lo que implica la posibilidad de terremotos locales, así como flujos de lava y cenizas de hasta ocho kilómetros de altura. Ahora la longitud del flujo de lava que desciende por la ladera del volcán alcanza un kilómetro. Los expertos también notan un aumento en el temblor volcánico y las emisiones activas de material caliente.
Según los científicos, la erupción de Kliuchevskaia Sopka no representa una amenaza para la población local. Se ruega a los turistas que se abstengan de hacer excursiones y escaladas en la zona.
El volcán comenzó a entrar en erupción nuevamente después de una pausa de dos meses; estuvo activo desde noviembre de 2019 hasta julio de 2020.
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