1. Irina Meier (846.000 seguidores)
El nombre real de la que quizá sea la cosplayer más popular de Rusia es Irina Pirozhnikova. Nació en Ucrania en 1997 pero se mudó a la región de Moscú en su adolescencia, explica la web Championat.ru.
Irina se interesó en el cosplay cuando tenía 11 años. En una entrevista señaló que también le gusta bailar, que era maquilladora profesional y que estudió publicidad en la universidad. Dice también que pasaba su tiempo libre haciendo de modelo y jugando al Skyrim.
Irina ha hecho de cosplay Babydoll de Sucker Punch, Dota 2, Harley Quinn de Batman: Arkham Knight, Sonya Blade de Mortal Kombat X, Supergirl, personajes de The Witcher, Lara Croft y muchos otros.
2. Zhanna Rudakova (476.000 seguidores)
Zhanna no comparte detalles de su vida privada, así que solo sus amigos saben cuándo nació, creció y fue a la universidad. Sin embargo, en la comunidad rusa de cosplay, se la conoce como la primera cosplayer rusa que ha convertido su hobby en un exitoso negocio, según el Geek`s Way: Cosplay & Stuff.
Zhanna ha estado practicando cosplay y haciendo pelucas por encargo desde 2009. También tiene un sitio web en el que vende carteles y otros productos. También tiene un estudio fotográfico para los cosplayers.
La lista de personajes que hace es interminable: incluye no solo personajes femeninos de La Bruja, El Príncipe de Persia, X-Men, Silent Hill y otras películas, videojuegos y series de televisión, sino también personajes masculinos, como el Guasón.
3. Ilona Bugaeva (430.000 seguidores)
Ilona es de San Petersburgo. Desarrolló su interés en el cosplay en 2014, cuando visitó un festival de cultura pop y cosplay con unos amigos. Entonces decidió que asistiría al siguiente festival convertida en personaje: hizo su primera aparición como Elizabeth del videojuego BioShock Infinite.
“Mis amigos afirmaron de manera unánime que yo era la viva imagen de Elizabeth y que si no hacía cosplay con ella cometería un gran error. Sucedió que el día después del festival descargué BioShock, lo probé y me enamoré de este personaje. Así que un mes después, asistí a un festival convertida en ella”, recordó Ilona en una entrevista con Metro.
Bugaeva ha construido una sólida base de seguidores de Instagram gracias al cosplaying de Hermione, Bella de la Bella y la Bestia, Khaleesi y otros personajes. Pronto Ilona comenzó a recibir invitaciones a festivales internacionales de cosplay. Dice que la mayoría de sus fans están en el extranjero.
Además del cosplay, Ilona estudia psicología en la Universidad Estatal de San Petersburgo.
4. Anastasía Zelenova (101.000 seguidores)
Cuando era niña en la ciudad Ivánovo, Anastasía, soñaba con convertirse en bailarina. Sin embargo, en su pequeña ciudad no había oportunidades para entrenarse como bailarina de ballet. Se interesó por el cosplay a los 15 años y ganó popularidad gracias a las recreaciones inspiradas en los videojuegos y películas de Lara Croft.
“Todo comenzó en 2008, cuando no sabía realmente lo que era el cosplay. Vi fotos de chicas vestidas como Lara Croft y decidí que debía probarlo también. Ese mismo año, hice un disfraz de Lara Croft para una sesión de fotos en un teléfono móvil. Hoy en día, los recuerdos de esa sesión de fotos me hacen sonreír”, recordaba Anastasía en una entrevista.
En su tiempo libre baila para mantenerse en forma y en 2018 creó una agencia de talentos de cosplay, donde los organizadores de eventos pueden contratar cosplayers.
5. Elena Samko (49.300 seguidores)
Elena es de Novosibirsk. Comenzó a hacer cosplay en 2014. En una entrevista explicaba que antes creaba imágenes para sesiones de fotos y producciones teatrales.
Recordó que en la escuela pesaba unos 100 kg, pero se las arregló para recuperarse y perdió 38 kg, hasta 62 kg.
Elena prefiere hacer cosplaying de personajes de terror. Siempre hacer el vestuario y el maquillaje de un personaje futurista y le da gran atención a los detalles. A menudo utiliza maquillaje de plástico. En algunos de sus personajes, ella es prácticamente irreconocible.
En su tiempo libre disfruta jugando a los videojuegos y aprendiendo idiomas.
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