El personal de un restaurante que se desnudó en protesta por el confinamiento (Fotos)

HOLY PLACE /Reuters
A pesar del levantamiento del confinamiento por el coronavirus, varios restaurantes y cafés regionales rusos siguen cerrados en medio de la crisis actual, sin que les llegue suficiente dinero de las entregas para seguir pagando los salarios. Esto llevó a algunos propietarios a anunciar un reto bastante picante.

El desafío apareció en Internet el pasado15 de mayo, comenzando con el hashtag #голыйголод (“hambre desnuda”), creado por la cadena ‘ReLabi con sede en Kazán. El objetivo declarado del desafío era concienciar sobre el problema económico que surgió debido de los cierres forzosos en el punto álgido de la crisis del coronavirus.

“Queremos trabajar y ganar dinero. Sólo en Kazán, ha habido varios miles de cierres. No estamos haciendo ninguna demanda o ultimátum con esto, o participando en ningún tipo de provocación. Estamos pidiendo ayuda, cooperación y apoyo”, escribió el establecimiento en un post de Instagram.

El post habla de que algunos empleados tuvieron que “superar, en algunos aspectos, la timidez  ante la cámara y abandonar sus respectivas zonas de confort”.

Otros restaurantes y bares de toda Rusia pronto siguieron sus pasos.

“No entendemos cómo somos peor tratados que los mercados al aire libre, los proveedores de materiales de construcción o los salones de belleza” escribió el personal de Holy Place y Funky Food (en Krasnodar) en sus respectivas páginas de Instagram.

Los miembros del personal de ambos restaurantes se quitaron la ropa ante la cámara, subtitulando las fotos realizadas con la etiqueta "#голые рестораны/когда конец? (“restaurantes desnudos” y “¿cuándo terminará?”).

La responsable conceptual del restaurante georgiano “Beseda” de Ekaterimburgo, Albina Alvinskaia, se unió a la protesta con el hashtag #вынасраздели (“nos has dejado desnudos”).

Mientras tanto, un restaurante italiano con sede en Sochi se pronunció: “Nuestro negocio se ha quedado sin apoyo financiero en el momento del cierre  y no nos han prometido algo después de que todo esto termine. Por eso nos presentamos ante ustedes desnudos, para demostrar lo que nos queda”.

Los restaurantes, bares y cafés no fueron los únicos en la industria alimentaria en protestar así por las medidas tomadas. También se les unieron las fábricas de queso.

“Muchos pequeños queseros solían entregar sus productos a los restaurantes. Que todo esto termine pronto, para que los restaurantes abran sus puertas y las fábricas de queso vuelvan a funcionar a pleno rendimiento. O no tendremos suficiente para pagar los delantales”, escribió la quesera Maria Kandirina.

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