“Vivo en Wuhan y no es el apocalipsis”: testimonios de rusos que se han quedado en China

Estilo de vida
EKATERINA SINÉLSCHIKOVA
Hemos preguntado a nuestros compatriotas que viven en el país asiático sobre el coronavirus y nos han contado cómo es la situación y cómo se sienten.

El número de personas en China que tienen la infección causada por el nuevo coronavirus, conocido como 2019-nCoV, es de varias decenas de miles de personas. El mayor número de casos se ha registrado en la ciudad de Wuhan, de 11 millones de habitantes, en la provincia de Hubei. La ciudad es el epicentro del brote. Los primeros pacientes se registraron allí a principios de diciembre, y el 22 de enero las autoridades chinas cerraron Wuhan. La embajada rusa en Pekín informó que en total 132 rusos habían manifestado el deseo de salir urgentemente de la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, aunque, según la prensa, hay más de 300 rusos. El pasado 4 de febrero se evacuaron 80.

Daria Kuznetsova, ciudad de Wuhan: "Aún no hemos visto ningún militar"

Vivo y estudio en Wuhan. Me mudé aquí permanentemente hace 18 meses. Cuando empezaron a llegar los primeros informes, estaba en una ciudad vecina para hacer un curso universitario y tuve que volver el 23 de enero. Tan pronto como entré en la ciudad, Wuhan fue cerrada y ya no hubo oportunidad de salir.

Durante los primeros días de la cuarentena las cosas fueron tensas, pero ahora es mejor. Se han enviado todos los recursos: los mejores médicos y especialistas, donaciones, así como dos nuevos hospitales. La gente se ha calmado. Salimos de casa para hacer compras u otras cosas. Nos ponemos máscaras y, si es posible, un par de gafas también. Cuando volvemos a casa, limpiamos las cosas con una solución alcohólica o desinfectante, según nos han aconsejado. El transporte público aquí no funciona pero hay coches privados. Los taxis solo funcionan en situaciones de emergencia. Si necesitas un taxi, debes preguntar en la oficina administrativa correspondiente y ellos te conseguirán un vehículo.

Hay un puesto de control en cada distrito de Wuhan. Siempre ha sido así, incluso antes del brote del virus. Es un puesto de control de seguridad ordinario. Todos los distritos de las ciudades chinas están organizados de esta manera para garantizar la seguridad. Ahora, cuando salimos de nuestro complejo residencial, los de seguridad se asegura de que llevamos puestas nuestras máscaras. Hay coches oficiales y policía en las calles, pero aún no hemos visto a ningún militar. En general, la ciudad está bastante desierta, pero sería incorrecto compararla con un apocalipsis zombi. Nadie niega que la situación es difícil. Normalmente Wuhan es una ciudad animada pero la gente entiende la situación e intenta quedarse en casa. Creo que la única información que es 100% confiable es la información oficial publicada en los medios de comunicación chinos.

En lo que respecta a la evacuación, es una cuestión que deben decidir los individuos. He estado en el hospital dos veces. Una vez visité a algunos doctores que conozco y la otra vez fue cuando me puse unas máscaras protectoras. Muchos hospitales en Wuhan las necesitan y yo trato de ayudar. Los hospitales están abarrotados.

Valentin Ovchinnikov, ciudad de Wenzhou (a 847 km del epicentro): "Si me quedo sin dinero, le pediré a mi jefe chino un poco"

Me mudé a China por trabajo en septiembre del año pasado y me instalé en Wuhan. Algunas personas que conozco viven en Wenzhou y decidí ir a verlos por unos días, planeando salir el 2 de enero. Ya tenía mi billete cuando un conocido en Wuhan me dijo que, al parecer, la ciudad había sido afectada por un virus, que había algunas muertes y era mejor irse. Esto fue el 31 de diciembre. Me subí al tren y dejé la ciudad sin problemas.

El número de casos se cuenta provincia por provincia. En la que me encuentro actualmente está en segundo lugar después de Hubei. Aquí han sido afectadas 829 personas. En Wenzhou viven casi ocho millones de personas, pero ahora casi no hay gente en la calle, aunque tampoco hay restricciones para desplazarse. Los cafés y los bares están cerrados y comprueban tu temperatura cuando entras en un supermercado. Una vez tuve fiebre, 37,7ºC, y me asusté. Me la midieron por segunda vez y era normal, así que me dejaron pasar. Si tienes fiebre, te pedirán que vayas al hospital más cercano. Si te resistes, te obligarán.

Las tiendas tienen de todo. Lo que falta ahora, sin embargo, son máscaras faciales protectoras. No puedes salir sin una, ya que te multan. No tengo una mascarilla adecuada, con un filtro. Solo tengo una de tela, pero no protege muy bien contra la infección. Si es necesario, me pondré una bufanda o un jersey alrededor de la nariz y la boca.

Ahora todo el mundo espera que el brote alcance su punto máximo, que es cuando se aclarará quién está infectado y quién no [el período de incubación del coronavirus es de 14 días; de momento, no todos los infectados mostrarán los síntomas todavía]. Los chinos están tranquilos, no hay pánico. Algunas de las personas que conozco dejaron Wuhan antes de que se declarara la cuarentena o fueron evacuadas en aviones militares rusos, pero muchos han decidido quedarse. La mayoría de los que se han quedado sin dinero se van. En Wuhan la gente se ha encontrado encerrada, y no se les ha pagado porque nadie está trabajando. Por el momento estoy usando el dinero que tengo. Si me quedo sin dinero, le pediré a mi jefe un poco. Mi jefe chino me lo dijo: “Por ahora, no te metas”. No estoy seguro de que quiera ser evacuado. Los que se llevan a Moscú deben permanecer en cuarentena durante 14 días, pero yo vivo en el otro extremo de Rusia. La distancia de Moscú a Vladivostok es de 9.000 km y tendría que hacer mi propio camino a casa.

Olesya, ciudad de Shenzhen (1.000 km al sur de Wuhan, 30 km de Hong Kong): "Mucha información errónea"

Hasta el 20 de enero no habíamos oído hablar del coronavirus. La situación se volvió grave el 21 de enero cuando las autoridades nos lo notificaron por mensaje de texto. El consejo principal fue usar máscaras faciales y lavarnos las manos adecuadamente.

Durante los primeros días del Año Nuevo Chino hubo problemas con las verduras, pero eso no se debió al pánico sino a que durante las vacaciones nadie está trabajando, y simplemente no hay entregas de verduras frescas a las tiendas.

No hay colas en las farmacias chinas, eso es en Hong Kong. Allí la gente empieza a hacer cola antes de que las farmacias abran. Actualmente es difícil comprar máscaras faciales en cualquier lugar porque todo el stock se acabó antes del Año Nuevo Chino, después de que todos recibieron los mensajes de texto sobre el virus. Durante las vacaciones la producción se detuvo por completo. Leí que algunas fábricas permanecieron abiertas esos días y al personal se le ofreció una paga extra. Estaban haciendo máscaras, pero que todas se dirigían al epicentro del brote porque hay una escasez catastrófica allí.

Hay muchos rusoparlantes en China que no saben mandarín, por lo que entre ellos circula una gran cantidad de información poco fiable: a pesar de que nadie lo verifica, esa información se difunde. Por nombrar un ejemplo ridículo: en algún lugar se escribió que había 20 millones de casos de la enfermedad.

 ¿Estoy asustada? Tal vez un poco. Vivo en el sur de China, estamos muy lejos del epicentro. Pero dado que una gran parte de la población de Shenzhen está compuesta por inmigrantes, también estamos en la zona de peligro. Mucha gente está regresando de otras provincias después de las vacaciones y no sabemos quién está infectado y quién no. Pero no veo la necesidad de evacuar. La gente puede pasar felizmente un mes en casa en cuarentena. Es mejor quedarse en casa que andar por los aeropuertos y estaciones de tren.

Evgueni Tsoi, Pekín (a 1.150 km de Wuhan): “Los precios de los billetes son una locura”

Me traje a Pekín a toda mi familia, mi esposa y mi hijo, donde trabajo en el sector del marketing y la venta al por mayor. Nos enteramos del virus por Internet, como el resto del mundo. Al principio no nos lo tomamos en serio. Luego empezamos a preocuparnos. Pero, en mi opinión, la situación es estable y no hay pánico en absoluto. Todo el mundo espera con calma que el virus retroceda. Las escuelas, los jardines de infancia y los centros de enseñanza superior están en receso. Tampoco vamos a trabajar. Todo está cerrado por el momento, y las vacaciones de Año Nuevo se han extendido.

Tengo que decir que los chinos se las están arreglando muy bien en general. Tienes que darles crédito. Los rusoparlantes en Pekín no tienen pánico, pero tienen miedo. Los que entraron en pánico salieron hace mucho tiempo. ¿Qué se puede decir? Da miedo, por supuesto, cuando ves lo que se informa en los medios de comunicación. No hay problemas para salir, compras un billete y te subes a un vuelo. Aunque el precio de los billetes es una locura. No leemos mucho los medios, pero creo que los informes oficiales (sobre el número de casos y el número de muertos) podrían ser la verdad, ya que no son cifras bajas.

Por el momento, no estamos pensando en irnos. Si estamos destinados a enfermar y morir, nos encontraríamos con el mismo fin en casa. En cuanto a los rusos que dicen “quédate en China y no propagues el contagio”, no quiero condenar a nadie pero creo que todos los que escriben así están siendo un poco egoístas. Imagínate que están en nuestro lugar.

El pánico del coronavirus y cómo algunos rusos sacan dinero gracias a él.