“El padre del culturismo moderno” Eugen Sandow es una figura de culto para millones de culturistas de todo el mundo, incluyendo famoso como Arnold Schwarzenegger. No solo tenía grandes músculos y una fuerza increíble, sino también una aguda perspicacia para los negocios. Gracias a Sandow que el culturismo se hizo popular en todo el mundo y se ha transformado en un negocio multimillonario hoy en día.
Eugen Sandow nació en 1867 de padre alemán y madre rusa. Su nombre de nacimiento fue Friedrich Wilhelm Müller, pero para su carrera decidió usar un seudónimo basado en el sonoro apellido de soltera eslavo de su madre, Sandov.
Fue un niño flaco y enfermizo, al igual que muchos destacados culturistas “hechos a sí mismos”. Se embarcó en un programa de entrenamiento con el objetivo de cambiar completamente su físico. Además, estudió medicina, carrera con la que aprendió anatomía y fisiología. Estos conocimientos le resultaron muy útiles cuando dejó su ciudad natal, Königsberg, para promover el culturismo en todo el mundo.
Hombre fuerte
El alemán Ludwig Durlacher, conocido como el Profesor Atila y un hombre fuerte de la época, desempeñó un gran papel en la transformación de Sandow como atleta. Bajo la guía de su mentor, Eugen se convirtió rápidamente de un adolescente flaco a un fornido reforzado.
Eugen Sandow viajó por todo el mundo y vivió en Bélgica, Gran Bretaña y EE UU, donde trabajó como hombre fuerte de circo. No era un gigante, medía 1,70 m y pesaba 80 kg. Sin embargo, tenía una enorme fuerza escondida tras estas modestas medidas.
Los trucos de fuerza del atleta eran increíbles. Podía hacer cientos de flexiones seguidas, volteretas con dos pesas de 27 kg en sus manos extendidas, soportar el peso de tres caballos en una plataforma sobre su pecho, y acostarse de espaldas y levantarse de nuevo sosteniendo una barra de 115 kg.
El hombre de negocios
A pesar de estos logros, es poco probable que su nombre hubiera sobrevivido hasta hoy si se hubiera limitado a ser un hombre fuerte del circo. Tenía otras ambiciones, mucho mayores.
En 1897, a los 30 años, lanzó la producción de una de las primeras líneas de suplementos de nutrición deportiva del mundo además de una revista deportiva mensual. El nombre de la marca Sandow también aparecía en los equipos deportivos y -aunque sea difícil de creer hoy en día- incluso en los paquetes de cigarrillos. Eso sí, el atleta abogaba por un estilo de vida saludable.
El talentoso empresario abrió una cadena de gimnasios, tanto para gente común como para los más adinerados. Los clubes para estos últimos tenían gruesas alfombras persas en el suelo, espejos dorados en las paredes y equipos deportivos con acabados aristocráticos.
Los gimnasios de Sandow surgieron en Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Japón. Promovieron activamente un conjunto de ejercicios ideados por Eugen para todas las edades; el llamado Sistema Sandow, cuyo interés perdura hasta hoy.
Amigo de Conan Doyle y del Rey de Inglaterra
Aunque sea difícil de creer, el creador de Sherlock Holmes y el hombre fuerte del circo de Prusia Oriental eran muy amigos. Durante muchos años, Sir Arthur Conan Doyle se ejercitó con el Sistema de Sandow y, junto con el escultor Sir Charles Lawes, los tres hombres fueron jueces en la primera competición del mundo dedicada a encontrar el cuerpo más perfecto, celebrada en 1901.
80 participantes de toda Gran Bretaña, vestidos con pieles de leopardo, se reunieron en el Royal Albert Hall de Londres para encontrar al mejor culturista. Las reglas para juzgar este tipo de competiciones aún no habían sido ideadas, y no fue nada fácil elegir al ganador. Después de una larga selección, quedaron tres contendientes.
“Los tres hombres eran maravillosos, pero uno era un poco torpe y otro un poco bajo, así que le dimos la valiosa estatua de oro al del medio, que se llamaba Murray, y que venía de Lancashire”, recordaba Conan Doyle.
En 1911 Sandow se convirtió en entrenador personal del rey de Inglaterra, Jorge V. El monarca le otorgó el título de Profesor de Cultura Científica y Física. El profesor, de 44 años, abandonó su carrera de hazañas récord y comenzó a escribir libros sobre culturismo.
Toda la vida de Eugen Sandow tuvo que ver con demostraciones extremas de fuerza y su muerte no fue diferente. En 1925 murió de una hemorragia cerebral tras sacar su coche de una zanja con una mano.