¿Sabes qué tienen en común los siguientes rusos? Un productor que escribió una serie sobre un alcalde corrupto y escribe canciones satíricas virales, un empresario que dirige una empresa que produce contenido para el canal de entretenimiento más popular y dos copresentadores del principal programa nocturno.
La respuesta es que alguna vez todos tuvieron que usar trajes extraños y realizar algún tipo de teatro humorístico dirigido a estudiantes frente a una audiencia de 10-50 personas. Todos ellos (Semión Slepakov, Artur Dzhanibekián, Dmitri Jrustaliov y Alexánder Gudkov, respectivamente) comenzaron sus exitosas carreras en el mundo del espectáculo en KVN, un programa que se ha transmitido en Rusia desde la época de Nikita Jrushchov. También han pasado por aquí miles de personas más.
Historia antigua
El KVN (Club de la Diversión e Inventiva) nació en 1961 por iniciativa de un grupo de estudiantes moscovitas. Desde el principio el espectáculo fue un concurso en el que diferentes equipos daban respuestas divertidas a las preguntas del jurado y del público. Además, hacían escenas cómicas y el jurado accedía a su actuación.
Sin embargo, esta sencilla fórmula no tardó en crear problemas, ya que los jóvenes comediantes bromeaban, entre otras cosas, sobre la política soviética. El poder estaba descontento con esto y cerró el KVN en 1972. Así permaneció durante 24 años.
KVN a lo grande
Sin embargo, cambió el clima de los tiempos y el programa reapareció en 1986. El éxito fue abrumador y el revivido KVN se convirtió rápidamente en un pasatiempo masivo. La competencia televisiva no era más que la punta del iceberg. Cada gran instituto y ciudad tenía su propio equipo de KVN y en ocasiones había incluso una liga entre diferentes equipos.
La versión televisiva de KVN fue el programa de humor más popular para los jóvenes del país. La década de 1990 fue una edad de oro para este tipo de humor. “Éramos más populares que muchas estrellas del mundo del espectáculo”, recuerda Dmitri Jrustaliov, que solía participar en el popular equipo de San Petersburgo y que ahora es uno de los presentadores del programa nocturno, Noche Urgant, en el Canal 1 comenta: “¡Al actuar en el escenario me sentí, al menos, como uno de los Beatles!”.
Construyendo el imperio de la risa
En 1997 un hombre decidió sacar provecho del KVN. Alexánder Masliakov, presentador del programa desde 1964, registró a AMiK, la compañía que desde entonces tiene el monopolio de todo el contenido de KVN producido para la televisión.
AMiK también dirige las ligas oficiales del KVN en el país (hay más de 70 actualmente) y cada equipo compite en una liga oficial paga por tener derecho a participar. Según Forbes Rusia, los ingresos totales de AMiK ascienden a más de 3 millones de dólares al año.
Los juegos de KVN se emiten en el Canal 1, dando a los jóvenes la oportunidad de presentarse al público y de poder convertirse posteriormente en actores, guionistas, productores, etc. Pero para llegar a la mejor liga de la televisión cada equipo tiene que pasar unos tres o cuatro años en las ligas inferiores y pagar constantemente por la participación.
Surgen algunos rivales
En la década de 2000 se rompió el monopolio del humor de KVN. En 2003 varias antiguas estrellas de KVN del equipo de los Nuevos Armenios crearon un nuevo programa llamado Comedy Club (Club de la Comedia, en español), que tenía un enfoque diferente: chistes más directos y sucios y sin competiciones. Solo había comediantes del propio club haciendo escenas y burlándose de la audiencia.
Con el tiempo pasó de ser un programa normal a convertirse en otro imperio. La compañía Comedy Club Production creó contenido variado para TNT, el canal de televisión de entretenimiento más popular de Rusia.
Alexánder Masliakov y otros íconos de KVN son escépticos respecto al Comedy Club. “Los chicos que lo hacen tienen talento pero no me gusta el punto de partida que eligieron. Desprecio el humor obsceno”, dijo Masliakov en una entrevista. Sin embargo, el Comedy Club se ha emitido desde hace 13 años y sigue aumentando su audiencia. Prueban además nuevos formatos, como por ejemplo, el primer espectáculo de comedia en vivo de Rusia (llamado Stand Up) y experimentan con un tipo de humor de estilo occidental. Mientras que KVN se mantiene casi sin cambios desde la década de 1990.
Por otro lado, los blogueros de YouTube también se llevan su parte del pastel en la industria del humor y rivalizan con KVN. “Ahora hay mucho humor. En el pasado, KVN contaba con los mejores escritores, los mejores actores y ahora están repartidos en diferentes canales y proyectos. Cada vez se ve menos brillantez en el humor de KVN porque se paga poco a los participantes”, declaró Iliá Sóbolev, una de las estrellas más exitosas de Rusia. También solía participar en KVN, pero se dio por vencido hace mucho tiempo.
El legado a día de hoy
Muchos de los que solían disfrutar de KVN ahora lo critican. “La versión televisiva de KVN está hecha por aquellos que no tienen ni idea de cómo hacer una buena televisión. ¡Tienes que esperar ocho minutos para oír un chiste! Las personas mayores pueden morir durante este tiempo, lo que puede ser incluso mejor si la opción consiste en ver a algunos de los equipos modernos de KVN”, comentó Denís Chuzhói, otro antiguo participante de KVN y actualmente bloguero en YouTube.
Pero incluso a los que no les gusta KVN actualmente admiten que la mayoría de las personas que de alguna manera trabajan con el humor en Rusia empezaron sus carreras aquí. Tal y como como dijo Semión Slepakov, un exitoso productor y músico que escribe canciones irónicas sobre la realidad rusa: “Los que estuvieron en KVN están acostumbrados a inventar bromas en cualquier momento, en cualquier lugar, a menudo en condiciones terribles cuando no tienen dinero”. Esto es útil en el despiadado mundo del espectáculo.
KVN está vivito y coleando. En 2016, cuando el programa celebró su 55 cumpleaños y Vladímir Putin los felicitó, el concierto del aniversario estuvo entre los programas más vistos del año. Masliakov habla con seguridad: “En Rusia todo es posible, pero ¿la desaparición de KVN? No, eso es delirante”.
¿Putin haciendo chistes? Aquí puedes reírte un buen rato.