El psicólogo Michael Litvak explica lo que revelan algunas declaraciones de amor. ¿Qué frases son como una señal de alerta y cuáles demuestran sentimientos genuinamente profundos? Avisamos de que este psicólogo no se anda con chiquitas a la hora de juzgar los sentimientos ajenos...
Era una de las frases favoritas de las mujeres soviéticas y todavía sigue siendo popular. Litvak comenta al respecto: “La inmensa mayoría de las mujeres rusas nos han permitido expresar ciertas inclinaciones pedófilas, porque se trata de las palabras de un niño, de un niño pequeño, en vez de las de un hombre. Nuestras mujeres quieren ser madres y criar a sus maridos, tomar la posición más fuerte en la familia. En mi mente, se trata de una patología. Una pareja es normal cuando ambos contribuyen de la misma manera a la relación”.
Según Litvak: “Puedes distinguir fácilmente un marrano de un hombre, y no te casarías con el primero. En caso de que no seas zoófilo. Un alcohólico es como un cerdo, ambos gruñen. Solo un adicto es capaz de decir una fase como esa, y solo una mala hembra -en el sentido psicológico de la palabra- elegiría esta frase como una deseada declaración de amor”.
A pesar de esto, a muchas mujeres rusas les gusta escuchar esta frase.
Suena magnífico, ¿no? Al principio, todo parece que está bien con esta frase, pero un análisis más profundo nos muestra el engaño que esconde.
Litvak: “Es un signo de un amor adictivo y poco saludable. Normalmente este tipo de sentimientos aparecen cuando encontramos rasgos de carácter de los que carecemos en el objeto de deseo. Imagina que soy un automóvil poderoso y genial, pero carezco de ruedas. Y una mujer es una rueda. Ciertamente, necesito esta relación, porque sin ella soy inútil. Eso significa que soy como algo defectuoso. La mejor salida es huir de ella y desarrollarme, volverse 'mejor, más alto' que esta hembra, hacer que crezcan las ruedas, pero no para formar una pareja anormal, ya que algo así os hará infelices a los dos”.
Litvak cree que la mejor definición de amor es “una fuerte voluntad de ayudar a la pareja a progresar y a alcanzar el éxito”. De modo que un hombre cariñoso no encerrará a su pareja en casa, donde seguramente quedará estática o incluso retrocederá.
La recomendación de Litvak: “Olvídate de un hombre que quiere detener tu desarrollo o te convertirás en una prostituta en latencia. El dinero no es el objetivo del trabajo. Lo que sí lo es, es la realización de un sentimiento de autoimportancia. Es mejor ser peluquera que ama de casa. No hay amor donde hay dependencia”.
Si una mujer es partidaria de una declaración como esta, entonces demuestra que en el fondo de su mente está esperando dolor y violencia.
Litvak: “Es una pena, pero la principal idea con la que todavía se cría a las niñas en Rusia es que deben casarse, por las buenas o por las malas. Luego han de cargar con su cruz mientras gritan que son infelices. Se les enseña a ser masoquistas y a disfrutar con cualquier tipo de dolor”.
Michael Litvak cree que una relación “sana”, que hará feliz a una familia comienza con esta frase: “Compartamos alegrías y tristezas y aprendamos a superar juntos todas las dificultades”.
Hemos hablado con algunas mujeres rusas y nos han dicho cómo escogen ellas a un hombre.
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