Se ha vivido una situación en la ciudad de Severomorsk (a 1.500 km de Moscú), de la región de Múrmansk. Durante el divorcio, una pareja estaba repartiendo aquellas de sus pertenencias que se encontraban en el hogar familiar cuando la mujer decidió quedarse con la puerta de la entrada...
El tribunal dictaminó que la mujer debía abandonar el apartamento, que pertenecía a su ex, en una fecha determinada. Cuando llegó el día en que el marido y un funcionario del juzgado aparecieron en la residencia para comprobar si se había ido, se encontraron con que, junto a la exesposa, la puerta también había desaparecido.
Sin embargo, el funcionario admitió que la señora tenía derecho a quedarse con la puerta, por lo que no había quebrantado la ley. Se podría decir que era un caso abierto y cerrado (¡ten cuidado al romper con una mujer rusa!).
Por cierto, aquí hay 7 razones para no salir con una mujer rusa.
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