Durante un viaje oficial a la ciudad de Ufá (1.351 km al este de Moscú), el presidente Vladímir Putin, visitó una de las fábricas de motores más grandes de Rusia (construida en 1925). Mientras estaba en la factoría, fue filmado respondiendo a varias preguntas de los trabajadores, uno de los cuales hizo referencia a los tiempos de la URSS.
“Había una tradición en la era soviética: dar medallas y condecoraciones a las empresas. En aquel entonces, el colectivo de trabajadores de nuestra fábrica fue recompensado con dos Órdenes de Lenin y la Orden de la Bandera Roja del Trabajo”, dijo el obrero al presidente, antes de preguntar si tal práctica podría recuperarse. Aparentemente, él quería que la compañía volviese a ser condecorada, dado que está “entre los líderes de la industria”.
Putin solucionó el problema de una manera bastante inesperada: “En su lugar (de una condecoración) déjame besarte”, replicó, antes darle un abrazo, pero no un beso, mientras la multitud vitoreaba. ¡Qué manera de quedarse con él!
Más tarde, el presidente afirmó que más efectivo recompensar a las personas, no a las fábricas, por los logros conseguidos.
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