Así cuelan los cosmonautas rusos alcohol en el espacio

Cosmonauta Guennadi Padalka en el espacio.

Cosmonauta Guennadi Padalka en el espacio.

Roscosmos
Los rusos no pueden vivir sin alguna que otra celebración, normalmente alrededor de una botella de bebida espirituosa, incluso en el espacio.

El primer licor fue al espacio en 1971, a la estación orbital Saliut-7. El cumpleaños del unos de los cosmonautas se produjo en el período en que estaba en órbita y sus amigos-mecánicos le dieron un regalo incluso antes del lanzamiento: escondieron una botella de coñac armenio en la pulsera utilizada para medir la presión sanguínea.

Más tarde, los comités de inspección encontrarían docenas de escondrijos en varias estaciones en las que se había ocultado el alcohol. Los oficiales no lo niegan. Por ejemplo, el co-presidente del comité principal de selección de cosmonautas Viacheslav Rogózhnikov admite que casi todos los cosmonautas tienen tales escondites. "Está categóricamente prohibido, pero el alcohol aún aparece. No sé de dónde viene".

Contrabando… a base de dieta

Lo más probable es que Rogózhnikov esté haciéndose el loco. El esquema para llevar productos no muy canónicos a bordo de una nave espacial fue descrito por el héroe de la Unión Soviética, el cosmonauta Ígor Volk. En 1984, antes del lanzamiento de la Soiuz, compró dos barriles de pepinos encurtidos y coñac.

Cosmonauta Ígor Volk.

"Es imposible llevar a bordo más peso del que puede soportar la alineación del asiento", explicó Volk. "Pero mi compañero Volodia Djanibékov y yo pensamos en todo. Una semana antes del lanzamiento no comíamos nada, excepto pan y té. Perdimos alrededor de un kilogramo y medio o dos kilogramos. Empacamos todo en pequeñas bolsas de celofán y cuando estábamos vestidos, colocamos las bolsas en los trajes espaciales. Así es como despegué, con pepinillos encurtidos pegados a la barriga”.

El alcohol viajó al espacio gracias a manuales. "Era un tomo grueso. Quitabas la tapa y en lugar de las páginas ponías el licor. Podía caber alrededor de un litro y medio. Lo más importante es que no gorgotese".

El cosmonauta Gueorgui Grechko, que falleció recientemente y pasó 134 días, 20 horas, 32 minutos y 58 segundos en el espacio, habló sobre un método diferente y más complejo. En órbita, para no tener atrofia muscular, es necesario hacer ejercicios durante al menos dos horas al día. Para esto, la nave espacial tiene trajes especiales con mecanismos internos que obligan a los músculos a trabajar en gravedad cero. Fue en estos trajes, que los cosmonautas, que se iban cediendo en la estación, tenían sus escondites.

"Una vez en un traje para educación física encontramos una botella de medio litro con la etiqueta Eleutherococcus B (un tónico natural)", recuerda Grechko. "Pero cuando abrimos la jarra, ¡descubrimos que era coñac! Calculamos que cada día antes de acostarnos podíamos beber 8,5 gramos cada uno. Pero fuimos capaces solo de beber la mitad. Simplemente no éramos capaces de beber el resto. El líquido tiene el mismo peso cero que el aire, por lo que no se derrama, y ​​si se exprime, simplemente se mezcla con el aire en forma de espuma. Por eso tuvimos que dejar la mitad del trago donde lo habíamos encontrado. Nos sorprendimos cuando los siguientes cosmonautas regresaron a la Tierra y nos dijeron que habían terminado el coñac. ¿Cómo? Habían ideado un método. Uno de ellos subía al techo y agarraba el encase con los dientes y el segundo lo golpeaba en la cabeza. El primero descendia y el líquido, por la inercia, se derramaba en su boca. Luego cambiaban de lugar. Más tarde dijeron que, "Además de una educación superior, uno debe ser al menos algo creativo".

El mejor soporífero

Muchos astronautas creen que la prohibición oficial del alcohol en el espacio por parte de Rusia es simplemente dañina. Alexánder Lazutkin, que pasó 184 días en órbita, habla de esto abiertamente. "Una vez, debido a una anomalía en la estación, la composición del aire en los compartimentos cambió. Incluso los médicos en el Centro de Control de la Misión recomendaron un poco de alcohol para neutralizar los factores dañinos".

El dos veces héroe de la Unión Soviética Valeri Ryimin está de acuerdo con Lazutkin. "Todas las personas que vuelan le dirán que un sorbo de coñac en el espacio alivia la tensión y tiene un efecto positivo en el organismo". Una vez, antes de un lanzamiento, compré 12 botellas de coñac armenio. Lo vertí en bolsas de plástico con tapones de rosca. Lo más difícil fue llevar las bolsas al espacio, pasando por alto los diversos controles. Se colocaron seis litros en ciertos escondrijos, lo que no es mucho si se tiene en cuenta que la misión duraría un año y medio y en este período habría otras dos expediciones que traerían seis cosmonautas más. Obviamente, los anfitriones cordiales se reunieron con los invitados para celebrar un festín espacial.

El pequeño sorbo de coñac se conocía como "bulka". En la Tierra esto es 20 gramos, nada. Pero en el espacio, un "bulka" es un elixir mágico. Por ejemplo, tuvimos un día difícil y al día siguiente teníamos un experimento complicado. Nos metíamos en nuestros sacos de dormir pero no teníamos sueño en absoluto. El "bulka" te salvaba. No te gusta tomártelo todo de una vez. Uno aguante el "bulka" en su boca, en su lengua y luego traga lentamente. Estiras el proceso hasta 10 minutos. La pequeña gota de alcohol tiene un efecto fantástico en el espacio: te calma, elimina la tensión. Te quedas dormido rápidamente y por la mañana te levantas vigorizado. Esto es mejor que una pastilla, que te puede volver adicto rápidamente. La opinión común es que el coñac armenio es la mejor bebida alcohólica para el espacio. Estoy convencido de que es necesario legalizar el alcohol en el espacio en pequeñas cantidades, por ejemplo, como somnífero".

Un vaso contra el suelo

Pero, por extraño que parezca, lo más difícil algunas veces para los cosmonautas es volver a casa. Casi todos dicen que es muy difícil deshacerse del hábito de dejar flotar objetos en el aire. "Esto me pasó a mí", dice Pável Vinográdov, que voló al espacio siete veces. "La primera vez que volví del espacio le pedí a mi esposa un vaso de agua. Me lo bebí y solté el vaso en el aire sin pensar lo que estaba haciendo".

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