Estas son las compras más extravagantes de los departamentos estatales rusos

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La adquisición por la petrolera Rosneft de mantas y cubertería por valor de 5 millones de rublos (88.850 dólares) para equipar a uno de sus helicópteros provocó hace meses un escándalo en Rusia. Pero no se trata de un caso aislado. Desde tambores de Burundi a un mono, pasando por un inodoro de casi 30.000 dólares, Russia Beyond recuerda qué otras exóticas compras estatales convulsionaron a la sociedad rusa.

El pasado 22 de mayo, el opositor ruso Alexéi Navalni, jefe de la Fundación Anticorrupción (ACF), criticó a la compañía petrolera Rosneft (cuyo control pertenece al gobierno). Anteriormente, el sitio de Rosneft había publicado un documento en el que informaba sobre la compra de "artículos de interior" para su subsidiaria RN-Aerocraft. Navalni consideró que los artículos mencionados eran excesivamente costosos.

Una batalla dialéctica sobre vasos y tenedores

El importe total de los artículos adquiridos para el helicóptero Rosneft era de 5 millones de rublos (88.850 dólares). La lista incluía, por ejemplo, vasos de vodka que costaban 11.000 rublos (195 dólares) cada uno, así como mantas que de 124.000 rublos (2.203 dólares). "Se han vuelto locos con este lujo", se indignó Navalni y recordó a todos que el salario mínimo en Rusia es actualmente de 9,889 rublos (175 dólares).

En una entrevista con Kommersant FM el Secretario de Prensa de Rosneft Mijaíl Leóntiev explicó que la compra era necesaria para mantener la imagen de la empresa. "Hacer negocios de mil millones de dólares mientras se sirve comida en platos ordinarios no es muy decoroso". Leóntiev, que es famoso por sus afiladas declaraciones, comentó que es poco probable que Navalni "coma con las manos y se limpie la boca con la manga".

El helicóptero Mil Mi-8MTV-1 de Rosneft

Sin embargo, RN-Aerocraft no hizo la compra. Según la información oficial, el proveedor no quería bajar los precios de las mercancías. Leóntiev invitó sarcásticamente a Navalni a vender a Rosneft "cucharas y tenedores más baratos".

Un verdadero desfile de extrañas compras estatales

La vajilla y los artículos de la casa que tenemos en nuestras cocinas, incluso los más caros, parecen muy sencillos en comparación con lo que se puede encontrar en las webs de compra del Estado ruso, en las que, de acuerdo con la ley, se registran todas las solicitudes de licitación. Algunas compras provocaron indignación en la sociedad; otros provocan risas.

1. Una reparación de inodoro por valor de 28.000 dólares

En 2013 la Administración Municipal de Krasnoyarsk (3.352 km al este de Moscú) decidió reparar uno de los inodoros en la oficina del alcalde y decorarlo de "estilo neoclásico". "El visitante del baño debe sentir que está rodeado de estilo", escribió la publicación regional Sibnovosti. El costo de convertir un inodoro de toda la vida en una obra maestra arquitectónica, de acuerdo con la solicitud de licitación, era de 1,6 millones de rublos (28.000 dólares), algo que causó indignación entre los residentes de la ciudad. Al final, el alcalde de Krasnoyarsk Adkjam Akbulátov prefirió prescindir del costoso neoclasicismo y canceló la solicitud de licitación. Sus posaderas se siguen sentando en el mismo trono de meditación.

2. Tambores de Burundi en Sajalín

Los funcionarios de la Administración Regional de Sajalín (la capital es Sajalín del Sur, a 6,644 km al este de Moscú) querían celebrar la Nochevieja de 2010 con estilo e invitaron a cinco bateristas de Burundi a su fiesta de jóvenes talentosos. Los boletos de avión y el hotel, uno bueno, costaron 340,000 rublos (6,041 dólares).

Tambores de Burundi

El entonces gobernador de Sajalín, Alexánder Joroshavin, que no creía que tal exotismo fuera necesario, optó por usar el dinero estatal para diferentes propósitos y la solicitud de licitación fue cancelada. El propio Joroshavin, sin embargo, no recibió ninguna su recompensa por este intento de economizar en el gasto regional: en 2015 fue arrestado por aceptar un soborno por 5,6 millones de dólares.

3. Memorias flash… de malaquita

El almacenamiento de información es una actividad importante en las estructuras estatales, pero la Administración Regional de Sverdlovsk (situada en la capital de Ekaterimburgo, 1.416 km al este de Moscú) fue bastante extravagante en su intento de cubrir esta necesidad. En marzo de 2015, la administración publicó un pedido en el sitio de compra del estado de 40 memorias flash de 8 gigabytes. Hasta ahí todo normal. El problema es que se especificaba que debían estar decoradas con malaquita. El costo total de los suministros era de 244.500 rublos (4.344 dólares).

Malaquita

4. Almuerzos de lujo en Siberia

También en 2015, la Administración Regional de Novosibirsk (2.811 km al este de Moscú) presentó una extraña solicitud de licitación relativa a los servicios de catering para recepciones oficiales. Y es que su cuyo costo total era de 3 millones de rublos (53.310 dólares). El menú incluía alimentos como vol-au-vent con huevas de salmón, bebidas como un whisky que tenía por lo menos 18 años y otras cosas como tela asargada color naranja (la Nezavisimaia Gazeta escribió irónicamente que la mayoría de la gente de la región de Novosibirsk descubrió lo que era la tela asargada gracias a las noticias sobre esta solicitud de licitación del estado).

El incidente atrajo la atención del proyecto ‘Compras Honestas’ y una semana después el gobernador Vladímir Gorodetski retiró la solicitud de licitación y bajó su salario y el de los demás funcionarios.

5. Una oveja, un mono y un gallo

En la budista Buryatia (una república cuya capital es Ulán-Udé a 4,419 km al este de Moscú) es muy serio celebrar el Año Nuevo. En 2015, la administración de Ulán-Udé publicó un pedido de licitación para que se colocara una escultura de una oveja azul, por el símbolo chino de aquel año, en uno de los edificios. Costó 600.000 rublos (10.700 dólares). La idea no fue recibida con entusiasmo y el Frente Popular Público arguyó que este dinero habría sido suficiente para iluminar una calle entera, en lugar de ser gastado en una oveja poco atractiva. Un año más tarde, en 2016, los funcionarios moderaron su apetito: la escultura, un mono brillante esta vez, costó a la ciudad 300.000 rublos (5,350 dólares). La prensa criticó la idea, calificándola de "un gasto absurdo del dinero de los contribuyentes". En 2017 la ciudad fue adornada con un nuevo símbolo, un gallo ardiente, que también costó 300.000 rublos.

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