Su nombre era Aliona, un pibón rubio de 26 años de edad procedente de San Petersburgo, de piel clara y penetrantes ojos grises. Mark, de 37 años, la conoció en la aplicación de citas Badoo el pasado mes de abril, cuando planeaba hacer un breve viaje a Rusia. A pesar de vivir en Lyon, cambió su geolocalización a San Petersburgo, con el fin de conocer a algunas mujeres rusas antes de llegar al país eslavo. Fue Aliona quien le envió el primer mensaje.
Mark, sorprendido, leyó: “Estoy buscando una relación de amor a largo plazo” y decidió responderle. ”Era muy linda y divertida”, recuerda.
Intercambiaron mensajes en Badoo durante una semana y luego se pasaron a WhatsApp. Ella le envió fotos de comiendo pizza con sus amigos y tomando café a la orilla del río, además de algunos selfies de sofás. Hablaron de Rusia, de literatura, de hockey (el deporte favorito de Mark) y viajes. Resultó que Aliona nunca había estado en el extranjero. A menudo mencionaba que le gustaría ir a algún lugar, pero que nunca tuvo la oportunidad, ya que (según ella) era muy caro para los rusos.
Dos semanas después, Mark sugirió que se reuniesen en San Petersburgo, pero ella le dijo que tenía que visitar a su abuela en Rostov durante los días que él le proponía. “Me molestó, pero estaba dispuesto a cambiar mis planes. Ella me gustaba”. Así que le preguntó si podía llamarla, pero Aliona mencionó varios “problemas de conexión”. Para entonces, ella ya le había llamado “probablemente mi destino” un par de veces. Le pidió que le enviara 500 euros para comprarse un teléfono nuevo o para que le repararan el viejo para poder oír su voz. Cuando Mark se negó, Aliona lo bloqueó en WhatsApp y lo eliminó de Badoo. Luego desapareció.
Las mujeres que siempre tienen cosas que ‘van mal’
¿Qué fue aquello? ¿Oportunismo? No, sólo estafas románticas, un tipo común de fraude digital, cuando un cibercriminal “se enamora” de su víctima y de repente tiene “problemas financieros”. Las fotos que se enviaron probablemente no eran de Aliona. Los estafadores a menudo roban fotos en Internet. Es probable que “Aliona” no fuera una mujer. Los estafadores simplemente usan el señuelo de las mujeres rusas como cebo para vaciar los bolsillos de los crédulos hombres extranjeros.
Las cifras hablan por sí solas. Según la televisión rusa, sólo los hombres australianos envían 25 millones de dólares anuales a estafadores de Rusia y otros países exsoviéticos (principalmente Ucrania y Bielorrusia). Hombres en Estados Unidos desembolsaron una suma similar, seguidos por algunos de Gran Bretaña, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.
Esta es la prueba (si alguna vez fue necesaria alguna) de que los viejos timos siguen siendo los mejores: “Una mujer rusa me pidió que abriera una cuenta en mi banco. Dijo que quiere ingresar dinero en ella. Cuando lo haga, quiere que yo retire el dinero y se lo envíe. ¿Es una estafa?”, fue una pregunta publicada en Quora. Seguro que sí. ¿Cuántas veces le has pedido a un completo desconocido de otro país que abra una cuenta bancaria a tu nombre?
Incluso los estafadores aficionados pueden ser muy persuasivos. “Una mujer rusa llamada Karina Popova me envió correos electrónicos con fotos, pequeños vídeos y una buena conversación. Dice que no tiene redes sociales, que usa un teléfono celular donde trabaja, que este está bloqueado para las llamadas internacionales, que me escribe desde la computadora del trabajo, que su ordenador está roto, etc. Estoy casi seguro de que son unos estafadores, pero no sé cómo consiguen que las fotos y los vídeos parezcan tan convincentes”, nos cuenta el lector de Russia Beyond, Wander Och.
Un sistema para ganar dinero
Pocos estafadores operan solos, por lo que no es de extrañar que puedan producir fotos creíbles e incluso que el estafado llegue a chatear en Internet. “Si conoces el idioma y quieres ganar un poco de dinero, entonces tiene sentido. Traducir o escribir mensajes, tener citas. Para mí, es sólo un trabajo secundario, y a veces muy rentable”, afirma una tal Anguelika en un foro para búsqueda de marido/novio/patrocinador extranjero. Ella explica que las estafadoras se llevan una parte de las ganancias.
El uso de agencias matrimoniales es otro esquema común. “Una vez solicité un trabajo en uno de estos lugares. Era un apartamento de dos habitaciones en un edificio alto en Cheriómushki [un distrito de Moscú]. Aunque no me contrataron, aprendí cómo funcionan”, dice una mujer (que desea permanecer en el anonimato). La seudoagencia recoge fotos reales de mujeres de Internet, pero un intermediario (“una mujer de mediana edad con una voz agradable”) se encarga de hablar con los “pretendientes”. La primera solicitud de dinero para cubrir “necesidades” llega en la fase escrita de la comunicación. Después de cambiar a voz, se pide más dinero.
También hay webs de citas internacionales, y la cantidad de estafadores que se alimentan de ellos es de ver para creer (un tipo llevó a cabo un experimento: en sólo cuatro horas en la web, fue abordado por no menos de cinco estafadores). Luego están las populares aplicaciones de citas, como Tinder. Pero lo que más ayuda a los estafadores a conseguir sus objetivos es el deseo de la gente de no mirar a la realidad a la cara.
“Últimamente, un montón de chicas rusas intentan convencerme de que están enamoradas de mí (¿de miiii? ¿Un viejo feo?) y me mandan fotos de modelos rusas sexis, fingiendo que son sus propias fotos”, dice Francis Xavier, un guía turístico de Hamburgo, Alemania.
¿Todas las rusas son estafadoras?
Un rápido recorrido por los foros con mujeres rusas que buscan a un hombre extranjero sugiere que la respuesta es no. Dicho esto, pocas de ellas parecen dispuestas a viajar a cualquier parte por su cuenta.
En efecto, muchas no tienen dinero para obtener un visado (para las mujeres de los pueblos y ciudades de provincia, puede suponerles un tercio de su salario mensual). Y las rusas siguen convencidas de que gastar dinero demuestra una intención: “...es una verdad comprobada que los hombres extranjeros no aprecian el autosacrificio y comienzan a tomar en serio la búsqueda de una esposa rusa sólo cuando invierten su propio dinero”, escribe Evguenia. Sí, queridos hombres, esa es una opinión muy extendida.
Pero no temas, estos consejos prácticos te ayudarán a detectar a un estafador:
- Su primer mensaje suena a cliché e impersonal, no hace una sola pregunta y habla sólo de sí misma: el correo perfecto para hacer el envío masivo.
- Desde el principio, ella busca una relación “seria”, una pareja “seria” para toda la vida; todo es muy “serio”.
- No tiene cuenta en Facebook/Twitter/Instagram. De hecho, no hay ni rastro de ella en Internet.
- Ella te ha dado únicamente su correo electrónico. En serio, nadie chatea por correo electrónico en estos días. Sólo los estafadores.
- Sugiere llamarla a través de Skype u otra aplicación de mensajería de vídeo. Es una estafa si su cámara siempre está rota cuando quieres hacerle una llamada.
- Haz una búsqueda de imágenes de sus fotos en Google o TinEye. Tal vez sea una foto de archivo o una foto de otra persona.
- No tiene cuenta bancaria y no puede abrir una por alguna razón. Los estafadores utilizan sistemas de transferencia de dinero como Western Union, porque no se puede rastrear al destinatario.
- Sus historias están llenas de incongruencias. Debido a que hay muchos candidatos a ser timados y sólo un timador, “ella” no tiene tiempo para revisar los mensajes.
- Siempre está rompiendo cosas, siempre hay alguien que se enferma o muere. Y siempre tu dinero es la solución.
Pincha aquí para leer sobre los estafadores rusos más habituales.