“No se puede entender, bajo ninguna premisa, que los ciudadanos rusos consuman fruta de peor calidad y más cara, y los productores españoles y extremeños nos arruinemos por no poder vender la fruta”, así de contundente se mostraba la Unión de Agricultores y Ganaderos de Extremadura en una nota publicada a finales de abril.
Además, solicitan una reunión al embajador ruso en España, Yuri P. Korchagin, para desbloquear la exportación de fruta extremeña a Rusia en la presente campaña. El propio embajador afirmó en 2017 que España había perdido 700 millones por el veto alimentario.
“Los que no somos políticos entendemos que debemos dejar al margen rencillas pasadas y firmar un nuevo tratado comercial entre la UE y Rusia por el beneficio de ambas”, concluyen los agricultores extremeños.
Este año, a causa de la pandemia de coronavirus, la situación será todavía más complicada ya que se prevé una caída de la demanda debido al desplome del turismo.
El veto alimentario entró en vigor en 2014 y prohibió la importación de ternera, cerdo, verduras, hortalizas, frutas, carne de ave, pescado, quesos, leche y productos lácteos desde la UE, EEUU, Australia, Canadá y Noruega, en respuesta a las sanciones que se les impusieron por su papel en la crisis ucraniana; un argumento de índole política que impactó de lleno en los intereses agroalimentarios españoles. Antes del cierre España exportaba fruta por valor de 335 millones de euros al año a Rusia; carne, por 269 millones; y verduras y hortalizas, por 134 millones, informa la agencia EFE. A mediados del año pasado Putin firmó un decreto para extender hasta el 31 de diciembre de 2020 la orden de prohibición.
Por su parte, la Asociación Europea de Frutas y Hortalizas, EUCOFEL, entre las que se encuentran numerosas asociaciones y federaciones españolas, realizó a mediados de abril un escrito dirigido a la Comisión Europea para que tratara de abrir el mercado ruso y medidas específicas frente al coronavirus. Según ECOFEL la reapertura del mercado ruso sería una medida que ayudaría a paliar el impacto provocado por el covid-19.
Para la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX) la diversidad en las exportaciones y la proximidad frente a otros destinos no comunitarios son dos de las ventajas con las que contaba el mercado ruso, que no han sido cubiertas por otros mercados.