Oleg Voronin es el director del proyecto Cryptopussy. Está tratando de crear una cadena de burdeles en el que los clientes paguen con la criptomoneda. Según la prensa federal, Rospatent, el servicio encargado de las patentes, ya ha recibido la solicitud de Voronin. Espera que su proyecto aumente la demanda de bitcoins en Rusia.
Aunque hay otra vuelta de tuerca a su plan. Solamente “trabajarán” en sus burdeles las muñecas hechas con silicona natural y que tengan piernas y brazos móviles. Serán suministradas por RealDoll. Al parecer, una hora con alguna de estas bellezas sin vida tendrá un coste de unos 30 dólares. Voronin explica que si su proyecto tiene éxito, abrirá también habitaciones con muñecos para mujeres.
En octubre la actriz porno rusa Ekaterina Makárova, alias Maisy Sense- dijo a los líderes de los partidos políticos con representación en la Duma Estatal (incluyendo al primer ministro Dmitri Medvédev) que debería legalizar la criptomoneda y el mercado ICO, y ofrecerles sexo a cambio.