Los países latinoamericanos han incrementado considerablemente el volumen de la exportación de alimentos a Rusia, aseguran los expertos. “La magnitud del intercambio comercial entre nuestros países ha crecido en gran medida durante los últimos años, a pesar de los intentos de los países que han introducido sanciones contra Rusia, de convencer a los países latinoamericanos para no exportar su producción agrícola al país eslavo”, comenta a RBTH el experto financiero de la empresa Analitika Online Serguéi Dushechkin. Según este, el comercio bilateral entre Rusia y Latinoamérica es 2,5 veces mayor que en 2011.
Entre el 11 y el 14 de septiembre tuvo lugar World Food Moscow, el evento del sector alimenticio más importante en la región de la antigua URSS. Participan más de 1.600 expositores provenientes de, al menos, 70 países y recibió a más de 26.000 visitantes de diferentes rincones del mundo. La presencia latinoamericana en esta edición ha sido destacada.
A principios de septiembre de 2016 el presidente ruso, Vladímir Putin, se reunió durante la cumbre del G20 en la ciudad china de Hangzhou con el presidente de Argentina, Mauricio Macri. “Nuestros ministerios y departamentos de distintos ámbitos están en contacto. Nuestros parlamentos cooperan en formatos internacionales y regionales”, comenta el presidente de Rusia. Según Putin, “Argentina es un importante socio comercial y económico de Rusia en Latinoamérica y el comercio bilateral entre los dos países creció en un 1,7 % de enero a junio”.
La importación de países latinoamericanos ha logrado remplazar ya más de una décima parte de la importación de materias primas europeas, comenta Serguéi Dushechkin. Según el Servicio Federal ruso de Control Veterinario y Fitosanitario (Rosseljoznadzor), desde principios de 2016 Brasil suministró a Rusia 3.000 toneladas de materias primas, Uruguay 7.000 toneladas y Argentina 28.000 toneladas. Según señala el departamento, en 2015 Rusia obtuvo por primera vez 35.000 toneladas de carne de cerdo de Chile, y las manzanas argentinas y chilenas van expulsando poco a poco a las manzanas polacas, que hasta ahora lideraban el mercado.
“Las mejores condiciones para la exportación de alimentos a Rusia en los países latinoamericanos llegan en invierno, cuando llegan los meses más fríos en Rusia. Las frutas, verduras y bayas, tan necesarias para los rusos en esta época y debido a la ausencia de los proveedores europeos, comienzan a enviarse a Rusia en cantidades cada vez mayores”, comenta Dushechkin. Según el experto, la calidad de estos productos por lo general supera a la de sus análogos europeos.
“Los segmentos principales de sustitución de la antigua importación europea de alimentos por la de los países de Latinoamérica son el pescado, los lácteos y el azúcar”, comenta Konstantín Bushúyev, director de la sección de análisis de mercados de Open Broker. Sin embargo, la crisis económica se ha reflejado en el consumo de alimentos por parte de los rusos. De enero a julio de 2016 la importación rusa total cayó en un 7,7 % respecto al periodo análogo del año pasado. Además, la importación en agosto se redujo en un 12,4 % respecto al mismo mes del año pasado.
“La importación de alimentos se corresponde a cerca de un 14 % de la importación total rusa, y la importación rusa desde los países de Latinoamérica en estos momentos asciende únicamente al 3 %” — comenta Bushúyev. Según el experto, en esta circunstancia no hay motivos para hablar de una revolución significativa en la sustitución de alimentos europeos por latinoamericanos, esto únicamente se producirá en alimentos concretos.
Según señala el analista financiero de Finam Timur Nigmatullin, el factor restrictivo en el proceso de sustitución de la importación de alimentos desde Europa son los problemas logísticos y, como consecuencia, la difícil amortización de la producción y el mal ritmo de los envíos. Nigmatullin señala que la sustitución ha dado mejores resultados a los productores de Asia, la CEI y Oriente Próximo: China, Bielorrusia, Vietnam, Israel, Turquía, etc. “Los países latinoamericanos por ahora no lograrán sustituir a los proveedores europeos por completo, aunque son perfectamente capaces de ayudar a Rusia a sobrellevar la situación creada por las sanciones económicas” — comenta Serguéi Dushechkin.
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