Acróbatas, el pájaro de fuego y submarinos: inauguración de los Juegos Paralímpicos

En el estadio Fisht aparece de pronto el pájaro de fuego del folclore ruso, que trae la luz y la suerte. Este pájaro es remplazado de pronto por un remolino de personas de nieve en el que bailan tanto ancianos como unas pequeñas niñas que, a pesar de su debilidad, demuestran una fuerza increíble cuando están todas juntas.

En la inauguración de los Juegos Paralímpicos, además de los 2500 voluntarios, han participado más de mil actores. Muchos de ellos eran personas con discapacidad. La actuación de los acróbatas, según esperaban los organizadores, era una metáfora de la fina barrera entre la capacidad de mantenerse de pie y la caída. Y es que los deportistas no tienen miedo a caer, siempre están preparados para levantarse y seguir adelante.

La escena culminante de la ceremonia estaba protagonizada por el submarino Mir. Este submarino, del mismo modo que el movimiento paralímpico, intenta romper el hielo de la incomprensión, destruir  los estereotipos existentes sobre las personas con discapacidades. Pero, como se vio más tarde, no todo el mundo entendió esta interpretación.

Uno de los espectadores que presenciaron la ceremonia, George, de Estados Unidos, reconoce: “Me costó entender que había un submarino avanzando por el escenario y lo que significaba, hasta que leí el programa de mano, donde había un pequeño resumen de la ceremonia”.

La elección de la música para el desfile de los atletas paralímpicos no dejó indiferente al público ruso. Sonaron las melodías más conocidas de las más famosas películas rusas. Y los espectadores extranjeros disfrutaron con el componente visual de la ceremonia.

 “Una experiencia inolvidable. Me han gustado especialmente las palabras en el escenario en ruso y en inglés (“Вместе” y “together”, nota de la autora). Y los enormes globos transparentes que se movían por el suelo del estadio”, cuenta entusiasmada Mary de Gran Bretaña.

Katia, de la ciudad de Izhevsk, y Ksiusha, de Barnaul, estudian en Berlín. Hoy llevaban los carteles con los nombres de los países en el desfile de los atletas. Katia llevaba el de la República de Corea y Ksiusha el de Eslovaquia. Más tarde participaban en los bailes de una escena. Las chicas también participaron en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos el 23 de febrero.

Hace un año y medio enviaron una solicitud para participar como voluntarias y después pasaron por una serie de entrevistas y castings. Después de pasar por todas estas etapas, tuvieron que firmar un documento de confidencialidad respecto a toda la información relacionada con las ceremonias.

Ahora que se han revelado todos los secretos, ya pueden contar que vieron varias veces llorar al oso Misha y que sabían que el quinto anillo en la ceremonia de los Juegos Olímpicos no se iba a abrir. Esta decisión fue tomada después del fallo técnico ocurrido en la inauguraciónde los XXII Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi el 7 de febrero que impidió que uno de los Anillos Olímpicos se abriera. Después de nuestra charla, las chicas se van corriendo: “Nos han dicho que hoy hemos salido por la televisión. Queremos ver la retransmisión de la ceremonia”.

Hoy comienzan las competiciones paralímpicas, se disputarán las primeras medallas. Y la llama olímpica seguirá ardiendo en el pebetero hasta la ceremonia de clausura de los Juegos Paralímpicos, que se celebrará el 16 de marzo. 

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