No tienen análogos y los científicos apuntan al cambio climático. Fuente: Ígor Katáev / Ria Novosti
Por el momento, los únicos análogos conocidos se han encontrado en el fondo de los mares del Ártico, aunque según el doctor en ciencias técnicas del Instituto para el Estudio de los Problemas del Petróleo y el Gas adscrito a la Academia de las Ciencias rusa, Vasili Bogoyávlénski, estos prácticamente no se han estudiado.
En la práctica esto quiere decir que, mientras no se lleve a cabo una investigación a fondo, los científicos no podrán confirmar las condiciones en las que se generan estos agujeros ni las regiones donde podrían aparecer.
Lo cierto es que, si realmente constituyen un análogo de los hallados en el fondo de los mares de Kara, Pechora, Barents y otros (conocidos en el entorno científico con el término de pockmarks —marcas de viruela—) y se forman a causa de una explosión de gas natural, esto podría resultar muy peligroso.
“En estos casos podrían hundirse barcos en medio del mar, algo que ya ha ocurrido en el extranjero. En 1995, el buque ruso Bavenit estuvo a punto de hundirse en el mar de Pechora a causa de un escape submarino de gas ocurrido durante la perforación de un pozo poco profundo”, afirma Bogoyávlenski.
Al parecer, la estructura geológica de Yamal es similar a la de estos mares. Solo hay una excepción: este territorio está cubierto con una delgada capa de hielo permanente, el permafrost, del que apenas queda algo en los mares del norte.
“Hace unos 10.000-15.000 años, buena parte del lecho marino actual del Ártico era tierra seca en estado de permafrost. Además, una parte considerable estaba cubierta por un glaciar grueso, parte del cual se conserva en Groenlandia”, explica Bogoyávlenski.
“En la actualidad, una gran parte del permafrost prehistórico que se encontraba bajo los mares de Barents y de Kara se ha derretido. Aunque en algunas zonas aún se conserva, especialmente cerca de la costa. En el mar de Kara sí hay permafrost, pero se está degradando”.
La existencia en el lecho marino de cientos y miles de pockmarks podría significar que en adelante, con la degradación del permafrost, aparecerán nuevos cráteres en la tierra.
¿Qué es el permafrost?
El permafrost es la capa de suelo y rocas cuya temperatura se mantiene por debajo de los 0 °С durante un largo periodo de tiempo, desde dos hasta varios miles de años. En las zonas de permafrost, las aguas subterráneas se presentan en forma de hielo y su profundidad puede superar los 1.000 metros.
De acuerdo con el Instituto para el Estudio de la Criósfera de la Tierra, adscrito a la delegación en Siberia de la Academia de las Ciencias rusa, el permafrost ocupa en una u otra forma más del 70 % del territorio de Rusia, es decir, cerca de 12 millones de metros cuadrados. Los últimos 10 años esta superficie ha sufrido cambios. En el mundo, el permafrost ocupa, según distintas fuentes, una cuarta parte de toda la superficie terrestre.
Además de Rusia, también se puede encontrar al norte de Alaska, en Canadá, Europa, Asia, las islas del Océano Ártico y en la Antártida. Se puede encontrar incluso en las zonas montañosas de África. Solo en Australia hay una ausencia completa de permafrost.
El permafrost constituye un enorme depósito de gases de efecto invernadero y en particular de metano, el cual es en realidad el principal gas responsable del calentamiento de la atmósfera y no el dióxido de carbono, como se suele pensar.
Al ocupar una superficie tan grande, el deshielo y la degradación del permafrost, así como otro tipo de procesos, afectan de manera directa al clima mundial, lo que a su vez, según los pronósticos de los expertos de la ONU, podría dar lugar en este mismo siglo a un aumento de un metro en el nivel del mar.
Muchos estados insulares podrían acabar hundidos en el agua, parte de algunos países europeos, y como consecuencia del deshielo podrían desaparecer las estaciones de esquí de Suiza, Francia o Italia.
Aunque de momento todo esto queda lejos, así que volvamos a Yamal y a sus agujeros.
En el lugar del agujero se formará un lago
La versión del gas la confirma también Marina Leibman, doctora en geología y mineralogía en la delegación siberiana del Instituto para el Estudio de la Criosfera de la Tierra adscrito a la Academia de las Ciencias de Rusia.
Esta estudiosa del permafrost con más de cuarenta años de experiencia fue una de las primeras en visitar uno de los misteriosos agujeros situado cerca de Bovanenkovo (uno de los mayores yacimientos de gas de Rusia).
“Lo que más me sorprendió es que se trataba de un lugar que no había sido expuesto a la actividad del hombre. Lo primero que pensé fue que el agujero era el resultado de un accidente acaecido durante una exploración en busca de gas natural”, declara Leibman a RBTH.
Los científicos no se atreven aún a descender a su interior —el riesgo de derrumbamiento es demasiado alto—, aunque sí que han introducido una cámara de vídeo.
En el fondo del agujero se ha empezado a formar un pequeño lago de agua fangosa. La temperatura del aire está por encima de cero grados mientras que las paredes del agujero están congeladas, de modo que por estas cae agua mezclada con barro que se acumula en el fondo.
Usted afirma que, con el tiempo, el agujero se llenará y se convertirá en un lago. ¿Cuánto tiempo haría falta para eso?
No tenemos datos suficientes, de modo que solo nos podemos figurar que podrían pasar entre dos y tres años.
Puesto que aún no hay suficiente información, vamos a fantasear un poco. Aparentemente, la formación de este agujero podría estar relacionada con un aumento de temperatura en el clima local. ¿Significa esto que el territorio de Yamal se llenará de estas burbujas?
Todo el territorio no se llenará, puesto que para ello se tienen que dar una serie de condiciones muy específicas en un mismo lugar. Tiene que ver con el tipo de roca que se encuentra cerca de la superficie; depende del perfil geológico, de la cantidad de gas contenido en los poros, de la cantidad de hielo...
Ante grandes concentraciones de hielo, el cual tiene dos veces menos densidad que la roca, en el suelo se produce un proceso de redistribución de las sustancias. Hace falta que haya mucho hielo, que este se encuentre en un lugar en el que pueda acumularse el gas y a donde llegue una ola de calor. La ola de calor penetra [en la capa rocosa] con el tiempo. El calentamiento actual podría penetrar hasta una profundidad de 100 metros solo dentro de varias décadas.
¿Y hasta qué profundidad ha penetrado ya la ola de calor?
Aún no lo sé a ciencia cierta. Creo que en 2012 la ola de calor alcanzó los 20 metros bajo tierra. En el lugar donde se ha formado el agujero, se ha registrado un deshielo de 73 centímetros en el suelo.
¿En qué otras partes de Rusia se puede producir este fenómeno?
En Taimyr hay un agujero similar y, en teoría, se podría producir también en Chukotka.
¿Es decir que, probablemente, no encontremos nuevos agujeros más al sur de donde estamos ahora? (El agujero se encuentra a 69-70 grados de latitud norte)
No creo, puesto que hace unos 10.000 años hacía más calor que ahora y el permafrost de las regiones más meridionales se derritió. Las heladas allí se producen en regiones aisladas y con interrupciones en los valles de los ríos y en el fondo de los lagos profundos. Y lo que tenía que salir (en referencia al metano, nota de la redacción), hace tiempo que salió. De modo que el gas ya no tiende a romper el permafrost: puede filtrarse a través de las rocas que no están heladas.
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