Batalla entre la animación soviética y la occidental

Los primeros dibujos animados aparecieron en Rusia en el siglo XIX, cuando Vladislav Starévich inventó la animación stop motion, con la observación de la vida de un serie de escarabajos que viven en casas de cartón. La animación rusa continuó desarrollándose principalmente en Soyuzmultfilm, el estudio que llevó a la pantalla algunos de los personajes más queridos de Rusia como Winnie the Pooh, Erizo en la niebla y Un Gatito llamado Guau, entre otros. El 10 de junio Soyuzmultfilm celebró su 80º aniversario. RBTH presenta una selección de personajes e historias que migraron desde la URSS al Oeste y al revés.

En la época de la fundación de Soyuzmultfilm- los años 30- el gran reformador del cine mundial, Serguéi Eisenstein,  conoció a otro famoso genio llamado Walt Disney. El cineasta soviético recuerda su encuentro en un artículo titulado “Disney”:

“Los animales, peces y aves de Disney suelen estirarse y contraerse. <...> Este grito de optimismo solo podría haber sido hecho en dibujo, porque en ningún otro lugar de la realidad capitalista puede capturarse realmente una motivación tan optimista sin resultar engañoso. Pero afortunadamente tenemos líneas y pintura. Música y animación. El talento de Disney y algo que consuela tanto como el cine.”

Durante la Segunda Guerra Mundial el cine se convirtió en una importante herramienta de propaganda. La animación era el vehículo perfecto: el enemigo podía dibujarse de manera tan monstruosa y grotesca como la imaginación lo permitiese.

Casi simultáneamente, en 1942, Disney lanzó una fantasía grotesca sobre las desventuras del Pato Donald en el Tercer Reich, mientras que en 1941 los animadores soviéticos crearon un trabajo de agitprop llamado ¿Qué quiere Hitler? Evidentemente, lo que quería era devolver la tierra a los terratenientes y las fábricas a los capitalistas. Tampoco sorprende descubrir que lo que le espera es la muerte provocada por una bayoneta soviética.

En tiempos de paz la animación volvió a ser educativa. El juego del gato y del ratón, conocido a todos los niños, fue llevado a la pantalla por el estudio Metro-Goldwyn-Mayer en 1940.

Desde entonces todo el mundo tenía sus ojos centrados en la relación de amor y odio de Tom y Jerry. Esta serie de dibujos animados llegó a la URSS a principios de la década de los 80, cuando comenzó a difundirse el video. Sin embargo, los televidentes ya habían visto algo similar. En vez del gato y el ratón, el dúo más conocido era el compuesto por un lobo y una liebre de los cuentos de hadas rusos.

La animación soviética no solo se inspiró en el estudio Walt Disney. Por ejemplo, la película animada Dr. Dolittle (1971), basado en el libro por Hugh Lofting, influyó en la soviética Doctor Aibolit (1984) que fue dibujada (literalmente) a partir del cuento escrito por el poeta Kornéi Chukovski.

Otro ejemplo es el soviético Domovyonok Kuzya (1984) que es evidentemente un pariente cercano del Pumukl (1982) se convirtió en un personaje legendario de la animación alemana.

Un éxito claro de la animación soviética fueron los dibujos de  Winnie the Pooh. ¿Quién iba a pensar que Winnie the Pooh (1969) iba a capturar el corazón del público soviético de todas las edades y que sus citas iban a ser como memes culturales?

Todo fue gracias a la excelente traducción de Borís Zajoder (1958) de la historia escrita por Milne en 1926 y de los esfuerzos del director Fiódor Jitruk y el equipo de Soyuzmultfilm.

Comparemos la obra de Diseney La Bella y la Bestia (1991) basada en el cuento de Charles Perrault y la soviética La flor escarlata (1959), basada en la obra homónima de Aksakov (1868), que a su vez tuvo gran influencia de la obra de Perrault.

La animación de un país y otro suele ser similar entre sí. De hecho, las leyendas se parecen aunque sean aunque sean de diferentes culturas. Las historias se basan en la  mitología, que suele tener principios similares, independientemente de dónde procedan, bien sean las tribus de Papúa Nueva Guinea, los antiguos de Mesopotmia o los ancestros de los eslavos. De modo que en vez de sorprendernos por las similitudes, hay que comprender que son más similares de lo que uno pueda suponer a primera vista.

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El legendario estudio soviético de animación Soyuzmultfilm celebra el 10 de junio su 80º aniversario. RBTH recuerda algunas de las pocas películas del estudio que lograron salir al extranjero en la época de la URSS, impactaron a los espectadores de todo el mundo y dejaron su huella en la historia de la animación.

 

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