Edward Caylor.
Igor DunaévskiEl 26 de octubre de 1978, en plena Guerra Fría, Alfa Foxtrot 586 estaba realizando una misión de espionaje aéreo sobre la costa de Kamchatka. De pronto, en mitad de una fuerte tormenta, el avión se precipitó contra las olas, hundiéndose en las tumultuosas aguas del mar de Bering en apenas 90 segundos. Su comandante desapareció, tragado por la galerna, mientras 13 miembros de la tripulación quedaban al pairo, flotando en dos frágiles balsas de salvamento.
El barco de pesca soviético "Mis Seniavina", era el único buque lo suficientemente cercano para ayudar y se dirigió a las balsas de los aviadores estadounidenses, lo que hizo posible el rescate de 10 de ellos vivos, más tres cadáveres. Los supervivientes recibieron atención médica, pero estaban preocupados por el trato que esperaban recibir como espías enemigos. Sin embargo, fueron tratados bien y regresaron a custodia estadounidense tan solo una semana después.
El barco de pesca soviético "Mis Seniavina". Fuente: Foto del archivo
Durante mucho tiempo, los marineros soviéticos recibieron la admiración de los medios de comunicación de ultramar y el ex presidente estadounidense Jimmy Carter incluso envió un telegrama personal para darle las gracias al capitán del navío soviético Alexánder Arbúzov. RBTH ha conversado con alguno de los protagonistas de aquella odisea.
"Fue bueno que nos recogieran marineros de la Unión Soviética en vez de nuestra propia gente, de lo contrario habríamos muerto", comentó en su momento Ed Caylor, copiloto del desafortunado avión espía de la Marina de Estados Unidos, Alfa Foxtrot 586 (AF586).
-¿Qué quiso decir con aquella afirmación, Ed?
-En Estados Unidos, en aquella época, si alguien era recatado de agua helada era lanzado automáticamente en una bañera con agua caliente y era muy común que muriese porque toda la sangre fría va directamente al corazón y causa un infarto. Pero los pescadores rusos conocían un método mejor. Cuando llegamos a la nave, nos dieron miel, agua caliente y té, todo mezclado. Así, esa calidez, esa dulzura fue grande y nos calentó de adentro hacia afuera, no al revés. Fue casi 30 minutos antes de que nos quitaran la ropa y nos pusieran en una ducha con buena temperatura. Para entonces nuestra sangre estaba lo suficientemente caliente.
Después del accidente, 13 miembros de la tripulación tuvieron que hacinarse en dos balsas inflables golpeadas por olas de 10 metros. Su única esperanza parecían ser los aviones militares estadounidenses que les sobrevolaban tratando de no perderles de vista y procurar que fuesen salvados.
-Estábamos cubiertos de agua hasta la cintura y con un frío increíble, cerca de 4 grados. Yo estuve cerca de la muerte después de 12 horas en el agua helada, cuando tres compañeros ya estaban muertos. Pero de repente vimos un barco con todas las luces encendidas. Alguien en nuestra balsa dijo: "¡Un barco!" Oí la sirena de un buque y no hubo duda [fuimos rescatados].
-¿Cuándo se dio cuenta de que sus salvadores eran pescadores soviéticos?
-Había un foco de luz cegador y luego oímos voces rusas. Teníamos un barco en el radar justo antes de estrellarnos en el agua. Y tratamos de llegar hasta él. No supe hasta hace tres años más tarde que nuestro país pidió a los surcoreanos que nos rescataran, pero dijeron que era demasiado peligroso. Los rusos informaron por radio a Alexánder Arbúzov y él dijo: "Por supuesto que lo haré".
La tripulación estadounidense a bordo del "Mis Seniavina". Fuente: Foto del archivo
'Dios salió de los cielos'
Caylor se sigue asombrando de la profesionalidad del capitán soviético y de su equipo.
- ¿Has visto la película Titanic? ¿Recuerdas cómo al final pusieron las barcas de salvamento en el agua tranquila y aun así les costó mucho hacerlo? Alexánder y sus hombres bajaron la balsa salvavidas cuando era había casi un huracán. Imagínense: usted está en la superficie del agua y de repente una barca está 10 metros más abajo. ¡Muy peligroso! Más tarde, los pescadores del "Mis Seniavina" dijeron que Dios salió de los cielos y calmó las aguas. Pero Alexánder también tuvo algo que ver, pues tuvo que maniobrar el barco para que bloqueara la mayor parte del viento. ¡Piense en lo que la habilidad que se necesitó! Realmente arriesgaron sus vidas para salvarnos ...
-¿Cuáles fueron sus primeros pensamientos cuando se encontraste a bordo del barco?
-Tomamos té con miel y sentí que mi energía regresaba. Hoy en día, todavía bebo té con miel cuando hace frío, y siempre hace que recuerde haber vuelto a la vida de una manera tan sencilla y segura. Es increíble la diferencia que supuso. Pasé de apenas ser capaz de ser consciente y a escribir un mensaje para los aviones americanos que daban vueltas sobre el lugar del siniestro.
-Aquellos hombres fueron los primeros soviéticos que conocieron ...
-Sí, actuaron como un ser humano debería comportarse con otro. Eran geniales y muy curiosos. Pero no hablábamos ruso, así que no pudimos comunicarnos bien. El responsable de la radio era el único que hablaba inglés. Había lugares en el barco donde no podíamos entrar, sí que no lo hicimos. Obviamente, no íbamos al puente de mando ni entrábamos en la sala de máquinas. Pero pudimos caminar por cualquier lugar que quisimos.
El "Mis Seniavina" necesitó 48 horas para llegar a a Petropávlovsk-Kamchatski. La tripulación estadounidense fue llevada a un hospital, luego enviada a Khabarovsk y desde allí enviada a casa a Estados Unidos.
Gratitud final
Hicieron falta casi 25 años para que los rescatadores y rescatados establecieran comunicación. Los intentos de los rescatados de enviar mensajes y paquetes de regalo a la tripulación del "Mis Seniavina" fracasaron durante años, y sólo en 2003 los estadounidenses conocieron el nombre de su salvador, Alexánder Arbúzov. Pronto lograron reunirse en Las Vegas con Alexánder y su tripulación.
¿Cuál fue su primera pregunta a Alexánder?
Le pregunté: "Alexánder ¿por qué en tiempos difíciles entre Brézhnev y Carter y nuestros países, buscaste y rescataste a un grupo de espías militares estadounidenses?” Él me respondió: “Porque todos somos hombres del mar y yo debía ir por vosotros”. ¿Puedes decir algo mejor que eso?
-¿Qué impresión le dio Alexánder?
-Era increíble, muy honesto y cariñoso. Se convirtió en una verdadera estrella en Las Vegas, y tuvimos que darle tiempo para pasar con su familia porque siempre estaba con nosotros. Me dijeron que se convirtió en capitán con 28 años, y fue ascendido a un rango más alto debido a su labor.
El encuentro de Las Vegas, 2004, Edward Caylor (primero a la izquierda), Alexánder Arbúzov (tercero a la derecha) y la tripulación del 'Mis Seniavina'. Fuente: Archivo personal
-¿Se reconocieron al verse?
-Creo que vi a Alexánder en el "Mis Seniavina", pero en ese momento él nunca mencionó que él fuera el capitán.
Alexánder Arbúzov falleció recientemente. Cuando se le pidió que enviara sus últimas palabras al capitán, Ed dijo: "Quiero decir que estoy vivo hoy sólo por él. Siempre lo recordaré y le hablaré a todo el mundo acerca de él. Tuvimos mucha suerte de tener a Alexánder como capitán de esa nave. Gracias, Alexánder".
Publicado originalmente en la revista Russian by the Rodina.
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