Han sobrevivido al turbulento siglo XX
Valentin Sobolev/TASSNo se puede decir que el Imperio ruso fuera un país cuya industria estuviera desarrollada. En 1913 solamente el 15% de la población vivía en ciudades y no fue hasta el período soviético, en 1934, cuando Rusia se convirtió en una economía industrializada.
En dicho año se pusieron en funcionamiento 9000 nuevas fábricas, según algunas fuentes. Sin embargo, esto no indica que en la Rusia previa a la revolución no existieran fábricas de renombre. Algunas de estas se mantuvieron intactas durante la revolución, dos guerras mundiales, y la nacionalización y privatización. Actualmente siguen produciendo chocolate, dispositivos electrónicos, barcos, calzado y munición.
TY-214/wikipedia.org (CC BY-SA 3.0)
Es la empresa más antigua de nuestra lista. Se construyó en tiempos de Catalina la Grande en el año 1788 y producía pólvora para fusiles y cañones. La fábrica creció y para principios del siglo XIX en ella se habían producido 500 toneladas de pólvora. A sus alrededores surgieron auténticos barrios y construyeron incluso la “Mezquita de pólvora”.
“La fábrica y sus habitantes llevan una vida aparte del resto de la población de Kazán”, describía la situación el historiador y etnógrafo Nikolái Zagonski en 1895. El tranquilo y “apartado” estilo de vida se vio interrumpido por la tragedia de agosto de 1917. Una colilla mal apagada ocasionó un incendio que terminó de manera instantánea con la poderosa fábrica. Se quemaron un millón de proyectiles y cientos de edificios. Los soviéticos restauraron la fábrica y durante la Segunda Guerra Mundial produjo proyectiles para los sistemas lanzacohetes múltiples Katiusha. En la actualidad la fábrica continúa produciendo pólvora para artillería y armas pequeñas.
Lori/Legion-Media
Esta fábrica petersburguesa surgió en 1801, pero no se hizo popular hasta finales del siglo XIX y principios del XX. Por entonces se llamaba Putílovski en honor a su propietario.
La empresa producía locomotoras, vagones, maquinaria, munición y torretas para barcos. Se trataba de un enorme centro de metalurgia y construcción de maquinaria. Estos talleres eran famosos por sus trabajadores políticamente activos. La huelga que llevaron a cabo en 1905 se convirtió en la chispa de la primera revolución fallida. Ya en 1917 muchos trabajadores de la fábrica de Putilovski pasaron a formar parte de la famosa Guardia Roja.
Durante la etapa soviética se cambió el nombre de la empresa en honor al líder soviético Kirov. La fábrica continuó su trabajo incesante incluso durante el sitio de Leningrado por parte del ejército alemán en 1941-1944. A pesar de que 2500 obreros de la empresa murieron de hambre, en la fábrica Kirovski se estuvo produciendo y reparando tanques durante toda la guerra, entre ellos el conocido KV. Actualmente en ella se monta maquinaria agrícola.
Lori/Legion-Media
En sus 212 años de historia esta compañía moscovita ha pasado de ser un tenderete de un antiguo siervo a un complejo industrial enorme. A principios del siglo XIX un siervo montó un pequeño taller de producción de dulces hechos de frutas. Sus descendientes lo convirtieron en una fábrica, y en 1899 ya abastecían a la corte del zar con sus productos.
Hasta 1922 la compañía se llamó “Sociedad de los hijos de A. I. Abrikosov”. La fábrica estuvo abierta durante la etapa soviética y sigue estándolo hoy día. Incluso en pequeñas franquicias se puede encontrar chocolate “Babaevski”. Si necesita comprar un recuerdo de Rusia, ahí tiene una idea.
Valentin Sobolev/TASS
Esta fábrica de automóviles se empezó a construir en 1916, pero no dio tiempo a terminarla antes de que empezara la revolución. Durante algunos años en ella se ensamblaban coches de procedencia extranjera bajo licencia. El primer camión ruso se lanzó en 1924.
El volumen de producción creció de manera espectacular, y durante la Segunda Guerra Mundial los camiones de ZIS eran los segundos más usados en el Ejército Rojo. ZIS también producía limusinas de lujo. Tras la quiebra de la URSS, la fábrica perdió influencia y para el 2016 ha desaparecido casi por completo. En el territorio de la antigua fábrica se planean edificar oficinas y casas residenciales. Sin embargo, en taller nº6 todavía se alberga vida: en él se pueden alquilar limusinas clásicas ZIL.
Sviatoslav Akimov/RIA Novosti
Este complejo astillero petersburgués se fundó en 1856 y era muy avanzado hace cien años, y todavía hoy continúa siéndolo. En 1903 la fábrica Baltiski creó el primer submarino de combate ruso, y en 2016, el rompehielos atómico más grande del mundo: el Ártico. En las instalaciones de la fábrica construyeron barcos también para su exportación como, por ejemplo, buques tanque para Alemania y fragatas para la India.
Todos los derechos reservados por Rossíiskaia Gazeta.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: