La campana más grande y famosa, la Campana del Zar se encuentra, naturalmente, en el Kremlin de Moscú. Está sobre un pedestal y en realidad nunca ha sonado. Fue fundida en 1730 por orden de la emperatriz Anna Ioánnovnay pesa 202 toneladas. Sin embargo, sufrió daños antes de ser izada al campanario.
La emperatriz Isabel, hija de Pedro el Grande, no restauró la campana del zar, sino que decidió fundir la suya propia. El gigante de 65 toneladas sonó con éxito en la Lavra de la Trinidad-Sergio desde 1750 hasta 1930 y se oía a decenas de kilómetros de distancia. Pero, en la época soviética, fue arrojada del campanario y hecha añicos.
Hace veinte años, el Lavra decidió restaurar la campana. La nueva campana “zar” fue fundida en San Petersburgo y enviada en un tren especial a un monasterio cercano a Moscú.
El 30 de mayo de 2004, la campana de 72 toneladas sonó por primera vez. Ahora es la campana en funcionamiento más grande de Rusia. Sólo su “lengüeta” pesa 2 toneladas y se necesitan seis personas para balancearla. Se puede oír su denso tañido en las grandes festividades eclesiásticas.
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