El restaurante-bar tiene capacidad para sólo 20 personas y combina arte inmersivo y gastronómico. Sentados en una gran mesa redonda, los comensales ven proyecciones de vídeo cambiantes a gran escala. Por ejemplo, en la representación "Rusia imaginaria", es posible viajar desde los tiempos del paganismo a los de la URSS y la época moderna como en una máquina del tiempo.
Se entra en una sala redonda oscurecida sin ventanas, el cambio de platos es dinámico y no deja que te aburras. La acción se desarrolla tanto en los platos como alrededor: en las paredes, las mesas y hay una secuencia de vídeo que sumerge en los momentos históricos relevantes, haciendo sentir nostalgia o repensar el pasado.
"En el proyecto experimentamos cómo descifrar imágenes en la comida y evocar distintos sentimientos", dice Vladímir Mujin, chef del proyecto y del holding White Rabbit Family. “El éxito en este proceso sólo llega a través de la experiencia humana real. Por ejemplo, mi experiencia personal de verme atrapado en una terrible tormenta mientras navegaba por Noruega me permitió transmitir la sensación del muelle del cuadro de Aivazovski 'El noveno pozo' en una de las cenas”.
Krasotá ya ha acogido cenas dedicadas a Rusia y al arte de ocho artistas rusos. Por ejemplo, "Arte imaginario" reinterpreta obras de Repin, Petrov-Vodkin, Chagall y otros. Y en enero se estrenará un nuevo montaje, "Futuro imaginario", que contará siete historias sobre posibles variantes del futuro, desde la construcción de megaciudades en el fondo del océano hasta la dominación mundial de la inteligencia artificial.
Dirección: Moscú, Romanov per. 2, p. 1. 1
Página web: https://krasota.wrf.su/en
Entradas a partir de 23.500 rublos (230 euros)
Este espectáculo trata de viajar en un tren expreso imaginario a través de los vicios humanos. Los invitados se sientan en una sala donde las mesas están dispuestas en paralelo. Las imágenes de las paredes cambian: espacio, mar, abstracciones, vistas desde la ventana de un compartimento. De vez en cuando se oyen voces en directo. Al espectador se le ofrecen debates sobre temas de actualidad de nuestro tiempo: dinero, sexo, ociosidad, poder, ego. No es casualidad que el propio título sea “Guilty Show” (espectáculo culpable).
Sólo hay seis actos, y durante los descansos se sirve una cena servida por el chef Stanislav Pesotski, principal divulgador de lo "nórdico" (tendencia escandinava en gastronomía) en Rusia.
"Nuestro programa tiene un conjunto de diferentes 'rompecabezas', y la comida es uno de ellos", explica Pesotski. - "Por ejemplo, en el bloque 'Ociosidad' estamos en el fondo del océano. El argumento y la propia escena hablan del mar, así que la comida del plato es de origen marino: varios tipos de caviar, algas, bacalao, etc. Aquí no tuve que pensar en nada. Y en el bloque Ego, la historia trata de algo que siempre está oculto a la vista. Hay una "cáscara" de persona, y hay un "relleno", así que la idea era transmitir la imagen del vacío a través de un alimento oculto. Una persona recibe un plato blanco inundado de luz, y sólo rompiendo la construcción blanca como la nieve que hay en él llega a la "verdad".
Dirección: Moscú, 4a Podkopaevski per.
Página web: https://svetshow.ru/en/
Entradas: 18.000 rublos (195 dólares)
En el espectáculo con cena tardía "Mad Girls" el público se transporta al ambiente del cabaret de principios del siglo XX. Las espectaculares protagonistas rodeadas de lujosos decorados -entre terciopelo, cristal, madera y bronce- cantan, bailan, cuentan sus historias y comparten sus sueños. El espectáculo se desarrolla tanto en el escenario como en el aire (números circenses) y entre las mesas, que los camareros sirven durante los breves intermedios.
El espectáculo se abre con paté de magret de pato cubierto de chocolate. A continuación, remolacha en mermelada con queso labneh y patatas fritas de malta y vieira con mousse de suluguni ahumado. En caliente, lomo de ciervo con alioli de ajo negro y patatas rellenas. Como brillante colofón, un postre con grosella negra, crema de té anchan y tuile de café.
"Una parte integral de la tarea del programa eran las decisiones audaces: los platos debían estar al límite y provocar emociones diferentes", explica Alexéi Lisenko, productor del programa. - Así, por ejemplo, había una combinación inusual de vieira con mermelada de remolacha. Es algo que poca gente probará en otro sitio".
Dirección: 31A Leningradski pr., p.1.
Página web: https://madison.moscow
Entradas: 7.500-12.500 rublos (entre 80 y 160 euros)
12 espectadores, 12 salas, 24 actores, 1.000 metros cuadrados en el centro de Moscú. En este espacio tiene lugar un "paseo" teatral con cena al final. ¿Cómo se desarrolla el paseo? Los detalles de la representación "El espejo de Carlos Santos" se mantienen en estricto secreto, pero esto es lo que se sabe: al principio, una docena de espectadores se mueven libremente por un espacio bastante amplio; el director marca el ritmo, acelerando o ralentizando la narración. 24 actores actúan para los 12 espectadores. Cada espectador experimenta su propio espectáculo visual y sonoro, reaccionando a la acción que sucede a su lado.
"La obra plantea diferentes temas, habla de la vida, de la muerte, de la falsedad, del fingimiento. Es como ir al psicólogo, los espectadores no se limitan a ver las escenas, sino que las atraviesan ellos mismos o participan en la acción", comparte impresiones la internauta catherine-catty. Los organizadores explican así el nombre de la representación: Carlos es el escritor místico Castaneda, y Santos es Papá Noel, que concede deseos.
Los organizadores advierten que el espectáculo utiliza un cambio brusco de luz y que el público puede encontrarse en un espacio reducido, lo que puede no resultar psicológicamente cómodo para todos.
Al final del desfile, el público disfrutará de una sencilla cena en una mesa comunal, donde cada uno podrá elegir una comida a su gusto: pescado o carne, verduras asadas y frescas, quesos y vino. Aquí podrán compartir las impresiones de la experiencia con otros participantes, comparar emociones.
El espectáculo fue inventado y puesto en escena por el director Talgat Batalov y el productor y restaurador Evgueni Kadomski a partir del texto del dramaturgo Maxim Kúrochkin.
Dirección: Bolshaia Dmítrovka, 32, bld. 1
Página web: zerkalo.life/performance
Entradas: 5.000-6.900 rublos (54-75 dólares)
Síguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes
LEE MÁS: Los mejores restaurantes de Moscú según la Guía Michelin
La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia:
