Cómo Vladímir Maiakovski revolucionó la poesía rusa

Russia Beyond (Yevgueni Odinókov/Sputnik; Museo Estatal de Maiakovski/Rusia en foto
Versos escalonados, sinónimos atrevidos y rimas audaces, nuevas metáforas y significados: el poeta vanguardista hizo volar literalmente por los aires la poesía clásica, y sobre sus ruinas construyó una forma y un contenido completamente nuevos.

Ensordeciendo al mundo con el poder de mi voz

avanzo hermoso,

con mis veintidós años de existencia.

Así escribió sobre sí mismo Vladímir Maiakovski (1893-1930), uno de los poetas rusos más insólitos, originales y famosos, en el poema Nube en  pantalones, en 1914.

Era alto, ancho de hombros y destacaba entre la multitud. “Caminaba entre la gente como Gulliver”, escribió Kornéi Chukovski. Leía atronadoramente sus poemas con su ritmo agudo y marcado. Parecía brusco, pero era sentimental y vulnerable.

Poemas como un arma de la revolución

Vladímir Maiakovski con chaleco de terciopelo, 1914.

Maiakovski es considerado el principal poeta proletario. Aceptó la revolución con deleite, porque ya en 1908 se unió a los bolcheviques y quedó fascinado por las ideas del comunismo.

Yo, portador de boñigas

y aguador,

por la revolución

movilizado, llamado...

Poema A voz en cuello, 1930.

Maiakovski debutó en la prensa en 1912. Su poema se publicó como parte de una colección futurista con el mordaz título de Una bofetada al gusto público. En el manifiesto que la acompañaba, jóvenes poetas innovadores proponían arrojar a Pushkin, Dostoievski, Tolstói y otros clásicos “del barco de vapor de la modernidad”.

Maiakovski propone olvidar el lenguaje y los medios artísticos “antiguos”. Y sus poemas se oponen a la poesía de salón “lacada”. No duda en burlarse de otros poetas. ¿Cómo se puede leer a los mineros de Donetsk sobre el “binóculo decepcionado” de Pushkin y gritar en las manifestaciones del Primero de Mayo: “Mi tío, de las reglas más honestas”. [el comienzo de Eugenio Oneguin]?

Vladímir Maiakovski con amigos y conocidos en el estudio de Nikolái Kulbin. Fotografía del 'Diario Azul', 1915.

En lugar de la “melodía” de la vieja poesía, propone un “grito”; en lugar de una “canción de cuna”, ofrece un “redoble de tambor”. Ruge, grita al lector. Comparando sus palabras con armas, decía que eran su medio de agitación: “páginas de tropas”, “las rimas son afilados picos”.

Nuevo lenguaje

Maiakovski habla con poemas en público, y no en salones bohemios de cámara, sino ante un numeroso público, formado a menudo por estudiantes y simples jornaleros.

“El discurso de Maiakovski es un discurso oral, público. Su campo natural es la tribuna, el escenario, la plaza. Pero al mismo tiempo, es un discurso familiar, y esta combinación de familiaridad y publicidad y le da al lenguaje de Maiakovski su peculiaridad y originalidad”, - escribe uno de los primeros investigadores serios de Maiakovski, Grigori Vinokur en su libro Mayakovski - el innovador del lenguaje.

Uno de los poemas más famosos ¿Y usted podría? (1913) es un desafío. Su héroe lírico se declara audazmente e intimida al público, preguntando, utilizando una hipérbole deliberada:

¿Y usted

podría

tocar un nocturno

en una flauta de cañerías?

“La revolución echó a la calle al gentío de millones, la jerga de los suburbios se derramó por las avenidas centrales”, escribe Maiakovski en ¿Cómo hacer versos?. (1926). Y con esos millones había que hablar en su idioma. El poeta introduce francas groserías, mezclándolas a menudo con un lenguaje neutro: “La poesía es una cosa canallesca” (De aniversario, 1924). Además de la jerga, también introduce palabras completamente nuevas, que él mismo inventaba audazmente.

Forma revolucionaria

De izquierda a derecha: Borís Pasternak, Serguéi Eisenstéin, O. Tretiakova, Lilia Brik, Vladímir Maiakovski (Moscú, mayo de 1924). De los fondos del Archivo Estatal Central de Literatura y Arte (TsGALI, actualmente Archivo Estatal Ruso de Literatura y Arte).

La nueva poesía no es compatible con el vocabulario antiguo ni tampoco con el tamaño de versos anteriores. Ya en sus primeros poemas se notó que Maiakovski adoraba los versos cortos, desgarrados, este estilo se convirtió en una de las formas de su expresividad y en su tarjeta de visita.

Haciendo caso omiso de los cánones de la poesía, trata frívolamente los versos. En los años veinte aparecieron sus poemas gráficos “escalonados”.

“Al hacer un verso destinado a la imprenta, es necesario tener en cuenta cómo se percibirá lo impreso, precisamente como lo impreso”, - explicaba el poeta. Cada verso indica al lector la entonación del autor: dónde hacer una pausa y qué subrayar.

Maiakovski también supera la sintaxis. “Nuestra puntuación habitual con puntos, comas, signos de interrogación y exclamación es demasiado pobre e inexpresiva”, - declara.

A veces resulta que la conexión gramatical habitual entre las secciones fraccionadas de sus poemas simplemente no existe, están conectadas sólo por el significado, la semántica, escribe Vinokur.

Maiakovski estudió en una escuela de arte, y la parte visual del arte siempre fue muy importante para él. También recibió una gran influencia de David Burliuk, poeta y pintor, uno de los fundadores del futurismo ruso y del cubo-futurismo en pintura.

Temas completamente nuevos

El poeta Vladímir Vladímirovich Maiakovski (1893-1930) en 1924.

Los temas de sus poemas eran la revolución, la Guerra Civil y el comunismo. Por primera vez la poesía empezó a servir a la agitación: Maiakovski compone eslóganes satíricos para los anuncios de propaganda Carteles ROSTA. Y para el aniversario de la revolución escribe una de las primeras obras de teatro de propaganda, Misterio bufo, que dirige Vsévolod Meyerhold, con escenografía de Kazimir Malévich.

Al hombre nuevo también había que educarle, así que Mayakovski no rehuyó temas “bajos” que antes eran impensables en la poesía, como la higiene.

Camaradas

lávense las manos 

con agua y jabón

antes de comer.

Maiakovski también escribió poemas para niños. Uno de los más famosos es ¿Qué está bien y qué está mal?, una especie de manifiesto de conducta para los hijos del comunismo.

Letras civiles, poemas patrióticos sobre el amor a la patria llegan a un nuevo nivel semántico y estético. En una de las obras más famosas, Poemas sobre el pasaporte soviético (1929), Maiakovski escribe:

Saco 

un duplicado

de la carga invaluable

de los pantalones anchos.

Lee,

envidia,

soy

ciudadano

de la Unión Soviética.

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