Alexánder Braúlov es a la vez un artista de éxito con exposiciones individuales, analista de Rosneft y copropietario del estudio de diseño 52factory. Borda edificios soviéticos, recuerdos de su propia infancia, imágenes de películas rusas y refranes sencillos, cercanos a todo el mundo.
Primer bordado: en la guardería
El propio Alexánder, en una entrevista para The Art Newspaper Russia, dijo que la primera vez que hizo bordados fue cuando estaba en el jardín de infancia: a su grupo le enseñaron a bordar contornos. Durante muchos años no volvió a esta actividad, hasta que en su tercer o cuarto año en la universidad volvió a intentarlo, simplemente porque le faltaba creatividad en la vida.
Más tarde, Alexánder y su futura esposa empezaron con el arte postal, que consiste en enviar por correo cartas y objetos artísticos o crear un objeto artístico directamente a partir de la propia carta. Fue entonces cuando el artista creó el proyecto de arte postal "150 caras bordadas". En ese momento llegó de nuevo al bordado.
El legado de las vanguardias y el cine ruso
Uno de los temas frecuentes en la obra de Alexánder es el modernismo arquitectónico soviético. Bordando edificios soviéticos, el artista intenta transmitir la idea de su valor y la necesidad de conservar construcciones únicas. En la actualidad, el artista tiene unas 240 obras de este tipo.
Otro tema recurrente de su obra es el cine ruso. Borda fragmentos de películas de directores contemporáneos.
Bordados documentales
Ese es el hashtag que Alexánder pone bajo sus obras sobre la vida cotidiana: una abuela comprando, una niña columpiándose en un columpio, niños sentados en un trineo junto a un muñeco de nieve.
Muchas de las obras del artista están dedicadas a los niños, y no se trata sólo de un intento de evocar sentimientos nostálgicos en el espectador. Elige a propósito temas amables e ingenuos, para que se tenga la sensación de que el bordado lo ha hecho un niño de seis años.
Bordados en la calle
Alexánder suele colgar sus obras en el barrio de Kolomna, en San Petersburgo. Para no estropear los edificios, intenta colgar sus bordados sólo sobre anuncios y carteles antiguos. El artista suele elegir imágenes positivas con temas edificantes o citas célebres de dibujos animados, canciones y poemas soviéticos.
Y a Alexánder no le importa en absoluto que los bordados se los lleve la gente que los encuentra. De todos modos, no durarían mucho a la intemperie: los hilos se destiñen y se rompen en estas condiciones.
Gran formato
No todos los bordados de Alexánder son pequeños. También tiene lienzos grandes: "Sé fuerte y amable" (2,5*1,45 m) y "No temas" (1,4*2,4 m).
La nueva obra grande de Alexánder podrá verse muy pronto, en la Bienal de Arte Callejero Artmosfera de Moscú.
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