1. Peter Falk
El actor estadounidense, mundialmente conocido como el teniente Colombo en la serie de televisión que llevaba el apellido del personaje, apareció en la coproducción soviético-italiana Ataque y retirada. Este drama bélico cuenta cómo las tropas italianas lucharon junto a los nazis contra el ejército soviético. El papel de Falk se basó en los recuerdos de soldados reales. Por cierto, Falk tenía raíces rusas: sus parientes paternos emigraron de Rusia en la década de 1890.
2. Sean Connery
A finales de la década de 1960, Sean Connery fue invitado a protagonizar el drama épico La tienda roja, basado en la historia de la misión de 1928 para rescatar a los supervivientes del dirigible Italia estrellado en el hostil Ártico.
Nadie conocía a Connery en la URSS por aquel entonces, ya que las películas de Bond no se habían proyectado en el país. “Estaba nervioso por ir, pensó que podría ser despedazado. Allí estaba, esta gran estrella, yendo a un país donde nadie había oído hablar de él”, recordó el actor y cantautor soviético Vladímir Vysotski. Al final, Connery se cansó de la oscuridad y organizó una fiesta. Pero fue un poco chapucera: según algunos testigos presenciales, los invitados se bebieron educadamente el alcohol que había en la mesa y se fueron cada uno por su lado.
3. Claudia Cardinale
La niña mimada de los directores Luchino Visconti y Federico Fellini también protagonizó el thriller ártico La tienda roja como la enfermera Valeria, el único papel femenino. “Todavía recuerdo el frío. Todo el mundo estaba preocupado por mí porque había nacido y crecido en África. Pero me sentí muy bien. Había un ambiente maravilloso en el plató y, a causa del frío, mucho vodka”, contó Cardinale. Las escenas del Ártico se rodaron fuera de Moscú, cerca del Golfo de Finlandia y en el entorno ártico real de la Tierra de Francisco José.
4. Christian Bale
En 1986 el director soviético Vladímir Gramatikov realizó la película Mio en la tierra del más allá, basada en el cuento de Astrid Lindgren. Actores de habla inglesa debían ser elegidos para los papeles principales y secundarios (una exigencia de los productores suecos). Tras examinar todas las escuelas de teatro de Londres, la elección recayó en los niños actores Nick Pickard y Christian Bale. El “secundario” Bale, de 11 años, interpreta el papel de Besse, el mejor amigo de la huérfana Mio.
Por si el rodaje no fuera suficientemente angustioso para los jóvenes, durante el mismo explotó el reactor nuclear de Chernóbil, y todos tuvieron que ser evacuados de Crimea, donde se encontraba el plató. “El rodaje se reanudó un mes después”, recordó Bale más adelante. “Pero ahora, cuando nos sentábamos a comer, había que pasar por cada plato con un contador Geiger”. Pickard nunca llegó a ser una gran estrella, pero Bale siguió su experiencia soviética con el papel principal en El imperio del sol, de Steven Spielberg.
5. Marcello Mastroianni
La estrella favorita de Federico Fellini apareció en Ojos negros (1987), una versión para la pantalla de varias historias de Chéjov en una, incluida la famosa La dama del perro faldero. Mastroianni nunca llegó a dominar sus pocas líneas en ruso, y al final sólo pronunciaba una palabra, sobachka (perro faldero), con un marcado acento. Pero esto no le impidió ser nominado al Oscar al mejor actor, mientras que el director Nikita Mijalkov recibió una nominación al Globo de Oro. Esta no fue su única experiencia en la industria cinematográfica soviética. Antes, apareció en la película italo-soviética Los girasoles (1970).
6. Sofia Loren
Loren protagonizó junto a Marcello Mastroianni la mencionada Los girasoles, un drama sobre un soldado italiano enviado al Frente Oriental en lugar de a África durante la Segunda Guerra Mundial, justo en medio de la ofensiva contra Stalingrado. Loren era admirada en la Unión Soviética, y los reporteros de televisión cubrían asiduamente cada uno de sus pasos. Durante todo el periodo de rodaje, el equipo de producción soviético le asignó una limusina privada, suites en los mejores hoteles y un avión especial para trasladarse entre ciudades.
7. Malcolm McDowell
El protagonista de Calígula y La naranja mecánica aceptó un papel en el drama psicológico El asesino del zar (1991), porque, según él, se le ofrecía más “libertad creativa” que en Hollywood, donde todo estaba muy regulado desde hacía tiempo; la industria soviética funcionaba sin preocuparse por los presupuestos y los plazos estrictos. Por ocho días de rodaje, McDowell recibió 2 millones de dólares, vivió durante varios meses en Moscú en un modesto apartamento alquilado y sólo tuvo derecho a dos lujos: un monovolumen que le llevaba al plató y un chef personal que le cocinaba borsch.
8. Michele Plácido
El valiente comisario Cattani de la longeva serie La Piovra (El Pulpo) protagonizó el drama militar Afganski Izlom de Vladímir Bortko. “Vladímir Bortko fue muy insistente”, recuerda Plácido. “Al principio me negué, pero luego recibí una carta firmada por todo el reparto y el equipo. Los actores querían que el comisario Cattani continuara su vida como mayor soviético”. Plácido dominó el uso de varias armas y planteó muchas preguntas sobre la guerra soviético-afgana a los soldados reales del plató, pero nunca dejó de preguntarse por qué se le requirió a él en particular en esta película.
9. Alain Delon
En 1943, en la Conferencia de Teherán de los Tres Grandes, se planea un atentado contra la vida de Stalin, Roosevelt y Churchill. Un oficial de la inteligencia soviética es el encargado de desbaratar estos planes. Este es el argumento de la película Teherán 43, protagonizada por Alain Delon en el papel de un inspector francés. En un principio, Delon sólo iba a hacer un cameo, lo que le disgustó. Puso una condición: “Veinte páginas de un papel bien escrito en francés para mañana a las 8 de la mañana. Si lo haces, acepto”. De la noche a la mañana, los guionistas introdujeron en el guión un nuevo personaje, el inspector Foch. La película consiguió ser un éxito mundial.
10. Jane Fonda
La actriz y “reina del aeróbic” Jane Fonda era conocida por el público soviético desde la primera película de fantasía soviético-americana El pájaro azul (1976). A pesar de su imagen excesivamente sexual como Barbarella en la película homónima, Fonda era muy querida en la Unión Soviética, en gran parte debido a sus opiniones políticas como partidaria de las ideas comunistas, opositora a la guerra de Vietnam y divulgadora de la vida sana. Encajaba perfectamente con las opiniones soviéticas.
11. Elizabeth Taylor
Ella también coprotagonizó El pájaro azul y visitó la Unión Soviética en varias ocasiones. Por encargo de Taylor, el estudio Lenfilm recibió incluso un cambio de imagen, que incluyó la instalación de retretes extranjeros. Durante sus nueve meses de rodaje en la Unión Soviética, la actriz, que provocaba continuos escándalos, no hizo más que aumentar su reputación.
12. Ornella Muti
Esta estrella del cine italiano apareció en la película de Grigori Chujrai La vida es bella, de 1980, su única experiencia de trabajo con un director soviético (“aunque me hubiera gustado [trabajar con otros]”, dijo). Sobre todo, le llamaba la atención los “intérpretes” que le asignaban y que controlaban cada uno de sus pasos, y que los alimentos y los cigarrillos a los que estaba acostumbrada sólo se podían encontrar en la tienda especializada Berozka, que el pueblo soviético de a pie no podía pisar.
13. Antonia Santilli
La sex-symbol italiana de los años 70, Antonia Santilli, sacudió el cine soviético hasta la médula. Interpretó el papel de Olga en la comedia de Eldar Riazanov Las increíbles aventuras de unos italianos en Rusia, que se convirtió en la última aparición en pantalla de la estrella de 24 años. La película dio un vuelco a su vida: tras una petición de mano realizada por un acaudalado hombre de negocios, enseguida dejó el cine, el modelaje y las sesiones de fotos para revistas masculinas.
14. Annie Girardot
Ganadora de tres Césares, Girardot, además del cine francés, del que hubo mucho más en las pantallas soviéticas que en las de Hollywood, es recordada por un minúsculo papel en El periodista (1967), de Serguéi Guerasimov, en el que se interpretó a sí misma. Más tarde, en 1989, trabajó con otro director ruso, Valery Ajadov, en la película Ruf. La actriz también apareció en algunas producciones de Arjadov en el Teatro Magnitogorsk, en los Urales del Sur, a donde volaba con bastante frecuencia, diciendo que allí “no se sentía sola”.
15. Gérard Darmon
Procedente de una familia de judíos argelinos, Darmon apareció en el papel principal de Pasaporte de Gueorgui Danelia. Aunque en un principio se eligió a Nicolas Cage para este papel, tras dos meses de trabajo preparatorio se descubrió que los honorarios del actor eran inasumibles. Darmon interpretó dos papeles a la vez: Merab, un georgiano que no quiere emigrar a Israel por culpa de su madre, y un habitante del Cáucaso, al que su mujer convence para que se vaya a Israel. Darmon no es ni georgiano ni del Cáucaso, pero Danelia pensó que el francés encajaría en el papel de ambos.
16. Marina Vladi
Esta actriz francesa con raíces rusas, última esposa del popular cantautor soviético Vladímir Vysotski, apareció en relativamente pocas películas soviéticas. Tuvo papeles en la miniserie televisiva En busca del capitán Grant, basada en la novela de Julio Verne Los náufragos del Jonathan, así como en Sueños de Rusia y Bebedores de sangre, pero con la caída de la URSS desapareció de la pantalla durante 11 años.
17. Franco Nero
Protagonista de Django, Django desencadenado y de decenas de westerns, Nero fue uno de los pocos actores occidentales cuya aparición en el cine del bloque soviético no levantó ampollas. En Rusia hizo cuatro películas, entre ellas la epopeya histórica Campanas rojas (1982), de Serguéi Bondarchuk, y Vi nacer el nuevo mundo, basada en el libro de John Reed.
18. Ursula Andress
La actriz suiza, más conocida como la primera chica Bond, se unió a Franco Nero en Campanas rojas, de Bondarchuk. Esta fue la primera de una película de dos partes sobre la Revolución Mexicana de 1910, pero Andress añadió sabor al drama histórico con una escena de desnudo.
19. Barbara Brylska
Símbolo sexual en su país natal, Polonia, Brylska era prácticamente desconocida en la URSS. Pero eso fue antes de que un papel protagonista en el éxito de Eldar Riazanov de 1975, La ironía del destino, que se proyecta cada Nochevieja desde entonces, la convirtiera en una superestrella en el país de los soviéticos. Su personaje, Nadia, puso de moda durante años a las mujeres que tocaban la guitarra y tenían el pelo rizado.
Por la película, Brylska recibió un premio estatal soviético, algo que, según sus propias palabras, nunca fue perdonado en Polonia. En su país se acabaron prácticamente todos los papeles para la actriz, dado que fue considerada casi una traidora debido a las tensas relaciones entre los dos países.
20. Christopher Lee
Otro extranjero que apareció Mio en la tierra del más allá, una adaptación cinematográfica soviético-escandinava del cuento de Astrid Lindgren. En ella, el futuro Saruman de El Señor de los Anillos perfeccionaba el papel de villano, interpretando a un hechicero que secuestra niños y los convierte en pájaros.
“Recuerdo bien esta película, porque durante el rodaje mi mujer y yo celebramos nuestro 25 aniversario de boda. Nos alojaron en el Hotel Nacional, con una ventana que daba a la Plaza Roja. En cada planta había una mujer, conocida como la dezhurnaia [encargada], que entregaba y devolvía las llaves de las habitaciones cuando los huéspedes salían. Esas cosas no se olvidan”, dijo el actor en una entrevista.
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