Cuál es la historia de Volgogrado, la única ciudad lineal del mundo

Cultura
OLGA MAMÁIEVA
La experiencia de los arquitectos y urbanistas soviéticos en esta urbe está siendo reutilizada en Arabia Saudí, que está lanzando un proyecto de 200.000 millones de dólares para construir una nueva ciudad de 170 km de longitud.

Entre los muchos conceptos arquitectónicos y teorías utópicas desarrollados a lo largo de los años, ocupa un lugar especial la idea de una ciudad lineal, construida a lo largo de vías alargadas. Apareció por primera vez en el siglo XIX, pero pasó a primer plano en las décadas de 1920 y 1930, impulsada por el gran interés de los arquitectos soviéticos de la época. Por ejemplo, Nikolái Ladovski propuso conectar Leningrado (actual San Petersburgo) con Moscú cambiando la red de calles de esta última: su alargada calle principal Tvérskaia debía convertirse en el principal vector de desarrollo de la ciudad y en un eje de conexión de las dos capitales.

En su libro seminal de 1930, Sotsgorod (Ciudad Socialista), el arquitecto y pensador del urbanismo Nikolái Miliutin presentó su propio concepto de ciudad lineal. Se basaba en la idea de descentralizar la producción industrial y situar las zonas residenciales frente a polígonos industriales. Gracias a esta estructura, una ciudad podía crecer indefinidamente, evitando la formación de zonas superdensas. Sin embargo, todas estas construcciones teóricas se quedaron en el papel, aunque en diferentes momentos de la historia encontraron muchos seguidores.

 El experimento de Volgogrado

La idea de una ciudad lineal sólo se hizo realidad en Rusia una vez. El lugar de este experimento urbanístico a gran escala fue la ciudad de Volgogrado. Desarrolló su forma alargada en el siglo XVI gracias a su ubicación histórica a orillas del río Volga. Esta estructura fue impulsada por la necesidad de enviar cargamentos (mercancías producidas por las fábricas y talleres artesanales locales) río arriba y río abajo. Los barrios residenciales se formaron alrededor de esos centros industriales, que estaban todos “encadenados” en un mismo eje del río. La ciudad siguió desarrollándose siguiendo el mismo patrón también después de la revolución de 1917. Los nuevos barrios, surgidos de los asentamientos obreros, se extendían a lo largo de la ribera del río hasta 30 km.

Durante la Segunda Guerra Mundial, más de la mitad de los edificios de Volgogrado (entre 1925 y 1961 la ciudad se llamó Stalingrado) fueron destruidos. La más devastadora fue la famosa batalla de Stalingrado, que borró de la faz de la tierra barrios residenciales enteros. Sin embargo, también en la posguerra, la ciudad siguió desarrollándose linealmente. Según el plan general de 1945, las zonas a lo largo de la ribera del río fueron liberadas de los emplazamientos industriales, los almacenes y las instalaciones militares que aislaban las zonas residenciales del Volga.

Construcción a gran escala

El mayor proyecto de construcción de la posguerra tuvo lugar aquí, en Mamayev Kurgan, a orillas del Volga, donde el 15 de octubre de 1967 se inauguró el monumento a los Héroes de la Batalla de Stalingrado. Fue creado por el escultor Yevgueni Vuchetich, el arquitecto Yakov Belopolski y el ingeniero de diseño Nikolái Nikitin, uno de los diseñadores de la torre de televisión Ostankino en Moscú. Como el monumento fue construido por Stalingradgidrostroi, la misma organización que estaba construyendo la central hidroeléctrica de Volzhskaia, se utilizaron los mismos materiales: hormigón, metal y granito.

Antes de comenzar la construcción, se dedicaron varios meses a limpiar Mamayev Kurgan de minas, proyectiles y bombas aéreas. También se abrieron fosas comunes que se trasladaron a un lugar vecino. A continuación, se levantaron terraplenes y taludes artificiales en el terreno despejado, sobre los que se erigieron los pilares y los cimientos del monumento principal. Mamayev Kurgan alberga varios lugares conmemorativos: el monumento ‘Frente a la Muerte’, las murallas en ruinas, el Salón de la Gloria Militar y el monumento ‘¡La patria llama!’ Este último se convirtió en la estatua más alta de su época y llegó a figurar en el Libro Guinness de los Récords. La figura de la Madre Patria mide 52 metros de altura, mientras que el monumento entero mide 85 metros. Originalmente, el monumento debía tener sólo la mitad de esa altura, pero a petición del líder soviético Nikita Jruschov, Vuchetich lo hizo “más alto” para que superase en altura a la Estatua de la Libertad.

En 2010, 28 asentamientos y la isla de Sarpinsk pasaron a formar parte de Volgogrado, lo que cambió la configuración de la ciudad en el mapa, pero siguió manteniendo el principio de desarrollo lineal. En la actualidad, la ciudad se extiende a lo largo de 90 km a lo largo de la ribera del Volga y ocupa una superficie de 56,5 mil hectáreas. Gracias a este trazado, cuenta también con la calle más larga de Rusia: su famosa calle Prodolnaia tiene más de 50 km de longitud.

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