Dashi Namdakov: cómo un chico de una aldea buriata se ha convertido en un escultor de fama mundial

Cultura
ALEXANDRA GÚZEVA
Se pueden encontrar sus esculturas en un parque de Londres, en el metro de Moscú y en la isla de Oljón, en el Baikal. Su arte tiene un estilo muy personal y combina referencias budistas, naturaleza y seres humanos.

El nombre del artista se traduce del buriato como “sol de la suerte”: sus antepasados creían que existe un vínculo sagrado entre el nombre de una persona y su destino. De niño, Dashi cayó gravemente enfermo y los médicos dijeron que no podían ayudarle. Los padres, desesperados, llevaron al niño a ver a una chamán. Ésta le ayudó, pero dijo que la enfermedad del niño era el precio a pagar por romper los lazos con la naturaleza. Ya al día siguiente, el niño estaba completamente recuperado y desde entonces nunca perdió el contacto ni con la naturaleza ni con sus raíces.

De un pueblo buriato a Londres

Dashi heredó su talento artístico de su familia, en la que había muchos artesanos, y de su padre, que era un famoso artista buriato. “El amor por el arte lo heredé de mis antepasados y mis padres. Ellos son, ante todo, muy trabajadores, capaces de aprender constantemente cosas nuevas. Y tenían una familia numerosa que criar. Así es como nuestra familia desarrolló esta inclinación hacia la artesanía y la creatividad, creo”, dice Dashi.

En su pueblo natal de Buriatia, Dashi se empapó de antiguas leyendas budistas sobre criaturas fabulosas, espíritus misteriosos y los elementos y fuerzas de la naturaleza. Por eso no es de extrañar que sean ellas las que ocupan un lugar destacado en sus obras.

Más tarde fue a estudiar a Novosibirsk, luego a Krasnoyarsk, y más tarde se trasladó a la capital de Buriatia, Ulán-Udé, y formó una familia. El camino de Dashi hacia el reconocimiento no fue fácil: trabajó como joyero y utilizó los ingresos para comprar bronce y otros materiales para sus esculturas. Su mujer no se opuso, con tal que su potencial creativo se hiciera realidad.

Dashi realizó su primera exposición individual en 2000 en Irkutsk, cuando tenía 33 años, a la que siguieron exposiciones de sus esculturas en Buriatia y Mongolia. Se fijaron en él, y en 2002 fue invitado a participar en una exposición colectiva en la Casa Central de Artistas de Moscú. Pronto se trasladó a la capital. Un año más tarde, ya tenía una exposición individual en el Museo de Artes Orientales de Moscú. Además, el escultor recibió la Medalla de Plata de la Academia de las Artes. Eso marcó el inicio de su carrera internacional, con exposiciones en todo el mundo, desde Nueva York hasta Guangzhou.

“Solía pensar que mi arte sólo interesaba a la gente de mi región. Pero resultó que a la gente de otros lugares también le gustaban mis obras. Espero que mis esculturas interesen como algo nuevo y emocionante”, dice Dashi.

Actualmente, las obras de Dashi se exponen en el Museo Ruso de Etnografía, el Hermitage y muchos otros museos de todo el mundo.

Las creaciones de Dashi también adornarán una nueva estación del metro de Moscú, Novomoskóvskaia, actualmente en construcción.

Una de las obras favoritas de Dashi es la escultura La caza real en la ciudad siberiana de Kyzyl, capital de la República de Tuvá. “Tuvá es una tierra de asombrosa belleza, con una historia tan antigua que te deja sin aliento”, dice Dashi.

“Intenté transmitir la poética del ritual, recreándolo no necesariamente con detalles históricos, sino con mi imaginación. El gran río Yenisei corre cerca, rodeado por las estribaciones de Sayan. La naturaleza épica de todo ello se respira allí”.

Vuelta a las raíces

Tras haber viajado por todo el mundo y haber vivido en Irkutsk, Londres y Moscú, el famoso escultor ha regresado a su pueblo natal de Buriatia.

“Mi tierra natal, la aldea de Ukurik, en la región de Transbaikal, ha quedado casi desierta en las últimas décadas y podría haber desaparecido completamente del mapa, como muchas otras aldeas. Por eso, mis compañeros y yo decidimos revivirla”, dice Dashi.

En agosto de 2021, abrió su taller aquí y creó un parque de esculturas de madera llamado Tuzhi. Los planes de Dashi incluyen el lanzamiento de una marca turística, Tuzhi, que lleva el nombre de la zona, que en buriato significa “valle de la artesanía”.

En Tuzhi, empezó a hacer esculturas de madera. “Para mí es un nuevo reto. La textura es diferente, hay que conservar la naturaleza del tronco, encontrar una imagen y transmitirla en armonía con el material. Es todo muy interesante”.

“Nos gustaría que dentro de 10 años nuestros nietos disfrutaran viniendo aquí, aprendieran a trabajar la madera juntos y hablaran su lengua nativa buriata”, dice Dashi. Explica que al escapar de la metrópoli a la taiga, buscaba ganar libertad.

He aquí algunas de las obras de Dashi Namdakov en Rusia y en el mundo:

Transformación, en el campus de la Universidad Federal de Siberia en Krasnoyarsk

Mediación, Les Jardins d'Étretat, Normandía, Francia

Zilants (Serpientes aladas, Kazán)

La Guardiana, Hyde Park, Londres (exposición temporal, 2015)

Bajorrelieve en la catedral principal de las Fuerzas Armadas de Rusia en Kubinka

El pájaro y el tigre, Galería Bronstein, Irkutsk

Guardián del Baikal, Isla de Oljón, Lago Baikal

Centro de Asia, Kyzyl, República de Tuvá

Shoria de Oro, ciudad de Tashtagol, región de Kémerovo

Cuatro amigos, asentamiento de Aginskoie, territorio de Transbaikal

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