Cuando el ‘Brazo Ruso’ tomó por asalto la industria internacional del cine

Cultura
VALERIA PAIKOVA

Para bien o para mal, todos hemos oído hablar del brazo fuerte de la ley. Curiosamente, existe otro brazo fuerte, conocido comúnmente como el “brazo ruso”. Y ha cambiado la industria del cine tanto como la invención del microondas revolucionó el mundo de la cocina.

Cuando las películas se vuelven tan intensas y dramáticas que te olvidas de respirar, échale la culpa al “brazo ruso”. Como todos los grandes inventos, está lleno de posibilidades y es muy codiciado. Las producciones cinematográficas de éxitos de taquilla como Titanic, Taxi y las franquicias Fast & Furious y Misión Imposible, así como cientos de otras, lo han usado a lo largo de los años.

Montado en el techo de un coche, el “brazo ruso” es posiblemente un ejemplo perfecto de excelencia robótica. Este dispositivo giroestabilizado y operado a distancia se puede controlar mediante joysticks desde el interior del coche de persecución. La movilidad es clave cuando se trata de hacer películas. Por eso la grúa y el cabezal de la cámara pueden moverse alrededor del coche en un círculo de 360 grados, mientras se conduce a gran velocidad. Es como la montaña rusa definitiva. Esto permite a los cineastas que buscan hacer películas de alta calidad tenerte colgado en el borde de tu asiento, creando tomas impresionantemente fascinantes.

El “brazo ruso” es una creación de Anatoli Kokush, un pionero inventor soviético-ucraniano que (junto con otros dos ingenieros) ganó dos Oscar por el concepto y el desarrollo de la grúa de cámara giroestabilizada “brazo ruso” y la Flight Head en 2006. El sistema recibió múltiples elogios por abrir “nuevas posibilidades para los cineastas”.

Tras graduarse en el Instituto de Ingenieros Cinematográficos de Leningrado a mediados de los años 70, Kokush empezó a buscar formas de hacer el proceso de filmación más creativo, enérgico y móvil. El reto que asumió consistía en alejar de algún modo la cámara del ojo del director de fotografía para que pudiera volar de forma independiente, como una ocupada abeja multitarea. Para adquirir conocimientos, visión y experiencia, Kokush empezó a trabajar en los legendarios Dovzhenko Film Studios de Kiev (entonces parte de la RSS ucraniana), donde estudió los entresijos de la producción cinematográfica. En la década de 1990, fundó su propia empresa, Filmotechnic, que acabó convirtiéndose en un laboratorio de experimentación de tecnología cinematográfica de vanguardia.

El hielo comenzó a romperse cuando Kokush inventó su “Autorobot”, comúnmente conocido como “Brazo Ruso”, debido al grupo de ingenieros cinematográficos ucranianos y rusos que estuvo detrás de esta tecnología innovadora. “Todo lo que venía de aquí era 'ruso' para los americanos. Llamaban y preguntaban por el “Brazo Ruso”. Les respondíamos que era un ‘Autorobot’, pero no nos escuchaban, y preguntaban por el ‘Brazo Ruso’ una y otra vez”, dijo Kokush, con sede en Kiev, en una entrevista.

“Tuvimos que asumir este nombre. Incluso cuando estábamos rellenando los documentos para el concurso de los Oscar, nos preguntamos si era posible cambiar el nombre a ‘Autorobot’. Pero nos dijeron que lo dejáramos tal cual, para no perder fuerza con en traducción y todo ese rollo”.

Titanic (1997), de James Cameron, ayudó a lanzar la carrera internacional del “Brazo Ruso”. Desde entonces, cientos de cineastas de todo el mundo han utilizado el dispositivo en sus películas, y este se ha convertido en un sinónimo de flexibilidad e inventiva. Y aunque Kokush ha inventado montones de otros equipos cinematográficos, es el omnipresente brazo ruso el que sigue siendo más demandado.

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