Por votación de los telespectadores, la cantante de 29 años de origen tayiko Manizha fue elegida para representar a Rusia en Eurovisión 2021 en Rotterdam (Países Bajos). La cantante, que experimentó con el indie y luego con la música electrónica y étnica, interpretará la canción “Mujer Rusa”, formada por varias partes contrastadas estilísticamente, en particular una combinación de hip-hop y música folclórica rusa. La letra es una mezcla de inglés y ruso, pero las líneas más importantes son el estribillo en ruso.
“Es una canción sobre la transformación de la conciencia de la mujer en los últimos siglos en Rusia. La mujer rusa ha realizado un notable viaje desde la choza campesina hasta el derecho a elegir y ser elegida (además, entre las primeras del mundo), desde la planta de producción hasta los vuelos espaciales”, dice Manizha sobre su composición. Ella misma escribió la canción el 8 de marzo del año pasado. La letra, que habla de la fuerza y la independencia de las mujeres rusas, provocó una oleada de comentarios negativos en las redes sociales.
Manizha Sangin nació en Dusambé (Tayikistán). Cuando tenía tres años, el país se vio envuelto en una guerra civil, y en 1994 su propia casa fue alcanzada por un proyectil.
“Milagrosamente, apenas un minuto antes, mamá había salido conmigo en brazos a colgar la ropa. No quedó nada de la vivienda. Tampoco quedó nada de aquella vida anterior”, dijo en una entrevista.
Poco después, su familia huyó a Moscú para empezar una nueva vida, “sin derechos, dinero ni techo”. Su madre, Nadezhda Usmanova, física nuclear de formación, tuvo que lavar suelos en los huecos de las escaleras y vender camisetas por los pasillos para poder alimentar a sus cinco hijos.
Ahora Manizha dice estar “feliz” de cantar y escribir canciones en ruso para un público de habla rusa, pero son sus raíces tayikas las que provocan cierto rechazo. A pesar de haber ganado la votación del público, muchos se opusieron a la elección, y las redes sociales se inundaron de comentarios como: “¡Es tayika! ¿cómo puede cantar sobre las mujeres rusas? No soy nacionalista, pero me explota la cabeza”.
Pero esto no es nada nuevo. Manizha se ha enfrentado a los estereotipos y a la xenofobia pura y dura a lo largo de su carrera en Rusia. Empezó a estudiar música siendo niña, y ganó el 4º festival-competición internacional Kaunas Talent para jóvenes cantantes; hizo giras por todos los países bálticos, y sus canciones se emitieron en la radio tayika. Su gran oportunidad llegó a mediados de la década de 2000, a la edad de 15 años, cuando fue descubierta por productores rusos que decidieron promocionarla. Sin embargo, no le permitieron actuar con su nombre “demasiado musulmán”, así que adoptó el seudónimo de Ru.Kola.
“Intentaron remodelarme”, dice Manizha. Le tiñeron el pelo de un tono más claro, sustituyeron sus curiosos trajes étnicos por otros más “femeninos” y cambiaron sus propias canciones por un repertorio pop estándar. En aquella época, ganaba 10.000 euros por actuación (mucho más que ahora), dando al menos diez conciertos al mes, y grabó su primer álbum en solitario I Neglect en 2008. Pero al cabo de tres años, dejó de actuar y se lanzó a la aventura por su cuenta.
Después de haber volado del nido de los productores, Manizha luchó por encontrar su propio estilo y pensó seriamente en dejar la música, especialmente después de los intentos fallidos de actuar en un grupo. Al no querer volver al mundo del espectáculo, rechazó una serie de discográficas, incluidas algunas occidentales.
Durante este tiempo, apareció en un espectáculo europeo (que no se emitió) y actuó como telonera de Lana Del Rey en el estadio ‘Ice Palace’ de San Petersburgo, pero esto no alteró radicalmente su carrera. “Estaba tocando fondo psicológicamente”, admite Manizha. Entonces llegó Instagram.
La cantante empezó a publicar en la red social collages musicales y covers de 15 segundos. El formato encajó inesperadamente con los usuarios. En un mes, su base de suscriptores pasó de 700 a 5.000. Instagram, que “era solo una salida creativa”, se convirtió en su principal plataforma y fuente de ingresos.
En 2016, de nuevo en Instagram, lanzó el álbum independiente Manuscript, publicando una nueva canción original cada semana, cada una con su propio vídeo de Instagram y una cuenta de arte independiente. El álbum encabezó las listas de iTunes durante tres semanas y devolvió a Manizha al gran escenario, con su madre como productora, estilista y diseñadora de moda.
Su siguiente álbum, Я I AM, publicado en 2018, era una mezcla de etno-pop, soul y música electrónica. La mayoría de sus canciones abordan temas sociales actuales, y su cuenta de Instagram es un altavoz para concienciar sobre temas serios.
Lanzó en Internet la campaña “Trauma de belleza” contra los ideales impuestos por la sociedad, así como SILSILA, una aplicación gratuita para combatir la violencia contra las mujeres y los niños que incluye un botón SOS y una base de datos de centros de crisis. Desde 2019 es embajadora de la fundación infantil Gift of Life, y desde diciembre de 2020 la primera embajadora de buena voluntad de la ONU en Rusia, donde ha asumido la causa de “las personas obligadas a huir de sus hogares debido a conflictos y persecuciones”.
La cantante se ha pronunciado en varias ocasiones en apoyo de la comunidad LGBT. “Estoy a favor de un mundo en el que la orientación sexual, el género, la religión y la raza no sean etiquetas definitorias. Somos más que eso”, señaló.
Al hablar de Eurovisión, recuerda que hace unos años era ambivalente con respecto al concurso e incapaz de imaginarse a sí misma en este papel. Pero, como tantas otras veces en su vida, llegó un punto de inflexión.
“... Me conmovió mucho hace unos años la victoria de aquel chico de Portugal, que cantó su propia canción sin ninguna producción ni marca de lujo. Simplemente salió a cantar con todo su corazón. (...) Me dije: si tienes algo que decir, la victoria es tuya”.
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