Mientras estaba de baja por maternidad Alfiyá Aisitúlina, de San Petersburgo, se encontró con algunos tejidos con estampados y patrones retro. Era 2016, cosió dos vestidos con estas telas y gustaron tanto que decidió hacer más trajes.
“Lo más importantes es la belleza, por supuesto. Todo empezó con eso. Los increíbles motivos florales no se parecen a nada de lo que se puede encontrar actualmente”, comenta dice Alfiyá en Instagram.
Comenzó a buscar telas de la era soviética en sitios de anuncios. Encontró muchos, ya que debido a la escasez la gente que vivió en la época soviética tenía el hábito de coser su propia ropa y almacenar materiales para un día de lluvia.
“¡Los busco y consigo convertirlos en ropa para vestir! Es hermosa, actual y respetuosa con el medio ambiente”, declara Alfiyá a Russia Beyond.
Ella misma diseña los vestidos y ha creado gran variedad de plantillas, que complementa con detalles más modernos, como mangas sueltas o siluetas con formas libre.
Al principio Alfiyá cosía solo para ella y sus amigos, pero ahora recibe gran cantidad de pedidos. Eran tantos que acabó creando su propia marca, Kookaburra. Cose cada vestido de manera individual, después de que el cliente seleccione los tejidos de las imágenes que sube a su página de Instagram.
Los vestidos se adaptan a todos los gustos. Suelen pedirlos sobre todo mujeres entre 27 y 35 años, pero también hay chicas de 16 y mujeres mayores de 55. “Los tejidos infantiles, en particular la franela, con estampados de cachorros, coches, lápices o los patitos, son una fuente de nostalgia inocente para los adultos de hoy en día”, dice la diseñadora.
Algunos pedidos proceden incluso de EE UU y de emigrantes de habla rusa.
En los últimos años, diseñadores occidentales de alto perfil han creado una tendencia para los vestidos de punto floral. Pero Alfiyá dice que simplemente sigue sus propios gustos. “Nunca pensé que estos vestidos estuvieran de moda. Me parecen metaropa, algo que vive fuera de las tendencias. Hoy en día puedo usar vestidos que cosí hace 4-6 años sin arriesgarme a no estar a la altura de los tiempos”.