La bailarina y profesora de ballet Agrippina Vagánova nació en San Petersburgo en 1879. Su carrera comenzó inmediatamente tras su graduación en la escuela de ballet más antigua de Rusia. En aquella época ni siquiera imaginaba que esta escuela llevaría su nombre sólo 50 años más tarde.
La primera escuela profesional de ballet rusa fue fundada en 1738, por orden de la emperatriz Anna de Rusia (Anna Ioánnovna), por parte del francés Jean-Baptist Landé, maestro de danza en una academia militar de San Petersburgo. En la época prerrevolucionaria, la mayoría de los profesores de la escuela eran extranjeros.
En el cambio de siglo, la famosa escuela rusa de ballet se encontraba todavía en su infancia y en plena asimilación de las técnicas de la escuela italiana y la elegancia de la escuela francesa. No obstante, todavía no había fundado una práctica pedagógica concreta. A esta tarea consagró su vida Agrippina Vagánova.
En 1987 fue aceptada en la compañía del teatro Mariinski. Sus atributos físicos poco agraciados frenaron su carrera de bailarina. Durante muchos años fue una bailarina más . Con el tiempo, Vagánova aprendió a desviar la atención hacia su técnica.
Fue la técnica de Vagánova lo que le permitió actuar brillantemente en sus variaciones como solista. Sin embargo, no todo el mundo admiraba su puesta en escena. Por ejemplo, Marius Petipa la criticó severamente en incontables ocasiones.
La bailarina recordaba su vida en los escenarios con amargura. No consiguió papeles principales hasta poco antes de retirarse. En 1915 recibió la categoría de prima ballerina, y en 1916 se retiró de los escenarios. A partir de 1921 comenzó a enseñar en la escuela donde ella misma había estudiado.
El “método Vagánova” jugó un papel muy importante en la historia del ballet y dio a conocer a muchas generaciones de estrellas del ballet ruso. La publicación del libro Principios básicos del ballet clásico hizo que el método Vagánova se volviera accesible para todo el mundo.
Una copia de “Principios básicos del ballet clásico”
Sus estudiantes fueron distribuyendo su método por todo el país. Galina Ulánova fue uno de los primeros y más importantes éxitos cosechados por Vagánova como profesora.
A partir de 1963, Natalia Dudínskaia, compañera de Ulánova, comenzó a dar clases en la Academia. Vagánova consideraba a Dudínskaia su sucesora.
Galina Ulánova, por su parte, fue la profesora de una estrella del ballet de los años 60, y de su marido y compañero inseparable, Vladímir Vasíliev. Los años 60 fueron una época de búsqueda e innovación artística. Vasíliev y Maksímova eran “hijos de los 60” en los escenarios de ballet. Esta pareja estelar cosechó éxito tras éxito y unieron al mundo entero.
Maksímova también pasó los secretos de la escuela Vagánova a sus estudiantes. Uliana Lopátkina es otra de las bailarinas graduadas de la academia y una de las estrellas más brillantes del ballet ruso actual.
Inmediatamente después se unió a la compañía del teatro Mariinski, donde fue nombrada bailarina principal tras su primer año, cuando tenía sólo 17 años. Ahora promueve activamente el estudio de la danza.
Otra prima, también graduada en la misma escuela, invierte una gran cantidad de su tiempo enseñando danza. “Me gusta ver cómo se iluminan sus caras cuando toman ese impulso en la dirección que quieren gracias a mi ayuda”. De modo que el método de Vagánova continúa su progreso por el mundo.
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