El Instituto de Química Bioorgánica de Moscú es el único edificio del mundo construido en forma de molécula de ADN. Se puede apreciar perfectamente desde el aire aunque a pie de calle el edificio es un ejemplo impresionante de arquitectura brutalista.
Un buen ejemplo del talento del arquitecto constructivista Konstantín Mélnikov. Este garaje de aspecto steampunk del Comité de Planificación Estatal, fue su último trabajo. La ventana circular gigante (que conduce a la cantina de los trabajadores) se asemeja a un faro. El proyecto inicial tenía dos faros simétricos, pero solo llegó a construirse uno de ellos.
La parcela sobre la que fue construida esta casa en 1910 tenía una forma peculiar, por lo que el arquitecto encontró la manera de encajarla haciendo un ángulo muy cerrado.
El edificio más largo de Moscú, el edificio de Varshávskoie shossé 125, tiene siete pisos de altura y 735 metros de largo. Construido en la década de 1970 se extiende a lo largo de tres paradas de autobús y alberga oficinas.
Esta casa de apartamentos fue construida en 1907-1909 en el terreno del empresario Yákov Filátov. Durante un tiempo Filátov fue víctima del alcoholismo y estuvo a punto de perder toda su fortuna y sus negocios. Consiguió recuperarse y cuando dejó de beber ordenó que se construyera una torre en este edificio con un vaso volcado, para que le recordaba que no debía volver a beber.
Una de las primeras casas de Moscú construida con hormigón armado se erigió en 1908-1909. Serguéi Vashkov, pintor y alumno del pintor Víktor Vasnetsov, diseñó la asombrosa pared exterior, hecha de bajorrelieves de terracota que representan animales fantásticos. Vashkov dijo que se había inspirado en la decoración de la catedral de San Demetrio en Vladímir, del siglo XII.
Construido en 1907, este edificio de apartamentos fue diseñado por Nikolái Zhérijov, uno de los arquitectos más destacados del modernismo moscovita, a quien le encantaba decorar sus edificios con esculturas y bajorrelieves. Esta es su obra más polémica, porque aquí, Tolstói “besó” a Pushkin.
Las 40 figuras a tamaño natural están dispuestas en grupos de dos o tres y se parecen mucho a escritores rusos como Tolstói, Pushkin, Gógol y otros, acompañados de musas (¿o prostitutas?) y vestidos con togas y en poses frívolas. En Moscú, a esta casa se la suele llamar “la casa de los escritores desnudos”. Tras la reciente restauración, los bajorrelieves están en perfectas condiciones.
Los contrastes de la arquitectura moscovita en fotos.
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