1. Criticó al Gobierno soviético desde una posición de defensa de la ideología comunista
La primera vez que arrestaron a Solzhenitsyn fue en 1945, cuando servía en el Ejército soviético. La causa de su detención fueron unas cartas que escribió desde el frente a un amigo. En ese momento Solzhenitsyn era partidario de las ideas de Lenin y criticó a Stalin por traicionar la ideología socialista. Criticó las políticas del Gobierno soviético tras haberlas estidiado a fondo y sabía de qué estaba hablando. Es por eso que fue considerado tan peligroso y fue sentenciado a pasar ocho años en campos de trabajo.
2. Sobrevivió a los campos de trabajo y arriesgó su vida para escribir sobre ellos
Al comienzo de su condena a trabajos forzados pasó un año construyendo casas en Moscú. Después estuvo dos años en sharashkas: laboratorios secretos de investigación y desarrollo dentro del sistema de campos de trabajo. Solzhenitsyn era matemático y hacía trabajos científicos con otros presos políticos. Tras un conflicto con unos guardias, Solzhenitsyn fue enviado a un campo de trabajos forzados en el norte de Kazajistán, donde fue testigo de algunas de las dificultades más brutales del gulag.
Esta experiencia le permitió conocer de primera mano las terribles condiciones de los campos de trabajo soviéticos y describirlo en su prosa, que dio a conocer al mundo sobre ello. En 1953, su sentencia fue suspendida, pero fue exiliado a Kazajistán.
3. Era tan peligroso que el KGB intentó asesinarlo
Tras la muerte de Stalin y la denuncia del culto a su personalidad, se retiraron los cargos contra Solzhenitsyn y regresó a la Rusia central. En 1957, fue rehabilitado y continuó con su trabajo. Sus relatos sobre los campos de trabajo, especialmente Un día en la vida de Iván Denísovich, se publicaron en revistas y causaron asombro en la sociedad soviética y en la occidental. El libro fue incluso nominado para el Premio Lenin de Literatura.
Sin embargo, cuando se publicaron otras historias, no menos hostiles al régimen soviético, el KGB volvió a presionarlo. Así, en 1965, confiscaron su archivo. Las obras de Solzhenitsyn volvieron a prohibirse cuando Leonid Brézhnev se convirtió en Secretario General del Partido Comunista. El KGB llegó a contar con una unidad especial para la vigilancia de Solzhenitsyn. Fue excluido de la Unión de Escritores y se lanzó una campaña contra él en la prensa. En ese momento, sin embargo, ya había publicado varias obras en el extranjero y había sido nominado al Premio Nobel. En el país socialista sus historias circulaban en samizdat. Además, tuvo numerosas apariciones públicas en las que criticaba al régimen soviético. El KGB le ofreció abandonar el país, pero él se negó.
Durante un viaje que Solzhenitsyn hizo a la ciudad de Novocherkassk, un agente del KGB lo siguió y le inyectó veneno. “No recuerdo ninguna punción, pero a mitad del día me empezó a doler la piel del lado izquierdo del cuerpo. Por la noche, empeoró, tenía una gran quemadura. Por la mañana se volvió inmensa, ocupaba toda la cadera izquierda, el lado izquierdo, el vientre y la espalda”, dijo el escritor. Su tormento duró tres meses. Posteriormente, una investigación demostró que al escritor se le había inyectado una dosis letal de ricino, pero, de alguna manera, se las arregló para sobrevivir.
4. Fue uno de los pocos disidentes que dijo lo que pensaba en Occidente, y no siempre estaba a favor de las ideas occidentales
En 1974 las autoridades soviéticas decidieron deportar a Solzhenitsyn. Fue detenido y enviado a Alemania. Un mes después, le siguió su familia. Se establecieron en Zúrich y Solzhenitsyn reanudó sus actividades en contra de la URSS con un celo increíble. Sin embargo, no trató de adular a los medios occidentales. Tenía ideas ortodoxas y comunistas y expresó su apoyo al régimen dictatorial de Franco, lo que enfureció a la prensa liberal. También criticó a otros disidentes y escritores soviéticos. Solzhenitsyn no se comprometió con nadie. Despreciado por los periodistas liberales occidentales, emigró a EE UU, se estableció en Vermont, donde vivía recluido.
5. No dejó de criticar al Gobierno ruso incluso cuando Yeltsin y Putin lo veneraban
En 1990 las autoridades restituyeron la ciudadanía rusa de Solzhenitsyn. Muchas de sus obras fueron publicadas gratuitamente en Rusia. En 1992 Borís Yeltsin tuvo una larga conversación telefónica con él, y en 1994, el escritor regresó a Rusia. Pronunció un discurso ante la Duma Estatal y se le entregaron un piso y una dacha en Moscú. Sin embargo, cuando en 1998 se le otorgó la Orden de San Andrés, la condecoración más alta de Rusia, se negó porque aún detestaba a las autoridades rusas y sus acciones, sobre todo, la privatización de la propiedad estatal y la Primera Guerra de Chechenia.
Más tarde, durante la presidencia de Vladímir Putin, Solzhenitsyn aceptó algunos premios menores, incluido el Premio Estatal de la Federación Rusa, aunque siguió siendo escéptico con la mayoría de las acciones del Gobierno ruso.
Aquí te contamos de cinco libros de obligatoria lectura de Solzhenitsyn.