Cómo un misterioso monje fusionó la música folclórica rusa con el ‘drum'n'bass’

Cultura
ARSENI MÁRKOV
Viejas vibraciones eslavas, bailar con un oso y una personalidad oscura - esto es lo que se necesita para ser Neiromonaj Feofán.

¿Qué obtienes cuando mezclas batería y bajo (DnB, abreviación de drum'n'bass), ropa tradicional rusa y música folclórica? Una banda de músicos rusos vestidos de monjes han tomado Rusia por asalto. Junto con una dosis de misterio y excepcionales actuaciones en vivo, Neiromonaj Feofán (monaj es monje en ruso) pasó de tocar ritmos en su habitación a hacer giras por todo el mundo, todo ello en tres años. ¿Pero quién es Neiromonaj Feofán? Bueno, es difícil de decir.

Lo primero en lo que uno repara al ver a Neiromonaj es la larga y holgada capucha que le cubre el rostro. Su anonimato es un algo recurrente, tanto en sus actuaciones en directo como en los vídeos musicales. Al principio puede parecer un truco, pero en realidad, el hombre (esto sí lo sabemos) que está detrás del artista, nunca ha revelado oficialmente su identidad, prefiriendo la misteriosa imagen de su alter ego artístico.

En una entrevista con Yuri Dud (famoso entrevistador ruso), Neiromonaj admitió que empezó a mezclar géneros como un pasatiempo nocturno después del trabajo. Su música se volvía cada vez más popular e hizo lo que haría cualquier otro músico: formó una banda y se aventuró en el territorio inexplorado de la música folklórica y drum and bass.

La banda se apresuró a adoptar una imagen a juego con su música, añadiendo autenticidad a una combinación de géneros. Sarafanes, kosovorotkas y lapti (calzado tradicional ruso, similar al zueco y hecho con corteza de tilo) se convirtieron en añadidos permanentes a su vestimenta en el escenario. Fueron aún más lejos al viajar con un oso, el estereotipo ruso por definición. En realidad, era un miembro de la banda con un disfraz de oso, pero bueno, es difícil imaginar algo más ruso que un oso bailando con canciones interpretadas con una balalaika, que es el instrumento principal de la banda.

Sus letras van perfectamente con el ambiente eslavo de la banda. Una de sus canciones más famosas, Хочу в пляс (Quiero bailar), en muchos aspectos se parece a una versión rusa del éxito de principios de 2000, Because I got high de Afroman. En esta obra  Neiromonaj reflexiona sobre su negativa a realizar las tareas cotidianas tradicionales de un campesino ruso:

Habría cortado el césped,

Habría calentardo la “bania”,

Habría alimentado a las gallinas,

Habría lavado el suelo de la cabaña,

Pero más tarde, no ahora

¡Porque ahora quiero bailar!

Es pegadiza, y aunque la mayoría de las canciones de la banda están ambientadas en un contexto histórico alejado del estilo de vida urbano de la mayoría de los rusos modernos, son sorprendentemente reconocibles. Puede que el ruso medio se sienta identificado con estas canciones debido a su amor por la dacha (casa de campo), donde muchos todavía cultivan frutas y verduras. O quizás estas canciones simplemente sean un retrato de la vida tradicional rusa. Sea lo que sea, sin duda Neiromonaj aporta una nueva visión de la música tradicional y del baile.

En una entrevista concedida a Meduza, el famoso músico ruso Serguéi Shnúrov (de la banda Leningrado) describió a la banda como “una combinación de lo incompatible, son ateos ortodoxos, son comunistas creyentes”. Después de pasar tres años en escena, conseguir millones de visitas en YouTube, lanzar un álbum y realizar innumerables giras, una cosa está clara: Neiromonaj va mucho más allá de ser una simple parodia musical.

Viendo su último álbum que está entre los diez mejores de iTunes, sus conciertos por todo el país gracias a los que ha conseguido el premio de Yandex al mejor intérprete independiente del año, se puede decir que estos monjes son definitivamente dignos de admiración.

(Como nota aparte, si alguna vez has sentido que te resultaba difícil conectar con la música folclórica, esta podría ser tu mejor opción).

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