Siempre ha habido teatros de marionetas en Moscú. Grandes, pequeños, familiares, móviles e incluso itinerantes.
Los marionetistas son gente misteriosa, siempre a la sombra de los personajes de sus marionetas. Durante la representación los marionetistas escondidos detrás del escenario son mucho más emotivos y probablemente más interesantes que los actores en el escenario.
Estos artistas se pasan el día insuflando vida en la marioneta al tiempo que actúan detrás de una pantalla y se arrastran por el escenario a cuatro patas y desgañitándose.
Uno de los teatros familiares más pequeños es el TriLika. El espectáculo lo llevan nada más que dos maravillosos actores, marido y mujer: Víktor Dragún y Elena Martínova.
En los años 90 el famoso artista Georgui Burkov tenía el sueño de reunir a jóvenes de todas las provincias y crear una mezcla de teatro dramático, de marionetas, un estudio de cine y una escuela de teatro.
En febrero Georgui Burkov visitó la ciudad de Irbit en los Urales. Víctor y Elena trabajaban allí en el teatro y Georgui les sugirió que se trasladaran a Moscú.
Pero poco después Burkov murió y los artistas tuvieron que sobrevivir por su cuenta en esta enorme y desconocida ciudad. Aprovecharon su experiencia de haber trabajado en un teatro de marionetas y fundaron la compañía TriLika.
La primera producción del teatro fue un espectáculo para adultos, All the Same, basado en una obra de Michael Frayn. Se estrenó en marzo de 1994. Este día marcó el inicio de la actividad del teatro. Pero era una época en la que había butacas vacías en los teatros grandes y famosos, por no hablar de un teatro que ni siquiera tenía su propio edificio.
El teatro lleva ya catorce años representando de forma regular funciones en la sala blanca de la casa museo de María Yermólova. Cada sábado aparecen dos personas en sala blanca con un camión enorme, montan un pequeño escenario, la iluminación y comienza el espectáculo.
En 2004 el teatro TriLika organizó y realizó el primer festival internacional de teatros de marionetas Moscow Holidays. El festival sigue celebrándose hoy en día.
Así es la vida entre bambalinas en el Teatro Mariinski de San Petersburgo.