Los instagrammers tuvieron la oportunidad de explorar el Museo del Hermitage de San Petersburgo durante el día que cierra el museo.
17 afortunados usuarios de la popular red social participaron en una acción llamada #EmptyHermitage, que les permitió ir por las salas completamente vacías del museo y tomar fotografías a su antojo.
El grupo de fotógrafos aficionados fue seleccionado por Instagram Rusia en base a la popularidad y actividad de sus cuentas.
Instagram Rusia ya ha organizado varios eventos en diferentes instituciones culturales rusas, incluido el Teatro Bolshói de Moscú. Según los organizadores, el objetivo principal de estos eventos es abrir las puertas de hermosos edificios a talentosos fotógrafos de Instagram durante las horas libres, cuando no hay turistas.
Los participantes siguieron un estricto código de vestimenta. “La idea de ir bien vestidos también nos ayudó cuando fuimos al Bolshói”, dijo Olesia Shaiajmétova, gerente de la comunidad de Instagram para Rusia y Europa Oriental.
“Es muy importante unir a la gente antes de la acción para que la sesión de fotos sea realmente interesante. En el Hermitage es como si nos reencarnáramos en protagonistas de una película cautivadora que se desarrolla en uno de los museos más famosos del mundo. Teníamos persecuciones, historias de amor, todo era como una película de verdad”, añade.
Los fotógrafos que tuvieron la suerte de participar en el evento se sorprendieron al ver el museo sin gente. “Tuve algunas emociones muy poco habituales después de visitar el Hermitage vacío”, cuenta la participante Olga Melekéstseva.
“Tienes la oportunidad de ver el espacio y de fotografiar el museo desde cualquier ángulo en silencio y con calma, sin pensar en que los visitantes se metan en la toma o te arruinen la composición”, reflexiona.
“Es simplemente asombroso sentir el aliento del Hermitage vacío”, dice la instagrammer Ekaterina Míschenkova, añadiendo que “es como si estuvieras dentro de un gigantesco organismo vivo”.
“Sin las multitudes se tiene un sensación especial sobre la potencia y la belleza de este espacio”, explica la fotógrafa Anastasia Kópteva.
No solo capturaron imágenes de las salas vacías, sino también momentos únicos de los empleados del museo. En algunas fotos, se puede ver cómo cambian las bombillas de las enormes arañas de cristal y cómo desempolvan los marcos de los cuadros.
“Pude ver a los estudiantes de arte que trabajan en el museo en sus días libres. El Hermitage como un teatro con vida propia, entre bastidores”, comenta Melekéstseva.
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