Para crear trajes conservadores que se ajusten a las estrictas normas musulmanas, Baréieva utiliza el minimalismo, sobriedad en la paleta de colores y formas vanguardistas. Al mismo tiempo, su corte poco común y la variedad de telas y texturas que emplea le dan a su ropa una sensación de fantasía.
Vantázova crea vestidos con el tejido tradicional de los nómadas de Buriatia, en el sur de Siberia. La lana de oveja se convierte en fieltro (las tradicionales botas valenki se hacen con este material). Vantázova decora sus caftanes increíblemente cálidos con adornos budistas.
Esta marca ha vuelto a sus raíces, reviviendo el bordado, poniéndolo de moda y recreándolo de una manera folclórica. Tienen tipos de ropa y estilos tanto tradicionales como contemporáneos: desde el traje caftán y la blusa de mujer hasta delantales y chalecos largos. Todos los artículos están generosamente decorados con diseños inspirados en los cuentos de hadas.
Después de pasar la mayor parte de su vida en París, Masha ha regresado a Rusia y crea modelos inspirados en la naturaleza, la antigua Rusia y la vida campesina. Utiliza únicamente tejidos naturales: lino, algodón, lana, seda y cortes antiguos sobre los que modelar sus diseños.
Probablemente el diseñador más famoso de nuestra lista, Záitsev, es de los que más está popularizando los motivos rusos en los desfiles de moda del mundo. En julio, presentó una “colección rusa” como parte de un desfile de moda oriental en París. Sus vestidos de alta costura son brillantes y a menudo predomina en ellos el color rojo.
A la República de Chechenia le gusta lo brillante, el oro y el estilo elegante. Como fundador de esta marca, Aishat Kadírova crea tanto vestidos largos clásicos para mujeres musulmanas, con adornos tradicionales, como alusiones a la belleza natural local. Al mismo tiempo, existen opciones de moda más informales en la región.
Con sede en la ciudad anfitriona de la Copa del Mundo de Samara, Levsha presenta estampados con temas rusos, letras cirílicas y vestidos largos de estilo ruso antiguo. El estudio también ha creado una colección dedicada al espacio exterior (uno de los lugares más importantes de la ciudad es el Museo del Cosmos).
El interés por las raíces nacionales llevó a Vera Mejonóshina, que vive en Perm, a la moda étnica. Se centra en vestimenta casual para todos los días: sus sarafanes son largos vestidos de falda hechos de telas naturales, perfectos para realizar actividades al aire libre.
Sultán crea vestidos para grandes eventos, como el concurso de belleza Miss Tataristán o recepciones con delegaciones oficiales. Lo que más le gusta es modernizar el traje nacional, para que los tártaros puedan usarlo todos los días, como los centroasiáticos.
El estilo de diseño de Nizie no tiene nada que ver con la moda, sino con la búsqueda de la individualidad. En julio, ganó el Gran Premio en el concurso “Ethno Podium”. Sus diseños folclóricos, propios de los tártaros de Crimea, mezclan el encanto étnico, líneas constructivistas, colores y telas contemporáneas.
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