El último proyecto de la famosa arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid, fallecida en 2016, ha sido finalmente completado en la región de Moscú. Situada en el lujoso pueblo de Barvija, la casa futurista, que parece una flor mágica, se levanta sobre un delgado tallo a una altura de 22 metros, entre las copas de los árboles. Es la única residencia privada diseñada por la difunta arquitecta.
El empresario y promotor inmobiliario ruso Vladislav Doronin, propietario de la casa, conoció a Hadid en Londres hace diez años y habló con ella de arquitectura y arte. Se llevaron bien y Doronin sugirió que diseñara un edificio residencial en Moscú, e incluso la presentó al alcalde de la ciudad, pero el proyecto nunca se materializó porque no recibió los permisos de construcción. Sin embargo, el promotor ruso estaba decidido a trabajar con Hadid, por lo que le encargó el diseño de su casa.
Ella le pidió que describiera lo que él quería: “Quiero despertarme por la mañana y sólo quiero ver el cielo azul. No quiero ver a ningún vecino, deseo sentirme libre”, respondió. Hadid tomó una servilleta y dibujó un boceto, que a Doronin le gustó mucho.
Según el jefe de Hadid, Patrick Schumacher, esta refirió al magnate de la propiedad como el “James Bond ruso” debido a su estilo, gusto, riqueza y deseo de crear algo extraordinario. A su vez, Doronin recuerda que Hadid era sarcástica, intelectual y aguda, por no hablar de lo increíblemente interesante que era hablar con ella. Por cierto, hubo rumores de que el dueño de la casa la estaba construyendo para su entonces novia, la supermodelo Naomi Campbell.
Hadid también diseñó otro proyecto en la capital rusa: el edificio de oficinas Dominion. Pincha aquí si quieres verlo.
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