La Unión Soviética creó construcciones gigantescas, alguna de ellas con la intención de dominar incluso la naturaleza. ¿Por qué no hacer, por ejemplo, olas artificiales para investigarlas? Esta es una “piscina de tormentas” creada en 1953 para la investigación científica. La idea era del científico Vladímir Shuleikin, pionero en la física marina soviética, la hidrometeorología, la geofísica y la prospección a lo largo de la costa .
Se trata de una construcción única situada en la ciudad de Katsiveli, no lejos de Yalta, en la pintoresca costa del Mar Negro de Crimea. Oficialmente recibe el nombre de “canal aerohidrodinámico”.
Se parece a una rotonda de 5,6 metros de altura, con 40 metros de diámetro. Sus paredes están cubiertas en parte con vidrio grueso y en parte con láminas de acero - así como el techo y el suelo.
Los físicos llenaban la piscina con agua de mar de unos tres metros de altura y encendían grandes. Como se puede apreciar en estas imágenes - las construcciones de hierro parecen manos humanas (o de algún Transformer), con sus dedos y todo.
Así es como la piscina se ve desde el interior, y en la parte superior se pueden apreciar las aberturas de los ventiladores. Podían crear un viento de hasta 19 metros por segundo, imitando así una tormenta marina con grandes olas.
En la época soviética, la construcción no tuvo gran demanda, aunque fue utilizada de vez en cuando por varios institutos de física. Algunos científicos dicen que la idea de haber construido la piscina con forma redonda no era muy buena: la fuerza centrífuga tenía un gran efecto sobre las olas, haciendo la investigación inútil y no aplicable a las condiciones reales que se encuentran en la naturaleza.
En el centro de la rotonda se encuentra una torre, diseñada por el famoso arquitecto soviético del constructivismo Alexéi Shchúsev. Dentro había habitaciones de trabajo y de estar.
Hay rumores de que los científicos soviéticos metieron delfines dentro de la piscina con fines de investigación. "Lo dudo", dice el fotógrafo Serguéi Anashkévich. "No hay puerta de entrada para dejar entrar o salir a los animales."
Este lugar se usó como escenario de rodaje para la serie de aventuras Hetairas del alcalde Sokolov, con un valiente oficial cazando terroristas al inicio de la Segunda Guerra Mundial, aquí en Crimea. A pesar de esto, el lugar no es bien conocido en Rusia, de lo contrario sería probablemente uno de los lugares más frecuentemente visitados por Instagrammers.
Hoy en día no hay absolutamente ninguna necesidad de tal piscina, ya que hay tecnologías informáticas para modelar y simular cualquier tormenta u otro fenómeno natural. Como resultado, esta construcción medio arruinada se dedica únicamente a acumular óxido.
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