Este plato, inventado originalmente por los habitantes de la provincia de Tver (178 km al noroeste de Moscú), era una simple tortita hecha con harina de trigo. Los comían los transportistas locales durante los largos y agotadores viajes por el Volga. Sin embargo, la harina se fue sustituyendo por puré de patatas, y hoy conocemos este plato exactamente igual que antes.
Los “kokorki” suelen servirse con setas. Para este plato hemos elegido rebozuelos.
Pelar las patatas y 1 cebolla; cortarlas en cuartos iguales.
Hervirlas en agua con sal, añadiendo 1 hoja de laurel, hasta que estén tiernas. Preparar un puré.
Añadir la mantequilla, la leche caliente y el ajo en polvo a las patatas y dejar enfriar la mezcla.
Cortar 1 cebolla blanca y freírla en una mezcla de mantequilla y aceite de oliva. Añadir las setas lavadas y secas a la cebolla ablandada y dorada. Cocer durante unos 15 minutos.
Cuando la mezcla de patatas se haya enfriado, añadir la harina y 1 huevo. Remover todo junto.
Introducir la mezcla de patatas en una manga pastelera y formar tortas redondas sobre papel sulfurizado.
Repetir la misma operación con la crème fraîche, aplicándola sobre los pasteles de patata.
Cúbrelos con la mezcla de una yema de huevo y una cucharadita de leche.
Hornea los “kokorki” durante unos 30 minutos a 175°С. ¡Priatnovo appetita!
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