El betta-mazharg es un plato tradicional en la mesa de los ingusetios de la región del Cáucaso Norte desde tiempos remotos, y era especialmente popular prepararlo en días festivos y en invierno.
¿Cuál es la historia de este nombre tan inusual? Dado que “betta” significa "lunar" en lengua ingusetia, betta-mazharg puede interpretarse como "rebanada de luna". De hecho, estos pastelitos parecen una luna llena con irregularidades en la superficie debidas al relleno.
El betta-mazharg es un pastel a base de harina. Por su forma redonda y su ligero relleno abierto en el centro, se parece al pastel de requesón llamado vatrushki. Sin embargo, el relleno utilizado en el betta-mazharg es bastante inusual en toda la región: una mezcla de canela y queso duro. Hay distintas formas de disponer el relleno. La canela puede espolvorearse sobre la masa y luego cubrirse de queso, o viceversa. A veces se utilizan semillas de amapola en lugar de canela.
El betta-mazharg se elabora con masa de levadura. Al ser más densa que la masa de levadura normal, se mantiene bastante flexible y se puede extender y cortar en trozos para hacer bollos redondos.
La combinación de queso salado y picante, familiar en los postres dulces, crea un sabor original. Puede utilizarse para acompañar platos dulces, una tabla de quesos o como aperitivo independiente.
En Ingushetia, el betta-mazharg suele servirse con té de tomillo y hierba de San Juan, que crecen en la región. Pero también están deliciosos con té y café normales.
Estos bollos se hornean con bastante rapidez. Para cuando se esté preparando el té, ya estarán casi listos.
Ingredientes para 9-10 piezas:
Masa:
- 200 g de harina
- 100 ml de leche
- 20 g de mantequilla derretida
- 3,5 g de levadura seca, un cucharadita
- 1 cucharada de azúcar
- 1/2 cucharadita de sal
Relleno:
- 100-150 g de queso duro
- 1 cucharadita canela
- 1 yema para engrasar
Preparación:
Disolver la levadura y el azúcar en la leche tibia.
Añadir la mantequilla derretida.
Añadir la harina y la sal.
Amasar hasta obtener una masa firme y densa.
Dejar levar durante 1 hora en un lugar cálido.
Estirar la masa y dividirla en rodajas.
Dejar levar las piezas bajo una toalla durante unos 10-15 minutos.
Mezclar parte de la yema de huevo con el queso rallado, lo que ayudará a distribuir el relleno de forma más ordenada.
Para mayor comodidad, haz una depresión para rellenar en el centro de cada círculo de masa utilizando un vaso pequeño para hacer la forma.
Coloca la canela en el centro del círculo.
Colocar el queso, y pincelar los bordes con yema de huevo.
Hornear unos 15 minutos a 180℃ en horno precalentado.
Servir inmediatamente con té.
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