El yantik apareció por primera vez como medio de subsistencia entre los nómadas de la estepa. La carne desempeñaba un papel especialmente importante en su cocina y su cultura. El nombre deriva de la palabra tártara de Crimea “yantik”, que se traduce como "ladera", "suave pendiente" o "lado". La elección de este nombre es acertada, ya que el aspecto visual del yantik, con su color marrón dorado y su ligera elevación, recuerda a una suave pendiente.
A veces se le llama cheburek seco porque se fríe sin aceite, lo que ofrece un enfoque más magro en comparación con los chebureks empapados en aceite.
La masa se elabora con la combinación tradicional de harina, sal y agua. Sin embargo, se incorpora a la masa una pequeña cantidad de aceite para aumentar su suavidad.
Después de freírlo con destreza, el yantik se unta con un toque de mantequilla mientras aún está caliente. Cuando se coloca en un plato hondo y se tapa, se impregna de mantequilla, lo que da como resultado un interior tierno y jugoso.
El yantik se puede freír con una deliciosa variedad de rellenos, como carne, verduras y queso. A pesar del método de asado en seco, esta especialidad tártara conserva su jugosidad y ternura.
En la cultura tártara de Crimea es fundamental el concepto de hospitalidad: el yantik y otros manjares se ofrecen a los invitados tártaros como muestra de respeto. Del mismo modo, un huésped que rechaza tal gesto de hospitalidad se considera mal educado.
Aunque el yantik hecho con carne conserva su esencia tradicional, los cocineros modernos han adoptado la creatividad introduciendo otros rellenos. Ahora el repertorio incluye patatas, queso, champiñones, tomates y hierbas.
Hoy cocinaremos un yantik tradicional con relleno de carne.
En un bol grande, tamizar 300 g de harina y añadir la sal y el azúcar. Mezclar los ingredientes secos.
Añadir el huevo; mezclar todo ligeramente con un tenedor.
Verter lentamente el agua hirviendo en la mezcla sin dejar de remover con una cuchara.
A medida que la mezcla se vaya uniendo, cambiar la cuchara por las manos. Añadir los 100 g restantes de harina tamizada y amasar hasta que esté completamente mezclada.
A lo largo del perímetro del bol, vierte una cucharadita de aceite vegetal. Incorpora el aceite a la masa mientras recoges toda la harina de las paredes del bol.
Envuelve bien la masa en papel film y refrigera entre 1,5 y 2 horas.
Mientras la masa reposa, preparar el relleno. Mezcla en un bol la carne picada, las cebollas picadas (si las utilizas), 30 g de agua fría (2 cucharadas) y las especias que prefieras. Sazonar con sal y pimienta al gusto.
Cuando la masa haya reposado el tiempo suficiente, sácala del frigorífico y divídela en 10 porciones iguales. Haz una bola con cada porción y aplánala ligeramente.
En una superficie enharinada, utiliza un rodillo para extender cada bola de masa y darle una forma redonda y fina.
Colocar una porción del relleno de carne picada preparado en una mitad del círculo de masa. Dobla la otra mitad para cubrir el relleno y sella los bordes presionando con los dedos.
Calentar una sartén a fuego fuerte. Una vez bien caliente, colocar los yantiks en la sartén sin añadir aceite. Cocinar hasta que ambos lados estén dorados y crujientes.
Mientras las yantiks aún están calientes, unta cada uno con mantequilla.
Sirve las yantiks calientes. ¡Que aproveche!
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