La rusa que quedó parapléjica en los JJOO busca un milagro en Marbella

Fuente: Imago / Legion Media

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Una clínica regentada por un doctor ruso concede a la esquiadora un 90% de probabilidades de recuperar la movilidad de las piernas mediante rehabilitación.

Quizá la recuerden, fue la noticia más triste de los JJOO de Sochi, para la delegación rusa y para el olimpismo en general. El 15 de febrero la esquiadora de San Petersburgo María Komissárova se rompió la columna vertebral en una brutal caída durante un entrenamiento previo a la competición en la prueba de estilo libre.

En concreto sufrió una dislocación y fractura de la decimosegunda vértebra que afectó a la médula espinal. El presidente Putin en persona la visitó en el hospital y habló con el padre de la esquiadora tras una operación a vida o muerte que duró casi siete horas. Aunque la intervención fue satisfactoria, no pudo evitar importantes secuelas. María quedó tetrapléjica, postrada de por vida a una silla de ruedas a sus 23 años. Su caso conmocionó a la opinión pública nacional, pero como suele ocurrir en estos casos, el tiempo hace el olvido, y desde entonces no volvimos a saber de María.

Al día siguiente fue trasladada a un hospital de Múnich, donde se le realizaron nuevas pruebas e intervenciones quirúrgicas. Fue allí donde le diagnosticaron la tetraplejia. Los doctores alemanes diseñaron una rehabilitación pero le dieron sólo un 1% de posibilidades de recuperar la movilidad en las piernas. Lo que no perdió María fueron el ánimo y la esperanza.

Vladímir Putin visita María Komissárova tras ser operada. Fuente: Reuters

“No sé por dónde empezar, no quiero sentir lástima de mí misma, todo el mundo me ha apoyado mucho. ¡Gracias! Han pasado diez días desde las cirugías en la columna y no siento el cuerpo de ombligo para abajo. Pero soy fuerte, en algún momento voy a recuperar la movilidad de mis piernas”, comentó ella misma en su cuenta en una red social.

Una figura clave para María en estos días difíciles, según confiesa ella misma, es su novio Alexéi Chadaev, esquiador de fondo, que no se ha separado de su lado. Komissárova y su familia no se resignaron al diagnóstico del hospital de Múnich y comenzaron a buscar alternativas, otros centros médicos y tratamientos que le ofreciesen mejores expectativas, una esperanza al menos. Y la esperanza surgió en el sur de España, en Marbella, en una clínica regentada por un doctor ruso que ya ha tratado a otros deportistas de élite y donde conceden a María un 90% de probabilidades de poder mover las piernas de nuevo.

La esquiadora fue trasladada a Marbella a comienzos de mayo para continuar allí su rehabilitación, que incluye seis horas diarias de ejercicios. El problema es el elevado costo del tratamiento, que se alargará durante casi un año, lo que a un precio de 1.500 euros diarios elevará la factura final a más de medio millón de euros.

Días después del accidente, el ministro de Deportes, Vitali Mutkó, prometió públicamente que no se escatimaría en gastos en el tratamiento de la joven esquiadora y que el Estado pagaría las facturas: “Hemos asumido todos los gastos médicos y será así hasta el final del proceso, haremos todo lo que esté en nuestra mano para que se recupere”.

Sin embargo, llegado el momento, cuando el caso de María ha dejado de ser noticia, el Ministerio se ha desentendido de su promesa. Por el momento, la familia paga el tratamiento de su propio bolsillo, ayudada por donaciones de particulares y diversas organizaciones benéficas.

Pero no alcanza, el dinero pronto se terminará, por eso ha iniciado una campaña para pedir colaboración. “Quiero volver a caminar de nuevo y esta es mi única posibilidad”, explica la propia María en la web que se ha creado para recoger donativos.

El esquí estilo libre, también conocido como ‘esquí acrobático’, la modalidad en la que competía María, es una de las más peligrosas del programa olímpico, en la que varios esquiadores descienden en paralelo un tramo con saltos y obstáculos. Los miembros del equipo canadiese Nick Zoricic y Sarah Burke se dejaron la vida en 2012. A

unque no estaba entre las candidatas a medalla en Sochi, María Komissárova (plata en una prueba de la Copa del Mundo en 2012 como mejor balance) era el rostro de Rusia en esta disciplina, con escasa tradición en el país. Nunca volverá a competir, ahora su carrera es otra. Como ella dice, demostrar que los doctores se equivocaban y volver a caminar.

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