Buque de reconocimiento vigilará los sistemas de defensa antiaérea de EE UU

Sergey Eshenko/RIA Novosti
El mayor buque de reconocimiento ruso, el Yuri Ivanov, ha sido trasladado de la Flota del Báltico a la del Norte y se prepara para prestar servicio en el Ártico. Una de las funciones principales del mayor buque de reconocimiento de la Armada rusa será la vigilancia de los sistemas de defensa antiaérea de la Marina norteamericana.

El Yuri Ivanov, un buque de reconocimiento del proyecto 18280 equipado con potentes herramientas para la recopilación de información secreta (lo que incluye la interceptación de información procedente de los sistemas de defensa antiaérea estadounidenses) ha superado satisfactoriamente todas las pruebas de navegación y se encuentra ya en su destino definitivo, el Círculo Polar Ártico, concretamente en la base militar de Severomorsk. Así lo anunció el pasado de noviembre el jefe de prensa de la Flota del Norte rusa, el capitán de navío Vadim Serga.

Las cualidades técnicas de este buque transoceánico permitirán ampliar el alcance de la Flota del Norte no solo por las distintas regiones del océano mundial, sino también en el Ártico, según declaraciones del Ministerio de Defensa ruso. Una prueba de ello es el registro de este buque en la península de Kola (al noroeste de Rusia, en la región de Múrmansk) como destino permanente.

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La misión de este buque será vigilar los lanzamientos de misiles balísticos y de crucero efectuados por otros Estados (incluidos los de los submarinos). El Yuri Ivanov es capaz de detectar incluso los misiles hipersónicos y transmitir esta información a los altos mandos militares. También podrá funcionar como repetidor de canales cerrados de comunicación e interceptar los mensajes secretos del enemigo.

Sin embargo, su principal misión será la de encontrar alguna brecha en el sistema de defensa antiaérea norteamericano (concretamente el componente naval del sistema Aegis) y dar a los misiles rusos la posibilidad de alcanzar y derribar su objetivo.

Actualmente, el Yuri Ivanov es el buque de reconocimiento más grande de la flota rusa: tiene una longitud de 95 metros, una anchura de 16 y un desplazamiento de 4000 toneladas.

Considerando la rápida expansión de sistemas de defensa antimisiles norteamericano junto a las fronteras rusas, está previsto construir al menos cuatro buques de este tipo, uno por cada flota. Los buques espía servirán en la Flota del Pacífico, la del Báltico y la del Mar Negro.

El segundo buque del proyecto 18280, el Iván Jurs, ya se encuentra en los astilleros de Severnie verfi, en San Petersburgo.

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