La realidad gastronómica en Rusia ha cambiado en los últimos dos años. Tras el embargo a los alimentos procedentes de Occidente, es difícil encontrar jamón ibérico o queso francés, y el whiskey escocés y la cerveza belga se han convertido en lujos inaccesibles para gran parte de la población.
Esta nueva situación de austeridad epicúrea ha provocado que los ingeniosos rusos vuelvas a las dachas, a las cocinas y aprendan a producir por sí mismos algunos manjares. Tras obtener éxitos con el queso, muchos rusos fabrican ahora su propio alcohol.
Ante los grandes cambios en el mercado del alcohol, han surgido numerosos lugares de producción casera. En 2015 las importaciones de whiskey, ron, tequila y vino descendieron una media del 20-30%, según informa el Servicio de Aduanas.
A causa de la devaluación del rublo, se ha reducido el poder adquisitivo, y con el aumento de las tasas de cambio, los importadores suben todavía más los precios.
"Probablemente los únicos que no notan el aumento del interés por la producción casera son los abstemios", dice el bloguero Vasili Zajárov, que dirige un grupo sobre temas relacionados con el alcohol en las redes sociales.
"No es sorprendente: el alcohol es cada vez más caro, el rublo pierde valor y sobre todo, el gobierno va a subir el precio mínimo del vodka, ya que hay un lobby constante de los productores de vodka".
Los fabricantes de equipamiento para destilar y producir alcohol confirman esta tendencia. "Asistimos a un auténtico boom de la producción de bebidas alcohólicas artesanales en Rusia", declara Alexander Kozlov, director de la ingeniería Politech-Plus.
"Aunque estamos especializados en equipamiento industrial, cada día recibimos varios pedidos de pequeñas fabricas de cerveza, con una capacidad entre 30 y 100 litros diarios. Son personas que quieren hacer una cerveza artesanal de calidad y venderla en pequeños cafés por medio millón de rublos (unos 6.000 dólares)".
A lo largo del último años el número de búsquedas en Yandex (el mayor buscador del país) que dicen, "Comprar un alambique" ha crecido en un 50%. El buscador ofrece además numerosas alternativas como "Ron en casa", "Alambique de regalo", "Alambique barato".
El precio mínimo oscila entre los 5.000 y 7.000 rublos (65-90 dólares), dependiendo de las tiendas online. En cualquier caso, es un precio asequible para personas con ingresos medios.
"Según nuestras estadísticas, los hombres de hasta 30 años constituyen el público mayoritario de nuestra página web", explica Yegor Sboyev, del Grupo SBV, una compañía dedicada a la venta de equipamiento para la producción de alcohol.
"Normalmente es gente privilegiada y de clase media. No son excluidos sociales porque para tener una producción ilegal es un proceso que requiere tiempo y comprensión de lo que estás haciendo".
Los altos precios del alcohol de fábrica no son la única causa para el resurgimiento de la producción casera. Además del coste, los consumidores cuestionan la calidad del alcohol que se vende en las tiendas, mientras que la moda por los productos naturales los inspira para experimentar con la materias primas.
El moscovita Borís Asnóvich comenzó a producir alcohol casero hace un año y la razón principal para ello fue la baja calidad de lo que se vende en las tiendas.
Tras probar con varias recetas por vídeo que encontró en internet, Asnóvich comenzó a experimentar: a los licores que tienen una graduación de 40-45% le añade frutos secos siberianos, pimienta, comino y pan de centeno de Borodinó.
También añade maderas para conseguir un sabor añejo. Toma las bayas del jardín de su dacha y compra especias para sus licores.
"La producción casera se ha convertido en un hobby popular", declara Sboyev. "Es un producto natural, y de alguna manera sirve para expresar la propia personalidad. La gente no solo lo produce para beberlo sino para compartirlo con los amigos y comparar lo que han hecho".
Estos "contrabandistas" comparten sus experiencias y sus recetas en foros especializados en internet, en donde el único límite a la imaginación es la cantidad de tiempo libre.
Casi todo lo necesario para la producción casera se puede comprar, desde los alambiques hasta los barriles para que envejezca el producto. Y en la dacha crecen hierbas y productos que se usan para los aromas.
"Un buen amigo mío añade frutos secos a sus licores. Nunca he probado nada tan delicioso y, al mismo tiempo, el coste es muy bajo", dice el bloguero Zajárov.
Sin embargo, las estadísticas muestran que la producción casera esconde una parte oscura. La muerte por envenenamiento accidental con alcohol es una de las causas más frecuentes de muerte en Rusia, según las estadísticas de Rosstat.
Los últimos datos son de 2014 y el número de muertes fue de 15.400, lo que supone el 8% de las muertes por causas externas. En relación al número total de muertes, es el 0,8%.
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